
Barranquilla, capital del Atlántico, privilegiada en su ubicación geográfica, goza de gran reconocimiento nacional e internacional por su Carnaval, por Shakira, y muy especialmente por la variedad de ritmos musicales que escuchamos, bailamos y cantamos.
Particularmente, agradezco haber nacido en Barranquilla, porque gracias a ello y sin ser especialista en este arte, sé diferenciar la buena música, así como también un ritmo de otro, y llevarlo con mi cuerpo, con las manos y pies. Crecí en un barrio muy musical, El Recreo. Por mi casa pasaban las comparsas, cumbias y danzantes de carnaval; era un paseo salir a recorrer las famosas verbenas de las reinas y bailes de la época como Bocatos, Mechón, Te espero entre Palmeras, solo para escuchar la música.
El Carnaval de Barranquilla es la fiesta que más alegrías nos regala en cuatro días de derroche musical y para todos los gustos con las orquestas, las agrupaciones, los conjuntos, los cantantes nacionales y extranjeros nos deleitan de manera excepcional en las casetas, en los hoteles, en los estadios, en las plazas y festivales, en los desfiles de bordillo, en cualquier esquina. Solamente con el Festival de Orquestas quedamos impregnados de carnaval, de música y alegría. Barranquillero que se respete ha vibrado al pie de una tarima, en la gramilla o en las gradas con cantantes como el Joe Arroyo que nos marcó profundamente, el Checo Acosta, El grupo Raíces, Grupo Niche, Andy Montañéz, Gabino Pampini, Juan Piña, merengueros como Wilfrido Vargas, Kinito Méndez, Mili y Joselyn, vallenatos, cumbias, porros hasta reggae. Imposible nombrarlos todos. ¡Que nadie nos quite lo bailao!
Hay espectáculos que son inolvidables, por ejemplo en 1.980 cuando vino la Fania All Star al estadio Romelio Martínez, ver y escuchar tantos artistas juntos como a Celia Cruz, Héctor Lavoe, Cheo Feliciano, Johnny Pacheco, Rubén Blades… fue una locura de emociones indescriptibles. De igual forma, recuerdo los conciertos de Shakira, Marc Anthony, Juan Luis Guerra, Chayan, Ricky Martin, Gilberto Santa Rosa, Tito Nieves, Chocquibtown, Calle 13, J. Balvin y el Gran Combo de Puerto Rico, por mencionar algunos y en ese mismo orden de ideas pensé en una madrugada, al pie de la tarima esperando a La Orquesta La Luz, pero valió la pena.
Los eventos de Barranquillazz y Carnaval de las Artes, permiten conocer artistas talentosos de renombre mundial, pero también admirar el talento regional y nacional. Gracias a estos eventos tuve la dicha de escuchar a Chucho Valdés, Isaac Delgado, Omara Portuondo, Diego El Cigala, la orquesta Aragón de Cuba, Cachao, Ismael Miranda, Hernán Olivera y quedo corta, pero imposible nombrarlos todos. Con la presentación en el Parque Cultural del Caribe del maestro Yuri Buenaventura, después de conocer su historia de vida y su música, cerré sin saber mi asistencia a estos eventos musicales y ahora como todos los disfruto en primera fila cómodamente desde mi hogar.
Gracias Barranquilla y a todos los que gestionan para el goce cultural de esta ciudad y el Caribe.
Vivian Lamus
Más Cartas de los Lectores

La muerte del fiscal Pecci | Los lectores escriben
Luego de la repatriación de los restos del desdichado fiscal paraguayo Marcelo Pecci, queda cuestionarse sobre la lamentable labor de los medios comunicativos tras el homicidio de este funcionario extranjero en las playas privadas del hotel Decam

Jíbaro en San Juan | Los lectores escriben
Cuando escuché la canción recuerdo que caminaba por uno de los barrios más picoteros de Barranquilla. La había oído antes, pero solo hasta entonces la escuché detenidamente. Era vieja, y tenía algo de la músic

Confianza perdida| Los lectores escriben
Los ciudadanos ya no confían en los gobiernos, tampoco en los tribunales, ni en las autoridades, ni en las instituciones, mucho menos en los políticos. Los consumidores no creen en las empresas ni en sus productos. Las ofertas de negocios no son

El Atletismo | Los lectores escriben
El atletismo es el deporte rey, el deporte madre de todos los deportes. El atleta se forma desde el mismo vientre de la madre cuando empieza a formarse, a dar sus primeros pataleos.
Julio Gutiérrez analítico, profesor nuestro en el Col