Atlántico

Vacunadoras que no conocen el cansancio, las nuevas heroínas de la pandemia

Las auxiliares de enfermería le contaron a EL HERALDO cómo ha sido el proceso, los riesgos y las anécdotas que han vivido en estas jornadas.

Más que una labor, una vocación. De esa manera es como el personal de salud dispuesto para aplicar las dosis de vacunación en la ciudad describe la tarea que están realizando para salvaguardar la vida de las personas frente al virus.

Este personal capacitado para aplicar la vacuna contra la covid-19 se caracteriza por ser, en su mayoría, auxiliares de enfermería. El 80% son mujeres y día a día cumplen con la ardua tarea de recibir a todos los pacientes que requieran la vacuna, exponiéndose a los riesgos que implica esta enfermedad, pero que ellas minimizan con la satisfacción que les da contribuir con la salud de las personas.

Más de dos mil vacunadores han recibido capacitación para estar en los diferentes puntos públicos y privados dispuestos en la ciudad. Si bien la vacuna contra la covid-19  es intramuscular al igual que otras que vienen en el programa regular de vacunación, el lineamiento ha establecido que haga esa actualización en el entrenamiento que las certifica para aplicar las dosis.

Humberto Mendoza, secretario de Salud Distrital, describe como “una labor hermosa” el trabajo que realiza este personal. “Me parece una labor muy humanitaria y en este momento es la pieza clave para disminuir los riesgos de contagio en mayores de 70 años. Invitamos a que sean respetuosos con ellas a que les faciliten el trabajo y que entiendan que ellas están haciendo lo que los lineamientos nacionales establecen en materia de aplicación”, dijo el funcionario.

EL HERALDO dialogó con varias vacunadoras, quienes dijeron sentirse orgullosas de ser parte de “tan maravillosa” experiencia que les ha dejado enseñanzas y mucha satisfacción.

Contaron cómo ha sido el proceso, su rutina, los riesgos que enfrentan y anécdotas que han vivido durante estas jornadas.

Hansel Vásquez
La emoción de los pacientes, la “bonita experiencia” de Miurilda

Muchas han sido las experiencias que ha vivido Miurilda Torregroza durante la vacunación contra la covid-19, pero las que más han marcado esta “bonita experiencia” son aquellas en las que los pacientes lloran de la emoción al recibir la dosis.

“Cuando empecé el proceso de vacunación en los adultos me emocioné mucho porque cuando ya le aplique la primera dosis de su vacuna muchos lloraron. La verdad que eso es algo que me conmovió demasiado y es algo que nunca había vivido la verdad”, expresó Torregroza.

El riesgo de contagio siempre está al tener contacto con muchas personas, al estar en la red hospitalaria, pero esto no ha sido impedimento para que la mujer que lleva siete años de experiencia siga dispuesta a continuar aplicando vacunas contra el virus.

“No sentí temor porque en el proceso de vacunación uno tiene que estar dispuesto a esto y nosotros sabíamos que teníamos que estar prestas para esto. Nos capacitaron para esto y por eso estamos aquí dispuesta a servirle a la comunidad y a todo el mundo”, culminó.

Hansel Vásquez
“Ha sido un proceso excelente, las personas han venido a vacunarse”

La jornada de Carmen Orozco, una auxiliar de enfermería de 29 años de edad, inicia todos los días a las 6:30 a. m. y en ocasiones no sabe a qué hora termina. La mujer se levanta desde las 5:30 a. m. para realizar sus labores domésticas y estar a las 7:00 a. m. en el punto donde se realiza la vacunación para empezar la aplicación de las dosis a los pacientes. Orozco, quien lleva dos años como vacunadora, indica que no dudó en ningún momento en ser parte del grupo de vacunadores contra la covid-19, ya que para ella es una acción que puede disminuir el número de contagios y acabar con la pandemia.

“Ha sido un proceso excelente, ya que las personas han venido a vacunarse. Es importante por cómo está la pandemia que hay muchas personas contagiadas y cada día las personas están asistiendo a los puntos de vacunación a colocarse la vacuna”, explicó.

Para disminuir los riesgos a los que está expuesta, mantiene todos los cuidados como el uso de tapaboca (doble en este caso), el lavado de manos antes y después de la aplicación de las dosis, desinfección de los pacientes y el cumplimiento de todos los protocolos de bioseguridad.

Hansel Vásquez
La satisfacción de Esmeralda Carey

La satisfacción de salvar vidas y aumentar la calidad de muchos pacientes es el motor que impulsa a Esmeralda Carey a vacunar a diario a centenares de pacientes contra el coronavirus. Los retos a los cuales se enfrentan no son impedimento para que la experiencia sea “maravillosa”.

“Muchas personas están muy reacias a las vacunas, pero he ahí la importancia de nosotros acá. Se maneja algo muy importante que es la educación en cuanto al paciente concientizarlo de los pro y los contras. Sobre todo hacerles saber que cuando estamos vacunando no quiere decir que no van a seguir con los cuidados”, dijo la mujer que cuenta con 25 años de experiencia en vacunación.

A Esmeralda no le importan las extensas horas que dura realizando su labor, ni el cansancio que pueda quedarle, ya que para ella lo primordial es que las personas lleguen a vacunarse y cada día se puedan aplicar más dosis y así dar paso a las siguientes fases para que todas las personas sean inmunizadas.

“Estamos ahora mismo en una urgencia que a nosotros no nos importa el cansancio. La satisfacción que nos queda es ante todo proteger a la población. A diario le pido a Dios que nos ayude a salir adelante, por la salud de todas estas personas que están en los hospitales y que también que nos cuide a todos nosotros los que estamos colocando el hombro”, aseguró Carey.

Hansel Vásquez
20 años de labor y la ilusión de poder seguir cumpliendo con ella

En los 20 años de experiencia que Luz Deulofeut tiene como vacunadora nunca había vivido una crisis sanitaria como la que se está viviendo con la covid-19. Para ella, esto es único. Hacer parte del grupo que ha vacunado a decenas de barranquilleros contra la covid-19 es un motivo de orgullo.

Asegura que los aprendizajes y los momentos que ha vivido durante estas jornadas, las cuales pueden extenderse hasta entrada la noche, han hecho que el cansancio pase a un segundo plano.

Los riesgos que enfrenta son muchos, pero lo más importante es poder seguir cumpliendo con su vocación.

“El temor siempre existe, el riesgo siempre existe, pero creo que más que todo es por vocación que nosotros estamos aquí; es el deber ser que está en nuestras manos salvar vidas y aquí lo estamos haciendo de corazón”.

Muchas son las anécdotas que ha tenido con los pacientes, pero la que más la ha marcado es el nerviosismo y el estrés con el que llegan las personas, hasta el punto de llorar por el miedo a aplicarse la vacuna. Es allí donde la mujer realiza el proceso de sensibilización, para que accedan a la aplicación y así lograr el objetivo de inmunizar a los pacientes. “Esto es nuevo para todos. Decirles que la vacunación es segura, pueden venir sin temor que la actitud cuenta mucho”, puntualiza.

Hansel Vásquez
Dejar huella y ser el orgullo de sus hijos, la motivación de Yullis

A Yulis Durán Gutiérrez, de 37 años de edad, el trabajo comunitario siempre la ha apasionado, y más cuando se trata de salvar una vida, es por eso que esta auxiliar de enfermería está aplicando vacunas contra la covid-19.

Dejar una huella y ser motivo de orgullo de sus hijos la motiva cada día a dar lo mejor de sí. “Más adelante, cuando nuestros hijos digan: ‘mi mamá ayudó en el proceso de la vacunación’, es algo muy bonito; ósea que los hijos se sientan orgullosos de lo que uno ha hecho”, aseguró.

El proceso ha sido arduo, trabaja día a día en horarios extensos, sabe a qué hora inicia su labor, pero no a qué hora termina, según ella misma indicó. En la mañana debe buscar los termos, recibir las dosis, esperar el transporte que la llevará al lugar donde realizará la aplicación de las vacunas, entre otras labores.

“Terminamos a las cuatro, hay veces que podemos terminar a las 5 o 6 de la tarde en la clínica, pero tenemos que llegar acá al Adelita a entregar los termos, lavarlos, entregar las pilas, a mirar si quedaron vacunas, organizar todo lo que hemos hecho y entregar registros diarios para descargarlo después al sistema”, explicó Yulis Durán Gutiérrez.

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