Las 65 recomendaciones de la Misión de Sabios al Gobierno para ejecutar a 2045
Crear la Agencia Colombiana del Espacio, el Centro de Investigación en Energía, centros regionales de ciencias y tecnologías, subir al 25% las regalías para el sector y llevar la inversión al 1.80% del PIB, son algunas de las propuestas.
Los 46 sabios que pensaron desde febrero pasado el futuro del país al menos para los próximos 25 años entregaron esta semana al Gobierno un informe de 292 páginas con un total de 65 recomendaciones principales, en las que la educación, la reducción de la desigualdad, pasar a un nuevo paradigma de desarrollo que consulte lo medioambiental y repensar las destinaciones presupuestales para la investigación, la educación y la atención de la primera infancia son necesidades apremiantes en la visualización de una mejor Colombia.
Las claves para la Misión de Sabios en educación tienen que ver, por ejemplo, con la garantía de una atención integral de niños de 0 a 5 años, con formar mejor a los maestros, con fortalecer la educación técnica y con incorporar en los programas educativos los temas inaplazables del cambio climático, las habilidades socioemocionales y el arte en todas las etapas de la formación.
En cuanto a los requerimientos de los expertos, se tienen la creación de institutos de investigación, centros de desarrollo tecnológico, centros de ciencias y centros regionales de investigación por demanda. Así mismo, se plantea la creación de la Agencia Colombiana del Espacio y del Centro de Investigación en Energía, que tiene que ver con alternativas solares, eficiencia energética y transporte eléctrico.
Finalmente, los sabios le dan pautas al Ministerio de Ciencias para articular todos estos planes: la creación de una agencia para la gestión de finanzas públicas y privadas, contratar un préstamo de USD300 millones para investigación y desarrollo, subir a 25% el porcentaje de regalías para el sector y para la educación con atención integral de la primera infancia, y llegar a 1.80% de inversión total –pública y privada– en investigación y desarrollo como porcentaje del PIB.
La Misión abarcó tres grandes retos: Colombia Biodiversa y Bioeconómica, Colombia Equitativa y Colombia Productiva y Sostenible, divididos en ocho focos: Ciencias Sociales y Desarrollo Humano con Equidad; Ciencias de la Vida y la Salud; Tecnologías Convergentes –Nano, Info y Cogno– e Industrias 4.0; Biotecnología, Bioeconomía y Medioambiente; Océanos y Recursos Hidrobiológicos; Ciencias Básicas y del Espacio; Energía Sostenible e Industrias Creativas y Culturales.
Educación: enseñar a pensar
Lo primero que plantean los sabios es un acuerdo por el conocimiento y la educación entre la sociedad, el Gobierno nacional, los gobiernos territoriales, los empresarios y las organizaciones de la sociedad civil, que permita que el desarrollo se oriente hacia un modelo en el que la base del crecimiento sean el capital humano, la investigación científica, la innovación y su aplicación a todos los sectores productivos y al desarrollo humano de la población.
Así mismo, la meta debe ser que a partir de 2045 todas y todos los jóvenes que cumplan 18 años hayan recibido educación con atención integral de 0 a 5 años; y hayan accedido por lo menos a educación media diversificada o doble titulación (clásica + técnica).
Para ello se propone además una reestructuración del sistema de formación de maestros del país fortaleciendo las escuelas normales y poniendo a la cabeza del sistema al Instituto Superior de Investigación en Educación y Alta Formación de Maestros (ISIE), que oriente un gran programa nacional de investigación en educación y forme, a través de la investigación, a los “maestros de maestros” de todo el sistema.
También un rediseño de la educación técnica, desde la educación media hasta las carreras tecnológicas, vinculándola a la innovación, abriendo a los técnicos canales para su superación y reconversión y asegurando que se dé sobre sólidas bases científicas.
La Misión así mismo convoca a todas las instituciones de educación públicas y privadas del país a incorporar y cualificar, en sus proyectos educativos institucionales (PEI), elementos formativos en artes y ciencias, matemáticas, diseño, historia e identidad, medio ambiente, cambio climático, competencias ciudadanas, habilidades socioemocionales y convivencia, apuntando al desarrollo humano de la persona y a potenciar su contribución a la sociedad.
Y advierte en este mismo punto que “la educación artística debe ser implementada como área fundamental en los lineamientos curriculares e instaurada en el PEI, desde la primera infancia y a través de todos los niveles y modalidades de la formación básica y media”.
En suma, se lee, que “se debe reformar el modelo educativo, pasando de un modelo basado en la enseñanza a uno basado en el aprendizaje contextualizado, que enseñe a pensar, que propicie la crítica constructiva, que apunte a enfrentar retos desde la innovación y la creatividad, y posibilite soluciones en contexto”.
Reducir la desigualdad
Para los sabios los principales caminos por donde el conocimiento y sus recomendaciones podrán contribuir a reducir la desigualdad y la exclusión son la universalización de la educación; la investigación en salud y nutrición; la cobertura digital; el uso de nuevas tecnologías para el acceso equitativo al agua potable; el desarrollo del patrimonio y el reconocimiento de las culturas locales, y el impulso a los circuitos económicos de las comunidades.
Propone la Misión la creación de institutos de investigación autónomos, centros de desarrollo tecnológico, centros de ciencias, institutos nacionales, centros de excelencia y centros regionales de investigación por demanda.
Plantean además un programa de diplomacia científica que vincule a la diáspora colombiana, y promueva programas de movilidad nacional e internacional para científicos y científicos en formación.
Y consideran fundamental potenciar la riqueza del país en aguas “desarrollando conocimiento para asegurar su cantidad, calidad y variabilidad en condiciones medias y extremas, y garantizar el acceso de todos al agua potable, la gestión óptima del recurso y la protección de la sociedad ante el cambio climático y otros eventos extremos”.
Bioeconomía: nuevo paradigma de desarrollo
La Misión dispone que para desarrollar la bioeconomía, así como para superar la crisis climática actual y para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, “es necesario adoptar un paradigma de desarrollo que integre lo social, lo económico y lo ambiental”.
Una de las propuestas innovadoras es la de la creación de la Agencia Colombiana del Espacio, adscrita al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y retomar proyectos espaciales de colocación de satélites y de estaciones terrestres.
Y, así mismo, un Centro de Investigación en Energía para impulsar la creación de industrias de instrumentación, control y paneles solares orgánicos, de biorrefinerías y de apoyo al desarrollo de Ciudades Inteligentes (eficiencia energética, edificios, transporte eléctrico).
Minciencias: articulación, gestión y recursos
Las últimas recomendaciones de la Misión apuntan a indicarle al nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación el camino que debe seguir: liderará la articulación con todas las entidades del Estado que promuevan la producción de conocimiento en el país.
Así, por ejemplo, señala que los esfuerzos iniciales del Minciencias se enfocarán en desarrollar mecanismos de diálogo y acuerdos de largo plazo entre el Estado, los empresarios, los investigadores y las regiones.
En este sentido, se necesita una agencia para la gestión de finanzas combinadas (que integre fuentes heterogéneas de financiación), adscrita al Minciencias, para proveer de recursos al sistema nacional de ciencia y tecnología.
Como una propuesta concreta se lee que es indispensable contratar un préstamo de USD300 millones para i+d (investigación y desarrollo) con la banca multilateral y subir a 25% el porcentaje de regalías para el sector y para la educación con atención integral de la primera infancia (partiendo del actual 10%, lo que requiere una reforma constitucional).
La financiación, plantean los sabios, debe seguir dos momentos: la Fase 1 (capital público paciente), que se caracteriza por un esfuerzo alto del sector público, y la Fase 2 (despegue de i+d privado) por un repunte de la inversión privada.
Los números propuestos en esta materia son: “Al final de la Fase 1 en 2028, se podría llegar a un 1.20% de inversión total en i+d como porcentaje del PIB (donde la inversión pública debe ser 0.80% y la privada sería 0.40%); al final de la Fase 2, se podría llegar a 1.80% de inversión total en i+d como porcentaje del PIB (donde la inversión pública debe ser 0.85% y la privada sería 0.95%). Dentro de esta senda, en 2022 la inversión pública en i+d debe llegar a 0,37% y la privada a 0,26% del PIB”.