Palabras de Miguel Uribe en el senado hace quince meses (*): “Estamos ad portas de una guerra civil, pero no entre colombianos, sino entre estructuras criminales y una ciudadanía absolutamente indefensa, porque Gustavo Petro se ha dedicado a fortalecerlas, ofreciéndoles impunidad y dádivas. No hay un departamento de Colombia que no esté sufriendo por estas organizaciones armadas. El Clan del Golfo tiene presencia en 392 municipios, el ELN en 231 municipios, las Farc en 299. Según la Defensoría del Pueblo en más de 400 municipios esas organizaciones ejercen control territorial. Llevamos 264 lideres asesinados, 133 masacres y 441 víctimas mientras el gobierno guarda silencio. A quienes hoy gobiernan no les importa la vida de los colombianos. Les gusta hacer política con la muerte. Son ellos los que han reivindicado la violencia como herramienta para llegar al poder. Son ellos los que han ejercido la violencia para aterrorizar a los colombianos.”
Palabras de Miguel Uribe en el senado hace dos meses (*): “Es muy probable que antes de que termine el año Estados Unidos desertifique a Colombia en la lucha contra las drogas. El único responsable de eso es Gustavo Petro, que ha demostrado ser absolutamente flexible con el narcotráfico. En el 2012 teníamos 40 mil hectáreas de coca, hoy tenemos más de 250 mil. La paz total fue una farsa para empoderar criminales, debilitar la fuerza pública y abandonar los ciudadanos. Hoy nos devuelven a un pasado al que no queremos regresar. La violencia está otra vez en Catatumbo, Arauca, Bolívar, Chocó, donde jóvenes se suicidan para no ser reclutados, Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Caquetá, Putumayo. Otra vez Colombia en guerra, porque el gobierno actual negoció lo innegociable, la seguridad. Necesitamos destruir los enclaves industriales, los cultivos con aspersión y tecnología de punta, los laboratorios con drones, detener la entrada de precursores y aumentar las incautaciones.”
Para muchos de los que hoy son mayores de 50 años, en cuyos oídos resuenan aún las advertencias y arengas de Luis Carlos Galán contra el narcotráfico, la similitud es impactante. El desenlace en 1989 fue igual. Las diferencias notorias son pocas. La naturaleza ilícita del narcotráfico crea una espiral de corrupción y violencia, que siguió in crescendo durante los años 90. Ya en este siglo nos tomó 15 años recuperar el país. ¡Y a qué costos! Pero hace 10 años retornamos al camino equivocado ¿Hasta cuándo?
(*) Editada por razones de espacio.
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