El gobernador de Minesota pasará de un perfil discreto como mandatario reelecto de un estado alejado de la política de alta tensión al centro de una de las campañas más cargadas de las últimas décadas.
Para los republicanos, Walz es un peligro porque ha propuesto “estándares de emisiones más estrictos para los automóviles de gasolina y políticas que permitan votar a los delincuentes convictos”.
Su decisión, según analistas, no es solo el resultado de dichas críticas que recibió en el último trayecto, o del coletazo del que fue un desastroso debate presidencial el pasado 27 de junio. Sino que también es el reflejo de quien ha sido siempre Biden, un legislador coherente –como los mismos Clinton lo señalaron tras enterarse de su salida– que además ha hecho una “carrera de servicio” por Estados Unidos.
El mandatario estadounidense mostró su respaldo a la vicepresidenta Kamala Harris; sin embargo, la candidatura depende de la decisión de los delegados del partido.
El tribunal electoral argumentó que no se puede desatender el fallo de tutela que ordenó inscribir al candidato por Fuerza Ciudadana.