“Todos en el Carnaval de Barranquilla perdemos la cabeza por sí o por no. Menos uno: el disfraz del descabezado, que siempre la lleva en la mano”.
Esa frase, nacida de una de sus crónicas más recordadas, resume la esencia de Juan Rincón Vanegas, un cronista que observa donde otros sólo miran, que escucha donde otros solo oyen el sonido de los tambores, y que encuentra en la fiesta un archivo viviente de personajes, tradiciones, olvidos y emociones. Por eso, este miércoles fue homenajeado con el reconocimiento Vida y Obra en el certamen de crónica periodística organizado por Carnaval de Barranquilla, que lleva el nombre de su amigo: Ernesto McCausland Sojo.
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Con más de cuatro décadas de trayectoria y una vida dedicada a contar las historias, personajes y costumbres de la Costa Caribe colombiana, Juan Rincón Vanegas se ha convertido en una de las plumas más excelsas del periodismo cultural de la región. “Este reconocimiento representa algo grandioso para mí”, afirma Rincón, con una mezcla de emoción y gratitud. “Es el premio al esfuerzo, la dedicación y la pasión que siempre le puse a cada crónica. Me motiva aún más saber que viene del Carnaval de Barranquilla, fiesta que me enamoró hace más de tres décadas, cuando Ernesto me llamó por primera vez para contar historias”.
Juan Rincón Vanegas nació en Chimichagua, Cesar, pero el Caribe entero lo adoptó como su cronista. Comenzó a escribir sobre el Carnaval hace más de 30 años, cuando la fiesta era menos mediática y mucho más de calle, de esquina. Desde entonces, ha publicado más de 400 crónicas exaltando la cultura popular del folclor del Caribe, entre estas de la música vallenata y del Carnaval de Barranquilla, interesándose profundamente en los personajes, sus vivencias y sus tradiciones.
“Cuando se creó el Premio de Periodismo Ernesto McCausland, siempre quise ganármelo. He participado en todas las versiones. Este año publiqué una crónica sobre ‘Te olvidé’ el eterno himno del Carnaval y soñaba con que fuera reconocida, pero la llamada que recibí cambió todo: no gané la categoría, pero me entregan el Vida y Obra, eso me llena de orgullo. Es el premio más alto que he recibido en mis 44 años de oficio”, cuenta.
Entre el vallenato y el Carnaval
Su pluma también ha estado profundamente conectada con el Festival de la Leyenda Vallenata, evento del cual es su jefe de prensa. “Ambas fiestas son hermanas”, dice convencido. Y es cierto. El mismo Rincón ha sido puente entre los dos mundos, llevando personajes del Valle al Atlántico y viceversa, buscando siempre los relatos que lleguen al alma del lector.
“Hace poco, una canción ganadora del Festival hablaba de ambas celebraciones. La sentí como mía, porque representa esa unión que también llevo dentro: el paseo entre el Vallenato y el Carnaval”, comenta.

‘El flaco’ o ‘Juanrincrónica’ como también es conocido, afirma que no escribe desde la distancia y por eso cada vez que lo vio conveniente visitó a los personajes carnavaleros hasta sus casas o también se sumergió en los desfiles. Así lo hizo cuando conoció a Ismael Escorcia Medina, el hombre detrás del disfraz del descabezado, que luego heredaron sus hijos y nietos. “Lo visité en su museo en el barrio El Santuario, titulé esa crónica ‘La única cabeza que no se pierde en el Carnaval de Barranquilla’, porque él literalmente la lleva en la mano. Esa historia me marcó”, recuerda con una sonrisa nostálgica.
Y como esa, hay muchas más. Historias que le fueron llegando de la mano de amigos y cómplices de su pasión por la fiesta, como los fallecidos Lisbeth Díaz o Álex Lewis, a quienes también agradece por acercarle personajes, por sugerirle temas y por avivarle la chispa en los últimos años.
“Hago entrevistas a saca tripas”
Así define su método: directo, emotivo, cercano. “Como decía Consuelo Araujonoguera, yo hago entrevistas a saca tripas”, dice sin rodeos. Y eso se nota en cada línea, en la forma como sus crónicas logran que el lector vea al personaje, escuche su voz y, muchas veces, sienta su dolor o su alegría.
Su estilo ha sido reconocido en todo el país, pero él sigue escribiendo con la misma sencillez con la que comenzó. “Yo le pongo amor, le pongo sentimiento a lo que hago. No escribo por escribir. Escribo para que las historias vivan”.
Y tal como le pasó al cantante Jorge Oñate, quien siempre aspiró a obtener el Grammy Latino y la Academia Latina de la Grabación lo premio con el Premio a la Excelencia, ahora Juan Rincón recibe un premio que para él es un reconocimiento a toda la pasión que siente por contar grandes historias.
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“Este premio no es solo mío, es de mi familia, del periodismo cesarense y de todos los que hemos intentado narrar historias de vida, de amor y de tradición desde el Carnaval de Barranquilla”.
Y así, entre acordeones y tambores, Juan Rincón sigue escribiendo para contarle al mundo cómo las fiestas también se engrandecen desde el periodismo, porque mientras otros bailan, él escribe sin perder nunca la cabeza.