Leidys Pérez se miraba al espejo y, con calma, acomodaba sus trenzas recién hechas. El maquillaje ya estaba listo, el vestuario puesto y la energía a flor de piel para otra presentación con Fuerza Negra.
Mientras tanto, su director, Nair Núñez, con teléfono en mano, resolvía llamadas y ajustaba la logística para la cita que tenían en el Festival Estefanía Caicedo.
Antes de partir, los micrófonos y cámaras de este diario capturaban el pulso de una danza que, en los últimos días, ha tomado protagonismo tras conocerse que la reina del Carnaval de Barranquilla 2026, Michelle Char Fernández, bailó con ellos durante casi tres años. Fue allí, entre tambores y sudor, donde la soberana descubrió la verdadera esencia de la fiesta.
“Esta es la casa de todos, así que pasen sin pena”, decía Nair Núñez, mientras la calle 82F No. 21B-93, en el barrio La Manga, recibía cajas llenas de telas y todo el equipamiento necesario para emprender una nueva aventura dancística.
En esa esquina ya nadie se sorprende con el sonido de un tambor ni con el grito de un mapalé. Vecinos y curiosos conviven con el ritmo diario de los ensayos. Basta sacar un bafle para que la calle se encienda, y así fue. En cuestión de minutos empezó a sonar Monasita mí, que por estos días se ha viralizado en redes sociales.
Y es que ese “Llegaron los tamboreros/Prepárense bailadores/Son puro sudor y cuero/Abran paso a los mejores” protagonizó el video de postulación de la reina Michelle Char en compañía de una Fuerza Negra que diseñó una coreografía replicada actualmente por miles de carnavaleros.
Lea también: “Conecto mucho con el tambor y los bailes que se sienten”
“Yo no quería que ella hiciera algo trillado y le propuse hacer el video desde aquí con esa canción de Tato Marenco y un grupo palenquero que yo quiero tanto como Kombilesa Mí, un tema que para mí conectaba muy bien con todo lo que ella quiere mostrar en la fiesta”.
Herencia palenquera
Pero, ¿Por qué Michelle se dejó cautivar de este grupo? Pues, su historia en la fiesta se remonta a 11 años atrás cuando unos jóvenes cargados de talento, pero también de incertidumbre, se atrevió a pisar el escenario del Carnaval de los Niños. No sabían cómo era “ese mundo festivo”, pero llevaban en el pecho la convicción de que iban a ser grandes y poderosos.
Así nació Fuerza Negra, una agrupación que con disciplina, perseverancia y respeto por el arte ha logrado mantenerse como una de las danzas afrodescendientes más talentosas de la fiesta barranquillera, con siete Congos de Oro en su historia.
El nombre surgió “como un grito de resistencia”. Durante los ensayos en la Corporación Cultural Bambazú, cuando el cansancio parecía quebrar la energía, alguien lanzaba el aliento: “¡Fuerza Negra!”. Esto lograba levantar los ánimos y devolvía la vitalidad a los bailarines. Con el tiempo, ese grito se convirtió en bandera, en identidad. “Antes tuve un grupo llamado Las Divas del Futuro, pero no representaba lo que queríamos hacer”, recuerda Núñez.
Aunque su director es barranquillero, lleva en la sangre la herencia de San Basilio de Palenque a través de su madre y abuelos maternos. Esa raíz africana es el corazón del grupo, que rescata la tradición palenquera y la trae a la urbe.
Lea también: Hasta en China Mafalda celebra sus más de 60 años de historia
Porque, como él mismo explica, Barranquilla también tiene su propio “palenque urbano”, formado por comunidades afrodescendientes que se asentaron en barrios como Barrio Abajo, La Manga, Me Quejo, Nueva Colombia, entre otros.
“Nosotros somos memoria, resistencia y orgullo afro. Todo lo hacemos pasión y traemos un poquito también de esa herencia palenquera que tanto le ha regalado a la fiesta”.
Derribando problemáticas
En el interior del grupo también se marca un camino distinto para decenas de jóvenes que encontraron en este grupo un refugio frente a las realidades duras de sus barrios. Allí donde abundan las “líneas invisibles”, la drogadicción y los embarazos tempranos, ellos decidieron escribir otra historia.
“El grupo no solamente se dedica a bailar. Aquí se trabaja con proyectos de vida, se aprovecha el tiempo libre de los jóvenes y niños en cosas positivas. Hacemos danza, teatro, música, todo con el fin de combatir esas problemáticas que nos rodean en estos sectores”.
Un baile que libera al más encerrado
Leidy Pérez ingresó al grupo con apenas 10 años, allá por en 2015, cuando todavía era una niña tímida de barrio que encontró en la danza un refugio y una voz. Hoy, casi una década después, dice con seguridad que en la tarima se siente “libre, confiada, capaz de ser ella misma“. “Cuando bailo siento que me puedo liberar, que puedo expresarme a través del baile, soy una mujer libre y Fuerza Negra es eso”.