En plena época de la aldea global, cuando la información se encuentra a la mano de un solo clic, sigue vigente un pequeño cuadernillo de color naranja que guarda celosamente la filosofía de nuestros antepasados.
En las calles del centro de Barranquilla, el Almanaque Pintoresco de Bristol es considerado por muchos como un 'objeto de culto', gracias a sus 'acertadas' predicciones astronómicas.
Desde hace 65 años, este pequeño libro no ha faltado en los anaqueles de Osvaldo Acuña Camargo, un vendedor de libros y periódicos en pleno Paseo Bolívar de Barranquilla.
'En estos días he vendido 200 libros, ya tengo que comprar otros porque se sigue comercializando en los primeros días del año. Este almanaque es muy famoso entre las personas de la tercera edad, porque lo que dice casi siempre se cumple', asegura el hombre, quien lo comercializa a $2.000.
Agrega que siempre cuenta con una pequeña reserva de almanaques, puesto que 'muchos vienen a buscarlo en cualquier momento'.
A menos de 100 metros, la pequeña ‘biblia del conocimiento’ se encuentra exhibido en un pequeño quiosco junto a varios diarios y revistas.
María Méndez, encargada del lugar, explica que las ventas se han movido, a pesar de que el Almanaque Bristol es muy poco conocido entre las nuevas generaciones.
'Encontrarlo es mucho más fácil en esta época, porque las personas han dejado de creer mucho en las predicciones y cálculos astronómicos', expresa mientras acomoda los pocos ejemplares que aún no ha podido comercializar.
Además, dice que 'acá hemos vendido alrededor de 30 almanaques en esta última semana. Las personas siempre llegan buscándolo, pero no con la frecuencia de otros años'.
Por su parte, Esperanza Rodríguez, una de las comerciantes ubicadas en la plaza de San Nicolás, asegura que uno de los atractivos del Almanaque Bristol son las explicaciones de las fases lunares, la guía para la cosecha y pesca, así como los nombres de los santos y ángeles por cada día del año.
'He vendido cinco hasta el momento, pero en enero lo compran más. Acá llegan muchas personas mayores a comprarlo', expone.
La historia
El almanaque se empezó a publicar en 1832. El farmaceuta Cyrenius Chapin Bristol fue su patrocinador, como una fórmula para comercializar su jarabe tónico de Zarzaparilla. En 1856, la firma Lanman & Kemp Barclay & Company Inc. se hizo con los derechos para imprimir el calendario, que se destaca por su color naranja y la aparición de Cyrenius en su portada.




















