Desde tiempos inmemoriales, las madres han sido pilares fundamentales en la formación de la identidad y el bienestar emocional de sus hijos. Son aquellas figuras irreemplazables, quienes en los momentos de incertidumbre y dolor, brindan el mejor consuelo y fortaleza para seguir adelante.
Aunque festejar el papel que desempeñan en la vida de cada individuo es una tarea diaria, en Colombia se estableció su fecha para este domingo 12 de mayo, día en el que se reconoce la importancia de la maternidad, y el esfuerzo incondicional de las mujeres por sus hijos.
Muchas madres se ven obligadas a asumir roles múltiples, actuando como proveedoras, educadoras y figuras de apoyo emocional para sus hijos. Es por ello que en EL HERALDO le contamos la historia de cinco mujeres que con su rol han mostrado gallardía, actuando como verdadera superheroínas.
Mayerly, una mamá policía; Doña Ana, una vendedora del Centro, Luisa, una soldadora; Nadia, una abogada y Claudia Elena, esposa de Carlos Vives, son las protagonistas de este apartado.
Mayerly Cortés, una policía a prueba de todo
Velar por el bienestar de la sociedad era la máxima misión de la Subintendente Mayerly Cortés cada mañana al despertarse. Portando el informe de la Policía Nacional, se preparaba para custodiar la seguridad de la ciudad. Sin embargo, desde que nacieron sus gemelas, esta misión se multiplicó. Sus ojos empezarían a abrirse mirándolas a ellas y con un único objetivo: ir a la calle a buscar el sustento que les permita gozar de una buena calidad de vida. Era el 8 de julio de 2016, y en una clínica de Bolívar, una joven mamá se encontraba en una encrucijada. Con gemelas nacidas a las 29 semanas de gestación, su embarazo de alto riesgo había llegado a un punto crítico.
Un dolor la llevó a la sala de urgencias, donde recibió la noticia devastadora: su cuello uterino se estaba cerrando y necesitaba dar a luz de inmediato.
Esta secretaria del Grupo de Protección al Turismo y Patrimonio Nacional de la Policía Metropolitana de Barranquilla tuvo que ver a sus hijas debatirse entre la vida y la muerte. “Isabella nació con parálisis cerebral. Pero a pesar de todo ella es una niña que está muy avanzada, mi niña es una guerrera. Soy madre soltera, las cuida mi mamá. Yo trabajo todo el día. Su padre es ausente, pero uno por los hijos hace lo que sea y estas gemelas son lo mejor que Dios me pudo dar en la vida”.

A Luisa le gusta soldar el bienestar de sus hijos, Mike y Gabriela
Los roles de género aún suelen ser rígidos. El brillo del arco de soldadura a menudo se asocia con figuras masculinas, pero esto no le importó a Luisa De la Rosa, una técnica en soldadura de taller soluciones de ingeniería de Relianz Mining Solutions, que desde hace tres años y medio, ha forjado su camino en una línea de producción en la que fabrica tanques de combustible, realiza reparaciones de cabinas y guarda radiadores.
Como madre de dos pequeños: Mike y Gabriela, enfrenta diariamente la difícil tarea de equilibrar su profesión con la crianza de sus hijos. El sacrificio de dejarlos cada mañana para emprender su jornada laboral se ve compensado con la esperanza de que estén bien cuidados y protegidos en su ausencia. Su presencia en un sector predominantemente masculino es motivo de orgullo y demostración de que las mujeres son capaces de enfrentar cualquier desafío con fortaleza y disciplina. “Mi mensaje para todas las mamitas que están trabajando por sacar adelante a sus hijos, es que nunca paren, no dejen de soñar hasta cumplir sus metas, hasta que alcancen su objetivo. Sí, hay muchas más mujeres en el sector y eso para nosotros es de gran orgullo”.

Claudia Elena se goza su rol maternal
Un viaje marcado por la felicidad absoluta y los desafíos transformadores. Así ha sido la vida de Claudia Elena Vásquez, esposa de Carlos Vives, ejerciendo su rol de madre.
Para ella, la maternidad es sinónimo de dicha plena, de un amor que trasciende barreras. Mientras confiesa que “ser madre es uno de los aprendizajes más grandes de mi vida”, recuerda cada etapa que ha tenido que vivir con ellos.
“Todo el tiempo estoy aprendiendo de mis hijos, ver cada etapa de su vida, la primera infancia, ahora vivir esta adolescencia, para mí ha sido un reto enorme como ser humano en el amor, en la paciencia, cultivar un montón de talentos que son necesarios para ser mamá”.
Este año, la familia Vives celebrará el Día de la Madre en Santa Marta. A pesar de la ausencia física de su madre, su recuerdo perdura en cada oración. Junto a su suegra, una mujer extraordinaria de 89 años, como ella mismo lo dice, honrarán el legado de amor y sabiduría que han dejado en sus vidas. “El desafío más grande es empezar a entender cómo desarrollar un montón de talentos alrededor de lo que tenemos que reconocer en cada etapa de ellos”.

El tatuaje que une el lazo de amor entre Nadia y Stephany
Con algo de nervios, pero decidida. Así llegó Nadia Caballero a las instalaciones de ‘Cayena Ink Tattoo’ en Barranquilla para hacerse por primera vez un mismo tatuaje junto a su hija, Stephany Chamorro. Este símbolo de unión entre madre e hija no era una simple representación de líneas en la piel, significaba plasmar el vínculo indestructible que comparten. Ahora, ambas tienen una flor tatuada en la parte inferior de sus espaldas. Para Nadia, ser madre es un viaje de por vida, una montaña rusa de emociones y responsabilidades. “Yo fui madre muy joven y para mí los hijos son todo. Ser madre es un dolor de cabeza y a la vez algo hermoso que nunca termina”. Aunque sus hijos han crecido y han comenzado sus propios caminos, el amor de madre permanece intacto. “Aunque tus hijos estén grandes, tú siempre estás al pendiente de ellos. Mi último hijo tiene 18 años y para mí sigue siendo mi bebé. Que ya ellos no lo ven así, pero para una madre, los hijos nunca crecen”. Mientras que para Stephany, su madre es mucho más que una figura materna, es su roca, su confidente y su mayor defensora. “Es la persona que me ha demostrado el amor más puro”.

Doña Ana representa la lucha incansable de una guerrera
Adentrarse en el Centro de Barranquilla es tener la posibilidad de encontrarse con historias pujantes y admirables como las de Ana Mercedes Rojas, una cocinera, que a punta de la venta de pescados ha logrado sacar a sus tres hijas adelante. Desde hace más de tres décadas, se estacionó en una esquina de la carrera 43, debajo de un palo de almendras que ella misma sembró. Ana permaneció firme, dedicando su vida al negocio que se convirtió en su hogar. Su pequeño puesto de venta de pescados no solo fue su medio de sustento, sino también el motor que impulsó el futuro de sus tres hijas.
Hoy goza de un nuevo espacio en la Galería comercial Sredni, donde ahora atiende en el segundo piso, con unas mejores condiciones.
Ana personifica el concepto de madre cabeza de hogar. Su vida ha sido una constante lucha, especialmente cuando los espacios públicos comenzaron a desaparecer.
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“Lo lindo de ser madre es luchar por los hijos para que no se pierdan, porque ellos se convierten en nuestra razón de ser”. Hoy, Doña Ana se transporta en una silla de ruedas producto de un accidente que sufrió hace un par de semanas. Aun así, llega a supervisar su puesto y a agradecerles a sus hijas cada apoyo que le brindan. “Deseo que a ellas les vaya mejor de lo que a mí me fue en la vida”.





















