Compartir:

La Gobernación del Atlántico calificó de 'inaceptable' el robo de elementos en la planta de tratamiento de aguas residuales de Repelón, lo que hizo que colapsara el servicio de alcantarillado del municipio.

La gobernadora Elsa Noguera aseguró que hace unos días estuvo en la cabecera del municipio donde la comunidad le expresó 'muchas quejas' sobre el servicio de alcantarillado. Al indagar el hecho fueron informados del robo de unos equipos en la planta, que la dejó fuera de servicio.

Aseguró que para dar solución a la problemática causada por el robo ocurrido, se adelanta la reformulación del proyecto para la rehabilitación de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) y la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) que garantizará el funcionamiento del sistema de alcantarillado y así poder brindarle a más de 20.100 habitantes el saneamiento básico, mejorando 'considerablemente' su calidad de vida.

Dio a conocer que la rehabilitación de la infraestructura representa una inversión de $2.145 millones y que se tiene programado comenzarla el próximo mes para culminar en el primer semestre del próximo año. 'Si bien haremos una inversión para recuperar el sistema de alcantarillado de la cabecera municipal de Repelón, hacemos un llamado a toda la comunidad para que tome conciencia de que los bienes colectivos tenemos que cuidarlos', añadió Noguera.

Además, señaló que harán una segunda inversión para garantizar que el vertimiento de las aguas residuales que hoy se depositan en el Embalse del Guájaro, sean sometidas a un tratamiento previo que asegure la 'recuperación de ese importante cuerpo de agua' del departamento.

La gobernadora aseguró que las autoridades competentes estudian el caso del robo y esperan identificar a los responsables 'que tienen al municipio sin su estación de bombeo y planta de tratamiento'.

Por su parte, la Corporación Autónoma Regional (CRA), quien se encargó de construir y entregar la obra al municipio de Repelón en 2015, explicó que enfrentan una grave problemática al perder en el robo, las tuberías de los filtros y drenajes, la totalidad de las membranas y algunos competentes de la EBAR.

Aseguró que el daño impacta tanto al medio ambiente como a la comunidad. En lo ambiental, no permite que estas aguas sean tratadas y lleguen sin ninguna adecuación al Embalse del Guájaro y a la comunidad la golpea porque aguas servidas corren por las calles de la población.