El Caribe es un territorio de historias. La oralidad ha sido parte fundamental de este punto del mundo en el que la ficción y la realidad se entremezclan sin ningún tipo de diferencias o reparos. Y, cuando de cuentos con tintes paranormales se trata, quizá la imaginación vuela aún más alto.
Brujas, la llorona, duendes y todo tipo de criaturas mágicas y tenebrosas han sido los protagonistas de estos relatos y los culpables de una gran variedad de leyendas y pesadillas.
Y esta noche, a partir de las 8:30 p.m., volverán a aparecer. No será en los montes ni zonas apartadas del Caribe. Será en la televisión. A través de Telecaribe en la miniserie Érase una vez en el Caribe, estas leyendas llegan a la pantalla chica.
Y es que esa fue la inspiración para la creación de esta producción con la que el canal regional regresa a los trabajos de ficción. Contar nuestras tradiciones orales de leyendas a través del audiovisual.
Así llega esta miniserie de siete capítulos que se emitirán de lunes a viernes desde hoy y que fue producida por Rafael Carmona, dirigida por Jhoyson Suárez, escrita por Yair Barrera y en su elenco cuenta con el reconocido actor cartagenero Jhon Narváez.
En ese sentido, para adentrarnos en este mundo mágico de leyendas e historias, EL HERALDO conversó con Yair Barrera, su guionista y con Jhon Narváez, quienes dieron detalles de esta producción.
“Es un relato diferente, está contado desde una mirada distinta y está basado en mitos y leyendas del Caribe colombiano, pero también hay que darle una relevancia a esos cuentos que nos contaban las abuelas antes cuando habían reuniones familiares, de alguna forma no dejar que lo que es la tradición oral desaparezca, de ahí nace la importancia de poder contar estas historias”, detalla Yair.
Y la génesis de esta miniserie se da en un trabajo documental realizado por Rafael Carmona, y que fue emitido por Telecaribe, llamado La voz del mito, en el que se adentraban en estas historias fantásticas y que ahora tienen un toque de ficción.
Historias universales
Yair Barrera es oriundo del municipio de Ciénaga, Magdalena, y dice que esto es algo fundamental pues a lo largo de su vida, especialmente en su niñez, quedaba absorto ante este tipo de relatos, que pudo plasmar en esta nueva miniserie.
Pero, su terruño no es el único lugar en el mundo con estos relatos pues “si bien son del Caribe colombiano, durante la investigación nos dimos cuenta que se repiten a lo largo de toda Latinoamérica, es decir, la llorona que tenemos aquí es la misma llorona que sale en Perú, o es la misma llorona de la que hablan en México, los niños en cruz que tenemos en gran parte del Caribe colombiano se repiten en Bolivia”.
La historia tiene lugar en El Secreto, un pueblo ficticio ubicado después de San Pelayo, Córdoba, pero que es todo salido de la imaginación y al mismo tiempo de la realidad, pues en el Caribe ambas cosas vendrían a ser lo mismo.
Un Caribe distinto
El Caribe, explica Yair, en el audiovisual siempre ha sido retratado colorido, que lo es, pero que a su vez guarda en sus adentros una oscuridad que también merece ser retratada y esta serie es ejemplo de ello.
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“Sigue siendo Caribe, pero su color, su puesta en escena, su forma de narrar es diferente a lo que se ha venido haciendo siempre. Yo creo que incluso podríamos pensar en competir servicios de streaming”.
Víctor, el que une todo
Estos capítulos de la serie son autoconclusivos. Cada uno tiene una propia unidad narrativa, cuenta algo. Sin embargo, hay un personaje que es el encargado de unir todas las historias a través de la investigación que realiza, ese es Víctor, interpretado por el cartagenero Jhon Narváez.
“Víctor es un periodista que recibe una misión en plenas vacaciones. Primero contrariado y luego muy curioso, descubre todo lo que esconde El Secreto, un pueblo misterioso y perdido en medio del Caribe colombiano”, dice el actor.
Narváez cuenta que recibió la invitación para preparar a los actores y actrices de este proyecto, pero que ahí terminó dándole vida a este peculiar personaje. “La idea de grabar en Cotorra (Córdoba) me fascinaba porque mi familia materna es sabanera, y pasé mucho tiempo de mi niñez allá. Entonces los paisajes, la comida, los patios y los cuentos, son parte fundamental de mi historia”.
Finalmente, el actor ganador del Premio Macondo, comenta que “a esas historias de la tradición popular les sienta muy bien el género terror. Yo que estuve ahí acompañando el rodaje doy fe que este proyecto está imperdible”.
