Con muchísima frecuencia, el éxito económico, sea comercial, industrial o profesional, la importancia empresarial o personal y la riqueza patrimonial no nos permite ver, obviamente hasta cuando podemos hacerlo, la verdadera esencia en el carácter y personalidad de las personas de quien podríamos decir se vuelven víctimas de esta circunstancia. Compartí con Simón durante algún tiempo, hasta hace algún tiempo, y creo, fui más amigo yo de él, que él mío, porque cuando descubres características que no te imaginas en su personalidad, y que no tienes porqué encontrarlas en la tuya propia, entra a jugar papel importante en la amistad un factor con el que no contabas, la admiración; es el caso de Simón con su gran inteligencia, algo escondida un poco egoísta y expresamente por su timidez y afán de no figurar; su extraordinaria sencillez, sus increíbles dotes de excelente conversador y compartidor y su virtuoso ser como persona, familiar y amigo, sin hablar de lo que todos conocemos como empresario, dirigente gremial y deportivo, cazador de tigres en el África, aficionado de todos los deportes, y muy principalmente un barranquillero y caribe de tiempo completo, un bacán a carta cabal, con seguridad se fue sin medias como siempre, desconoció los zapatos con cordones, los cuellos y las mangas largas en las camisas, un verdadero caribe, buen viaje y mucha suerte Simón, Dios está contigo.
Abrazo de condolencia a Lauren, Linda, Laura, Roberto y sus familias, igualmente a toda la familia Char Abdala. Dios lo tiene en su santo reino.
Hector Asaf Quintero