Esto ya se convirtió en un fenómeno al que debemos prestar atención por la frecuencia con que se presenta. Se trata de algo que he venido observando en la consulta con niños y adolescentes que tienen coeficiente de inteligencia dentro del promedio normal pero con malos resultados en los exámenes de su grado o en las Pruebas Saber, a pesar de haber estudiado, como dicen los padres que les consta, ya que se tomaron el trabajo de revisar lo que habían estudiado sus hijos y reconocieron que sabían lo que debían saber.
Al revisar la forma en que estudian, salen a relucir dos explicaciones bien claras. La primera es que muchos niños y adolescentes tienen muchas deficiencias en la lectura, a unos niveles tan primarios que muestran un léxico tan pobre que resulta inaceptable que no comprendan palabras elementales del uso corriente en su grado, me refiero en particular a adolescentes en los últimos años de bachillerato a quienes, además, les resulta incómodo tener que buscar el significado en un diccionario o, peor aún, aprender los sinónimos y antónimos de la palabra.
La segunda es que todos a quienes les va mal “a pesar de haber estudiado”, cometen el mismo error junto con los padres que le revisan lo que estudiaron. Cuando les explico que el buen estudiar para ganar los exámenes consta de 4 pasos, todos los padres coinciden en haber cometido el mismo error.
El primero es la percepción visual o auditiva, ya sea que lean o les lean. El segundo es la comprensión del texto y lo que deja tranquilo al menor y a sus padres, pero con el resultado incomprensible al día siguiente cuando pierden la evaluación o sacan nota muy baja. Cuando menciono el paso 3, o sea, repetir, repetir, repetir, hasta grabar en la memoria, los padres reconocen que se conforman con los dos primeros pasos y los menores hacen mala cara porque eso les parece demasiado aburridor. Esa es la razón principal para fallar en el cuarto paso, que es enfrentar la evaluación escrita o verbal.
Parece algo muy simple, pero representa un acumulado de lecciones mal aprendidas que no dejan un conocimiento en el estudiante y explican los resultados en las pruebas del Icfes con promedios que son para lamentar y preocuparse por unos alumnos que van a la universidad sin un pensamiento crítico para asumir su carrera con la solidez conceptual que se requiere para obtener ese título.
Sé que a muchos padres les resulta incómodo por muchas razones para vigilar el estilo de estudio de sus hijos, pero no hay nada que hacer al respecto sino enseñarles a estudiar como debe ser, con la misma dedicación con que nos enseñaron a nosotros.
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