Ha pasado una semana desde que Michelle Char Fernández fue designada reina del Carnaval de Barranquilla 2026, y no hay nadie que le borre de su rostro esa sonrisa pícara, jocosa y contagiosa que la acompaña a todas partes.
Esa misma que hace juego con sus pecas, haciendo brillar cualquier vestuario, como la pollera verde con blanco con la que arribó a las instalaciones de EL HERALDO en la mañana de ayer. Su sola presencia puso a todos a sentir que la fiesta ya empezó.
Desde aquel viernes 15 de agosto, su rutina no ha sido la misma. Apenas recibió el nombramiento, se fue directo a un coctel en la Casa del Carnaval, y a las 10 de la noche ya estaba celebrando en el barrio La Manga el cumpleaños de Nair Núñez, director de Fuerza Negra.
La fiesta siguió en La Troja, donde bailó salsa hasta casi la media noche, y horas después ya estaba montada en un avión rumbo a Pereira para cumplir con su primer desfile como soberana en la Fiesta de la Cosecha.
Ya hizo su primer saque de honor con Junior festejando el cumpleaños 101 del equipo rojiblanco. Los eventos ya piden su presencia, y aún Michelle está procesando que es la embajadora universal de esta fiesta patrimonial. “Todavía me estoy dando cuenta de que soy la reina, esto apenas está comenzando, poco a poco, paso a paso, pero estoy feliz. No hay nadie que me quite esta sonrisa y además porque la gente me ha expresado un cariño tan especial en pocos días”.
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La joven de 23 años ha vivido con orgullo la antesala de un reinado que se anuncia intenso, pero en medio del vértigo ella insiste en que lo esencial es rescatar la raíz.
“Quiero darles visibilidad a todos los que están detrás del Carnaval, a esos grupos que trabajan todo un año para lucirse en cuatro días. Sin ellos, no existiría lo que vemos en la Vía 40, y sé que si todos aportamos un granito de arena lo vamos a lograr”.

Reinando en las redes
No pasaron ni 24 horas para que Michelle, siendo la reina número 90 de este festejo, se ganara el corazón de los carnavaleros a través de esa autenticidad que reflejó desde que brindó sus primeras palabras a los medios de comunicación.
Su espontaneidad ya la convirtió en fenómeno digital. Videos en los que repite “Quien lo vive es quien lo goza” se han viralizado, y hasta las comparaciones con personajes de la novela Chepe Fortuna como Reina Carolina y Niña Cabrales la han hecho sonreír con complicidad.
“Me dicen que me parezco a Niña Cabrales, o que mi sonrisa es como la de Reina Catalina. Para mí eso es un piropo, esas mujeres son hermosas. Además, crecí viendo esa novela. Si aprendí a hablar así fue gracias a Chepe Fortuna”.
Y ahí está el detalle. Su lenguaje no es impostado, sino que parte de una cultura popular que se filtra en su manera de hablar, de reír, de conectar, y que ahora recorre las redes sociales.

Diseña con el alma del tambor
‘Michi’, como es llamada por sus más cercanos, ya ha dejado ver que lo suyo no es posar como soberana, sino proyectarse como mujer integral, diseñadora, emprendedora y artista que se goza el Carnaval.
Su conexión con la fiesta es primero musical. “A mí me gustan los bailes que se sienten. Yo me conecto mucho con el tambor, con esos sonidos específicos, y siento que el mapalé hace parte de eso”. Esa fuerza la llevó a elegir para su video de postulación un repertorio poco común como Monasita mí, del barranquillero Tato Marenco y lagrupación palenquera Kombilesa Mí.
Y ayer, en el marco del Día del Folclor, decidió danzar un bullerengue, haciendo honor a los bailes cantados.
“Con la fuerza del bullerengue, su sensibilidad femenina, su voz de resistencia y su clamor de libertad me uní a esa celebración, exaltando a quienes dan vida y preservan la tradición de los bailes afrocantaos del Caribe colombiano, declarados patrimonio inmaterial de la nación”.
Pero Michelle no es solo tambor y danza, también es diseño. Como diseñadora de interiores, creó ‘018000’, una marca inspirada en el código postal de Barranquilla y en la estética retro de la ciudad. En ella rescata la arquitectura olvidada, desde las postales antiguas hasta edificios icónicos como el Banco Dugand o la iglesia San Nicolás. “Quiero que la gente entienda que Barranquilla también tiene joyas arquitectónicas, pisos, casas, todo eso también es diseño”.
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Su segunda apuesta, llamada ‘Cossas’, nació para explorar el orden, la funcionalidad y la creatividad en productos de diseño. Es un proyecto joven que tuvo que pausar porque la corona llegó antes de lo previsto, pero que guarda como un camino por recorrer después del reinado.
Esa vena creativa la traslada también al Carnaval. Ella quiere ser parte de su construcción: diseña bocetos, pinta, trabaja en logos y hasta mete mano en la estrategia digital de su reinado.
“Yo quiero todo: mis redes, la música, la estrategia, hasta el logo lo estoy diseñando yo. ‘Meto la cuchara’ en todas partes porque me encanta el diseño y creo que eso tiene que ver con todo en el Carnaval: vestuarios, carrozas, escenarios”.

A esta visión añade un compromiso con la sostenibilidad. Quiere que los trajes cuenten historias, que se creen en alianza con emprendedores locales y que la moda se piense también desde el respeto al medioambiente.
“Quiero que todo el mundo tenga su granito de arena y que yo también pueda aportar dándoles visibilidad. Hay mucho talento en el Caribe y en Colombia que merece ser reconocido”.
Y en medio de todo, su apuesta más personal es mostrarse auténtica. “Quiero que conozcan no solo a la reina, sino a Michelle. Que sepan quién soy, qué me gusta y qué me inspira”.
Pasiones bien conjugadas
Ya pronto llegará el noveno mes del año, y ella más que nadie sabe que “desde septiembre se siente que viene diciembre”. Esa voz característica de su abuelo Mike Char la ha acompañado siempre.
“Ha sido algo muy chistoso porque cuando me escogieron le decían, ¿a ti te gustaría que la nieta, el que dice, “Aquí suena...”, fuera reina? y es icónico porque qué picó en Barranquilla no tiene la placa de mi abuelo. Así que me verán en todas las esquinas con picó bailándome todo”.
Además, se le cruzaron las dos grandes pasiones de la ciudad: Carnaval y Junior.
“Se tienen que ganar las dos estrellas porque si no, ‘me matan’. Siempre, cuando la reina que se gana la estrella, eso es adoración en los hombres de mi familia que están contentos porque ellos han sido testigos de mi proceso, me han visto en tarima y ahora hay que seguir dándolo todo porque ¡Quien lo vive es quien lo goza!”.