“Echao pa’ lante y prepara’o, ahora sí que les gané al chisme y hasta al no sé qué, me paré, me paré...”, se le escucha cantar al eterno Rey de la Música Tropical colombiana, Álvaro José Arroyo González, en el tema Echao pa’ lante, que salió al mercado en 1987, prensado por Discos Fuentes, y que se convirtió en uno de sus gritos de batalla.
En esta canción de la autoría del Joe Arroyo, y cuyos arreglos fueron transcritos por Juventino Ojito, el artista cartagenero inmortalizó parte de su filosofía de vida. Y es que desde niño no la tuvo fácil, le tocó guerrearla para convertirse en una figura colosal; muchas veces cayó, pero también se sacudió y se llenó de valor para seguir en pie de lucha, batallando incluso contra sus propios demonios.
Este viernes 26 de julio cuando se conmemoran 13 años de su partida, familiares, amigos y músicos reflexionaron para EL HERALDO acerca del espíritu combativo que le permitió a este hijo adoptivo de Barranquilla acariciar el éxito.
Nayalive Arroyo Alonso, la menor de las dos hijas del matrimonio entre el cantautor y Mary Luz Alonso, le dijo a esta casa editorial que: “Una de las enseñanzas más grandes que me dejó mi papá fue ser echada pa’ lante y trabajar por mis sueños. Creo que ese es uno de los legados más hermosos que nos dejó y que trato de aplicar”.
‘La peloti’, como la llamaba cariñosamente su padre, recordó que las grandes reflexiones el artista generalmente las hacía mientras conducía, una actividad que disfrutaba al máximo. “Salíamos durante dos horas a recorrer la ciudad, era una persona muy elocuente, entonces hablábamos de todos los temas de la vida. Nos contaba muchas anécdotas, y siempre trataba de dejarnos una enseñanza. Ahora cuando afronto algún problema mantengo presente cada consejo”.
Musicalizó sus luchas
Su compadre de sacramento, el timbalero Ricardo ‘el Pin’ Ojeda, coincidió con Nayalive y recalcó que Joe luchó con todas sus fuerzas para armar su propia orquesta, La Verdad, el sueño que siempre lo obsesionó. “Él empieza a armarla en el 81, después se le desarmó, le tocó durísimo, vino a Barranquilla y formó la orquesta nuevamente, ahí entramos nosotros a apoyarlo. Hubo hasta colegas que no creían en él, lo tildaron de loco, es por eso que en la canción Joe dice ‘ahora me toca darme a mí el caché, ellos no creen que yo no me la sé, fíjate, fíjate, echao’ pa’ lante y preparao’, o sea, les dice a todos los incrédulos que pudo salir triunfante”.
Ojeda que estuvo durante 27 años en la Orquesta La verdad, cuenta que ‘El Centurión de la Noche’ era muy calculador y que luego de comprar unos módulos de sonidos en Estados Unidos durante una gira musical, se acordó de ese aparato y para grabar el álbum Echao pa’ lante, lo desempolvó y le dictó los sonidos exacto que debía hacer con sus baquetas. “Era tremendo genio, me dijo compadre se acuerda de este aparatico que compramos en Nueva York, bueno entonces debes seguirle el sonido, y de ese álbum por ejemplo, la introducción del tema Son apreta’o, la logramos con ese modulito”.

“Recibí su bendición en ese LP”
El destacado clarinetista y saxofonista Juventino Ojito, explicó que desde 1982 había tenido la oportunidad de trabajar junto a Joe como músico intérprete en las presentaciones en vivo, pero es en 1987 cuando graban el álbum Echao pa’ lante, cuando es convocado para trabajar en estudios. “Recibí la bendición del Joe para poder acompañarlo como arreglista en sus producciones. Hago la salvedad de que Joe participaba directamente en la estructura de los arreglos con sus ideas, pero a mí me tocaba el oficio de orquestador, arreglista y transcriptor, ante un grupo de músicos y compañeros talentosísimos que también hacían sus aportes, como el maestro Chelito De Castro, Ricardo ‘el Pin’ Ojeda, Emil Galvis ‘El Peso’ o Efraín Villanueva, ese era el grupo de base siempre”.
El actual rey Momo del Carnaval de Barranquilla, detalló que aunque la directiva de Discos Fuentes no consideraba oportuno que él estuviera presente por ser muy joven, Joe le dio su voto de confianza. “Consideraban que yo era inexperto para asumir la producción del álbum, la dirección musical, y sin embargo Joe confió en mí, así que ese álbum para mí fue muy especial”.

Un museo para Joe
Una de las ideas que surgió entre sus familiares al año siguiente de su muerte fue la creación de la casa museo Joe Arroyo, para lo cual según cuenta Nayalibe en estos momentos están en la consecución de recursos y en el desarrollo creativo y arquitectónico del lugar. “Contamos con algunos elementos como sus Congos de Oro, muchas fotografías inéditas y sus icónicas vestimentas”.
En su residencia ubicada en la carrera 38 con la calle 80B, funcionaría este espacio que sus hijas desean se convierta en un proyecto de ciudad. “Más que un museo, es un espacio multicultural porque queremos que sea un espacio dinámico donde las personas puedan realmente vivir una experiencia en movimiento como lo era la música de Joe Arroyo, inspirada en el bailador”.





















