“Estuve a punto de abandonar, no tenía fuerzas”. Esas fueron las palabras que dijo hace un poco más de cinco años Adolfo Maury, director de la danza del Congo Grande y hoy rey Momo del Carnaval 2026, que han marcado la historia de la fiesta más grande de Colombia.
Adolfo Maury le dedica su designación a su hijo desaparecido
Nadie imaginó que Adolfo Maury estuvo cerca de abandonar uno de los legados más valiosos de la fiesta barranquillera, luego de más de 15 años portando la bandera de una institución cultural y carnavalera de 144 años.
Keryl Brodmeier planteó en su crónica publicada en EL HERALDO: Un congo grande que danza entre llantos cuál es la historia de Adolfo Maury, el día en el que su hijo desapareció y cómo ha venido afrontando ese profundo dolor hasta hoy.
“Rompe, rompe ese tambor y acábalo de rompé
rompe, rompe ese tambor y acábalo de rompé
que si Adolfo te pregunta dile que yo te mandé.
El tambor dejó de sonar y la voz de Adolfo Maury se quebró mientras luchaba contra sus lágrimas. Con las manos que segundos antes tocaba el instrumento, ahora lo golpeaba con el puño cerrado en un grito ahogado de impotencia.
Los versos que cantaba los compuso su hijo, que hace un año recorría junto con él la Vía 40 disparando los cantos alegres de la danza más antigua del Carnaval. Kevin Maury, heredero de uno de los legados más valiosos de la fiesta barranquillera, la danza del Congo Grande, desapareció sin dejar rastro.

Este año Adolfo no se postuló para ser rey Momo como en años anteriores a pesar de que, según conocedores, había llegado su turno de comandar la fiesta. En su cabeza no había lugar para el baile, la tradición, o la música. Solo podía preguntarse una y otra vez qué había pasado con su hijo", se lee en la crónica publicada el 23 de febrero de 2020.

8 de marzo de 2019, el día que marcó a Adolfo Maury
Ese día, Kevin salió de su casa en horas de la tarde junto aLaura Marcela Guarín Gómez,quien también permanece desaparecida. Según el relato de su padre, ella lo había buscado poco antes para que la vinculara en el grupo de danza durante la temporada carnavalera, pues planeaba mudarse a Medellín.
“Todo parecía normal”, recuerda Adolfo. Kevin salió vestido con bermuda, tenis y una camisilla. Le dijo a su mamá que no demoraba. Nunca regresó.
Kevin le dijo a su madre: “Mami voy a salir. Voy a hacer una vuelta y vengo enseguida”. Guardó su billetera y su celular en el bolsillo. Esa fue la última vez que fue visto por su familia.
“Empecé a preocuparme inmediatamente porque cuando él salía yo le mandaba un mensaje y me decía dónde estaba, pero no me contestaba. Después me escribieron del número de Laura haciéndose pasar por él. Me tuvieron casi ocho días engañada diciéndome que estaban de viaje, pero él no actuaba así. La última vez que me hablaron supe que no era Kevin por la forma como se dirigía a mí. En ese momento dije: ‘Adolfo, este no es Kevin. El que me está escribiendo es otra persona’”, relató en su momento su madre, Sandra González.
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Así fue la desaparición
El día de la desaparición, Laura y Kevin fueron,según los familiares, a encontrarse con Ricardo Carvajal en Santa Marta.
En su momento, el CTI de la Fiscalía seguía pistas sobre la desaparición de la pareja que vinculaban a Carvajal, debido a que este le entregaría, al parecer, dos millones de pesos a Laura para supuestamente “comprar su silencio”.
Según fuentes cercanas a la investigación, ella tenía información que podría incriminarlo.
“Cuando marcamos el celular de Kevin aparecía apagado, pero una vez me contestó alguien que decía que el celular se lo había encontrado en el Buenavista de Santa Marta. Los investigadores nos informaron que cuando nos contestaron la llamada había salido de una finca de él (Carvajal). O sea, que el celular sí estaba en una propiedad de él. Además hubo un domiciliario que vio a Kevin y a Laura en la propiedad, ahora dice que no vio nada. A mí me da lo mismo si ese señor sale o no sale de la cárcel. Yo lo único que quiero es que mi hijo aparezca”, agregó en ese momento la madre de Kevin.
‘El Diablo’, como era conocido Carvajal fue capturado el 16 de junio por el delito de desaparición forzada y fue enviado a la Penitenciaría El Bosque el 26 de junio de 2019 por los delitos de concierto para delinquir agravado, desaparición forzada y porte ilegal de armas de fuego agravado.
El 19 de marzo de 2024, ‘El Diablo’ fue asesinado en su propio apartamento ubicado en la calle 130 con carrera 9, en la urbanización Caribe Verde, localidad Suroccidente de la capital del Atlántico.
Carvajal Vargas intentó escapar del atentado en su contra, pero fue acorralado en el apartamento 502, del bloque 28, en el lugar referenciado. Su cuerpo quedó aparentemente debajo de una mesa.
Dejar en alto el legado
Hoy, con la responsabilidad de encarnar a uno de los personajes más emblemáticos de la fiesta, Adolfo no olvida a Kevin.

“Se lo dedico a una persona muy especial que me ha acompañado siempre, que es mi hijo. Donde quiera que estés, hijo, este triunfo es tuyo. Muchas veces me hiciste perseverar, muchas veces cuando salía derrotado me decías: apá, vamos para adelante, que tu tiempo va a llegar. Hoy veo hecho realidad este anhelo y se lo agradezco a él donde quiera que esté. Anhelo su regreso y sé que Dios me va a conceder ese deseo”, expresó conmovido a EL HERALDO.
Ahora, con la bandera de rey Momo, Adolfo ratifica que, aunque estuvo a punto de abandonar este inmenso legado, valió y sigue valiendo la pena luchar para mantener viva la tradición y continuar enalteciendo la danza del Congo Grande, la misma que está amarrada a las entrañas del Carnaval de Barranquilla.