Son las 5:00 a. m., se alista para comenzar su día con un entrenamiento en el gimnasio. A las 6:00 a. m., regresa a casa para preparar su desayuno e ir a visitar a sus padres que se encuentran en delicado estado de salud. Dos horas después estudia ingles con el propósito de viajar a otros países y finalmente a las 10:30 a.m., alista sus materiales y todo lo que necesita para hacer un recorrido en moto que va de Soledad a Barranquilla.
Universidad Simón Bolívar, allí es donde llega todas las mañanas el caricaturista momposino David Zabaleta Pérez, quien es muy querido, buscado y reconocido por su arte. “Hoy me vine lindo para hablar con ustedes, me coloqué la ropa de la iglesia”, pronunció entre carcajadas y emocionado.
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En su lugar de trabajo solo lo acompaña un portafolio de arte negro donde carga el carbón y los lápices con los que realiza sus caricaturas y retratos, también su tablero de dibujo y por supuesto toda su creatividad e imaginación, que a fin de cuentas es lo más importante.
Con una voz de esperanza contó: “Soy de Mompox, viví muchos años en Bogotá, pero Barranquilla me ha dado todo lo que tengo, cuando pisé esta ciudad, me di cuenta de que tenía toda una plaza para mí solito. Imagínate que yo cuando estaba joven presté el servicio, y cuando hacía las famosas guardias, lo que hacía era dibujar, así que podría decirse que yo nací con ese talento, pero cuando terminé y regresé a Bogotá, todos mis conocimientos se enriquecieron en la Carrera Séptima, donde hay un montón de dibujantes”.
Nueva zona
El artista llegaba de visita a la ciudad para visitar a su hermana, y su primera plaza fue un centro comercial en el municipio de Soledad, “El gerente me cobraba 15 mil pesos para dejarme hacer los retrato adentro”, contó en tono sarcástico, porque a su parecer le cobraban muy poco y él estaba dispuesto a dignificar este arte en este municipio.
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“Allí me di cuenta de que me iba a quedar en Barranquilla, porque me iba a ir muy bien. Ese señor cobraba muy barato, pues mi hermana lo convenció de que me dejara trabajar. He estado en varios puntos de la ciudad, estuve en el Paseo Bolívar, estuve por el Portal del Prado, en la Plazoleta de Soledad, y hace unos años por acá por la Universidad Simón Bolívar”.
Aunque el cielo estaba lleno de nubes negras, las ganas que Zabaleta tenía de contar su historia eran inmensas, a veces se asombra de la forma en que llegan las personas a él buscando sus manos para detener un momento de alegría en un papel y guardar hermosos recuerdos con la familia, la pareja o con amigos.
Asentando la cabeza y recordando sus años de esfuerzo comentó: “Yo compré mi casita a punta de dibujos, con mi talento es que he recorrido alrededor de 300 pueblos en Colombia, y he visitado los parques en diferentes ciudades, yo en ocho minutos dibujo a las personas que se sientan al frente mío. El arte es mi vida, hay días en que quiero descansar, pero realmente no puedo, quiero seguir dibujando a todo el mundo”.
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Los sueños siguen
Reposando un brazo en su pierna derecha, se quedó pensando en que su hijo está siguiendo sus mismos pasos, él es su prioridad en este momento, por lo que sus viajes a nivel internacional se han pospuesto, es que el chico es un adolescente de 16 años y no puede dejar a su pequeño artista de lado.
“Por lo pronto me siento agradecido con lo que he logrado, no solo trabajo en las calles de Barranquilla, las empresas me contratan en eventos importantes y yo tengo que dibujar en caricaturas a los invitados, por eso es que lo que hago causa tantas alegrías”.


