El sorpresivo apagón que se registró a finales de abril en España, parte de Portugal y un sector de Francia no solo ha sido objeto de una exhaustiva investigación por parte de las autoridades locales para conocer las causas, sino también de reflexión en distintos sectores sobre lo esencial que es, para la estabilidad económica, social y política, la seguridad energética de un país.
Además, dejó en claro que la electricidad es la columna vertebral de las sociedades actuales. Las imágenes en España de personas atrapadas en trenes, la congestión vehicular porque los semáforos se apagaron y el colapso de las telecomunicaciones, entre otras afectaciones, han conllevado a un debate público ante el temor de que esta situación se replique en otras fronteras del continente.
Según las autoridades europeas, el sistema eléctrico sufrió una caída brusca de casi 15 gigavatios en menos de cinco segundos, lo que representó el 60 % de toda la energía que se estaba generando en ese momento.
La mayor parte de esa energía provenía de fuentes renovables: cerca del 55 % la generaban los paneles solares y alrededor del 11 %, los aerogeneradores.
De acuerdo con informes preliminares, este evento pudo haber sido provocado por un fenómeno atmosférico –densa nubosidad estratiforme– que habría generado una súbita reducción de la radiación solar sobre buena parte de la península, provocando una caída sincronizada en la generación de energía solar fotovoltaica, sin que las fuentes de respaldo disponibles pudieran responder con la rapidez necesaria.
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Panorama local
Lo ocurrido en la península ibérica no pasó desapercibido en Colombia. Alexandra Hernández, presidente Ejecutiva de la Asociación de Energías Renovables Colombia (SER Colombia), dijo que el incidente despertó el interés mundial, teniendo en cuenta que en España la energía renovable aporta más del 60 % de la electricidad.
En ese sentido, señaló que desde esta agremiación se analizan las lecciones y reflexiones para prevenir situaciones similares en el país.
“El país, acorde con la tendencia mundial, debe aprovechar las energías renovables, porque son la oportunidad para atender la creciente demanda eléctrica con una fuente abundante, competitiva en tarifas, limpia y de rápida construcción”, afirmó.
Uno de los aspectos que resaltó es que, además de la entrada oportuna de los proyectos, es importante adaptar el sistema para soportar y reaccionar ante variaciones en el suministro, ya sea por causas de la red o de la misma generación.
La líder gremial explicó que la generación eólica y solar no cuenta con la misma inercia que otras fuentes como las hidráulicas o térmicas; es decir, en caso de falla, se desconectan inmediatamente: “Esto no las hace inestables, pero sí demandan inversiones que permitan abordar las contingencias”.

Más energía en firme
Expertos del sector energético coinciden en que lo ocurrido en Europa dejó lecciones aprendidas, como que la transición energética en Colombia debe avanzar no solo con fuentes renovables, sino también con energía firme, como la generada por las hidroeléctricas con embalses y las térmicas, que son capaces de operar de acuerdo con la demanda y condiciones climáticas adversas, como las sequías.
Para el sector, incluir fuentes como la solar y la eólica es clave para ampliar la matriz y cuidar el medio ambiente. Estas energías ayudan a reducir las emisiones contaminantes, pero, como dependen del sol y del viento, su producción no es constante.
Por esta razón, ante el anuncio de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) sobre la realización de una subasta de expansión, los gremios energéticos han pedido garantías para que todas las tecnologías participen en igualdad de condiciones.
El presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), Alejandro Castañeda, sostuvo que espera que la Creg “corrija las cosas que están mal”. En ese sentido, se refirió a la resolución 066 de diciembre de 2024, que establece topes a los precios de energía en bolsa.
“Eso envía un mensaje muy negativo desde el punto de vista regulatorio y no ayuda mucho a que esa subasta sea exitosa. Ese aspecto también debe ajustarse. De lo contrario, no le veo mucho futuro a la subasta y habría que hacer otros ajustes regulatorios para que realmente funcione”, señaló.
Castañeda reiteró que espera que la Creg haga los ajustes necesarios para que haya suficiente oferta de proyectos de generación, principalmente convencionales, como la térmica e hidráulica –que son las que nos dan la energía firme que necesita el sistema–, sin excluir las renovables.
“Que son bienvenidas, pero aquí lo primero que se necesita es energía firme”, afirmó.
Seguridad energética
En Colombia, expertos y líderes gremiales del sector energético han advertido en reiteradas ocasiones que hay un alto riesgo de un apagón, dejando en evidencia la fragilidad de la seguridad energética en el país.
Son varios los factores que podrían acelerar ese escenario, aseguran los analistas, uno de ellos, y por el cual más se han pronunciado los gremios, es la iliquidez en la que se encuentran un gran número de comercializadoras, por cuenta de las billonarias deudas del Gobierno con estas empresas.
A corte del mes de abril, hay una deuda acumulada por concepto de subsidios de más de $3 billones. El retraso en los pagos a las comercializadoras por este concepto –que ya ha sido reconocido a los usuarios de los estratos 1, 2 y 3– tiene en aprietos no solo a empresas intervenidas como Air-e, que por este concepto ya adeuda más de $360.000 millones, sino también a muchas otras, dificultando su capacidad de cumplir con las obligaciones frente a los generadores y agentes del mercado.
Para Camilo Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), la crisis financiera de las empresas podría provocar el primer apagón, pero en este caso, de tipo financiero.
Es decir –explicó Sánchez–, que sin los recursos que debe girar el Gobierno a las comercializadoras, estas no podrán pagarles a los generadores y, por consiguiente, no podrán entregar energía no solo a los estratos populares, sino a toda la economía.
“Eso fue lo que pasó en Puerto Carreño. Allá se vendían $1.600 milloncitos, eso es nada en el sistema eléctrico, pero por $1.600 millones se apagó durante tres días y 40.000 personas quedaron sin luz”, puntualizó.
Con subastas, Creg asegura energía
El director Ejecutivo de la Creg, Antonio Jiménez Rivera, confirmó que, de acuerdo con XM, tras el cierre de las tres subastas de compra de energía se garantiza el suministro de energía en el país dentro de los márgenes proyectados por la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme).
En el proceso de asignación que se realizó los días 21 y 29 de abril y 8 de mayo, se asignaron 7,6 GWh/día, 6,4 GWh/día y 7,5 GWh/día para los periodos 2025-2026, 2026-2027 y 2027-2028. En las subastas se recibieron más de 20 ofertas válidas para cada periodo convocado, “lo que permitió obtener resultados más eficientes y competitivos”, indicó Jiménez.