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Ubicada a la izquierda de los tajamares de Boca de Cenizas, la Ciénaga de Mallorquín se consolida como uno de los ecosistemas más estratégicos en el departamento del Atlántico.

A lo largo de los años, esta laguna costera ha servido como una barrera para la erosión marina y ha posibilitado la conservación y protección de la flora y fauna, a pesar del creciente deterioro ambiental que ha sufrido a causa de la contaminación.

Esta problemática ha despertado el interés del alcalde Jaime Pumarejo Heins, quien ha anunciado su disposición para descubrir este 'tesoro', el cual 'ha estado oculto por décadas'.

La recuperación de la calidad de las aguas de esta laguna, así como la potencialización de su riqueza hídrica son dos de las tareas que se pondrán en marcha en medio del reto de convertir a Barranquilla en una 'biodiverciudad comprometida con el medio ambiente'.

Por esa razón, Pumarejo expresó en su discurso de posesión que se impulsará la preservación de la fauna y los manglares, además, de frenar las invasiones y el desecamiento que provocan en este cuerpo de agua.

Pumarejo también dio prelación al proceso de reubicación de las familias que se han asentado ilegalmente y el mejoramiento del sistema de alcantarillado en La Cangrejera, el corregimiento de La Playa y en el barrio Las Flores.

Expectativas de la comunidad

La tranquilidad de las aguas de la Ciénaga de Mallorquín contrasta con las intrigas que 'desvelan' a los pescadores del corregimiento de La Playa, quienes ven a este cuerpo de agua como su única fuente de recursos.

Luis Ávila, un veterano que en su piel refleja los embates de las largas faenas de pesca que ha dirigido, no ocultó su optimismo ante el anuncio de la administración distrital de adelantar este proyecto de la mano de la comunidad.

'A buena hora se va a cumplir con este anhelo de los barranquilleros. La Ciénaga de Mallorquín está siendo víctima de la naturaleza y el ser humano; si no hay una pronta intervención, va a desaparecer', aseguró el hombre, mientras conversaba con varios compañeros.

Para José Antonio De la Hoz, presidente de la Asociación de Pescadores del Barrio la Playa (Asoplaya), las buenas intenciones de la administración distrital se convierten en el primer paso para 'saldar la deuda histórica' de la sociedad barranquillera con la Ciénaga de Mallorquín.

'Este es un cuerpo de agua totalmente olvidado por las autoridades ambientales, al punto que la contaminación la está matando lentamente', expuso De la Hoz.

El pescador también hizo un llamado para que se construya una nueva barra marina, que permita el recambio de aguas, mejorando así los niveles de contaminación.

A su turno, Jairo De la Hoz, habitante del corregimiento de La Playa, expuso que la Ciénaga de Mallorquín está siendo afectada por acciones ilícitas, las cuales deben ser tenidas en cuenta por las autoridades.

'Los pescadores artesanales son los más afectados con el estado de la ciénaga. Ahora es muy poco lo que se saca, mientras que en otros años había pescado en abundancia', sostuvo.

Mientras que Adalberto Ángulo, residente del sector, valoró como positivo que se mejore el sistema de alcantarillado en las zonas de influencia, para así reducir las afectaciones al cuerpo de agua.

En su opinión, lo más relevante es que se inicie el proceso de recuperación de la Ciénaga de Mallorquín, para así consolidarla como un punto para el ecoturismo en la ciudad.

Apuesta al ecoturismo

El ingeniero ambiental Fausto Pineda Vides sostuvo que el ecoturismo se proyecta como una 'estrategia de alta factibilidad' que contribuirá a generar bienestar en la comunidad del corregimiento La Playa, así como permitirá la protección del ecosistema de la Ciénaga de Mallorquín y generar cohesión social.

'La ciénaga se percibe como un contexto auténtico para el desarrollo del ecoturismo, debido a la gran importancia que representa este ecosistema a nivel local', sostuvo Pineda Vides, quien es director de la Fundación Ecoambiente & Soluciones (FUNECOS).

Asimismo, indicó que este ecosistema debe ser intervenido con mucha mesura, teniendo en cuenta que posee múltiples problemáticas de carácter ambiental, tales como el uso indebido del suelo en su ronda hídrica, contaminación del recurso hídrico y tala de manglares, entre otros.

'Para conservar la Ciénaga de Mallorquín es necesario que se vinculen a los diferentes actores en el territorio, para que sean garantes del proceso', puntualizó.

Afectaciones

La Ciénaga hace parte del Sistema Delta Estuariano del Río Magdalena y la Ciénaga Grande de Santa Marta que es protegido por la Convención Ramsar, un acuerdo internacional que promueve la conservación y el uso racional de los humedales.

Sin embargo, ha sufrido un importante retroceso en su línea de costa entre los años 1980 y 2010, que sería cercano a los 2.200 metros, según los datos recopilados por la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA). El cuerpo de agua tiene un área de 6,5 km.

Esta situación es palpable en la erosión de las anteplayas y la barrera de arena, así como los parches que se vienen presentando en la zona de manglares de este ecosistema, que se encuentra ubicado en la zona noroccidental de Barranquilla.