Uno es lo que hace, eso es indiscutible. ¿Qué le deja el año viejo a un lector sino un montón te textos leídos en distintos formatos y por diferentes razones? Quiero hoy distraerme de mi destino para recordar algunas de las lecturas que me han ayudado a sobrellevar el abismo de este año que termina.
Algunas de estas lecturas son en realidad relecturas, nuevas visitas al entrañable universo de las letras. En poesía me parece que el autor que más disfruté fue a León de Greiff, sus poemas de musicalidad impetuosa son auténticas piedras preciosas en el camino de cascajos de la poesía colombiana.
En el ámbito local, leí antes de su publicación, Desayuno en prisión, el volumen de microrrelatos que Jaime Escobar escribió como proyecto de grado en la Maestría en Literatura y Escrituras Creativas de la Universidad del Norte. Tuve también oportunidad de apreciar la gestación de Gallarda, de la pintora Viviana Vanegas Fernández, novela criminal que acaba de ganar la beca de Novela Marvel Moreno, uno de los premios en el Portafolio Distrital de Estímulos de Barranquilla.
Acabo de revisitar Los orígenes, que contiene La tierra de los ancestros, La trata y La alargada huella entre dos mundos, la primera de las cinco novelas que integran una de obras más deslumbrantes de la literatura Afroamericana, Changó, el gran putas, de Manuel Zapata Olivella.
No había leído a la candidata mexicana al premio Nobel de Literatura Cristina Rivera Garza, por eso inicié la lectura de El invencible verano de Liliana, obra de no ficción sobre el feminicidio de su hermana menor galardonada en 2024 con el premio Pulitzer de memorias o autobiografías.
Orlando Mejía Rivera, de quien había leído el año pasado Dante y la medicina, me obsequió hace unos meses Shakespeare y la Clínica, obra extraordinaria que explora la relevancia de la medicina, las enfermedades y las pandemias en la vida y obra del insigne autor, y cómo estas influyeron en sus personajes y sus tramas. Mi hija María Alejandra, que es médico, me arrebató el libro, así que lo terminaré cuando ella acabe.
En esa misma línea, Jaime Abello Banfi me envió a principios de año el libro Los médicos de Macondo, extensa investigación del médico y antropólogo forense Juan Valentín Fernández de Gala sobre el papel fundamental de la medicina en la obra de García Márquez. Hace unos días, con su misma generosidad, me hizo llegar el libro de Álvaro Santana Acuña Gabriel García Márquez: vida, magia y obra de un escritor global. Nueva biografía de Gabo, escrita a partir de imágenes, textos y documentos de su archivo personal.
Por estos días, inicio también con mucho agrado la lectura de Abuelo Antonio, del pintor, crítico y novelista Fabio Rodríguez Amaya, la segunda entrega del tríptico iniciado con Abuelo Macedonio, obra de más de quinientas páginas que me tendrá ocupado hasta bien entrado el nuevo año…








