Después de haber recorrido un largo camino en el mundo de las historias, debido a su profesión como comunicadora social, y posteriormente atravesar por la tristeza y la angustia de ver marchitar a uno de sus amores más preciado, María Elvira Cabello Blanco, tuvo la valentía para reinventarse y sacar a flote sus mejores pinceladas.
Elevando sus pensamientos y emociones empáticas por aquellos que se atreven a buscar nuevas oportunidades y abandonan su país para alcanzar nuevas metas, la también artista, rinde un significativo homenaje a los migrantes del mundo con sus cuadros, que expresan las distintas situaciones a las que se enfrentan estos valientes.
Pero hablando de arte, sus trazos están inspirados en tres grandes pintores. Los colores vivos y las pinceladas marcadas del neerlandés Van Gogh; las pincelada gruesas, libres, coloridas y vibrantes del colombo-español Alejandro Obregón y los cuellos alargados, ojos ciegos y cuerpos en posturas extremas del italiano Amedeo Modigliani.
Lo anterior lo plasmó en su exposición ‘Siluetas y flores’.
Una época difícil
Luego de que su primer esposo falleciera a causa de una grave enfermedad, Cabello Blanco comenzó a explorar a fondo una faceta poco conocida, su talento y pasión por el arte.
“Me fui a trabajar a Venezuela durante 12 años como cónsul general de Colombia en Caracas. Mi esposo en aquel entonces estaba enfermo de cáncer y también sufría de Alzheimer”, anotó.
Culminando su ciclo en el país vecino, quiso volver a su tierra para recordar el tiempo en el que su madre la impulsó a estudiar pintura. “Fue un tiempo muy lindo, recuerdo que tenía varios profesores, no pensé que volvería a retomar esa pasión, pues en mi juventud lo hacía para la familia y para tener otro conocimiento”.
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Entonces tomó la decisión de entrar a Bellas Artes, allí decide incursionar en el mundo de la pintura, pero no logró terminar la carrera, sin embargo se quedó con mucha de la base.
Pintar con un propósito
La muestra ‘Siluetas y flores’, reúne una serie de obras que reflejan el amor hacia la familia, la lucha y la esperanza de aquellos que dejan sus hogares por buscar un mejor futuro.
“Sé qué es lo que se siente irte del lado de las personas a las que más amas, para buscar nuevas oportunidades. En la pandemia creé una conciencia acerca de esto, porque muchos se vieron afectados económicamente por la situación de sus países”.
Pero la exposición de María Elvira Cabello Blanco no solo es un tributo a los migrantes del mundo, sino también una invitación a reflexionar sobre la importancia de la empatía y la solidaridad. Ella incluyó además, cuadros de flores que reflejan la libertad de la artista al dibujar y pinturas de desnudos que reflejan el amor propio.
Muchos adultos luego de pensionarse, no se atreven a retomar actividades de su vida por múltiples situaciones. “Yo me reinventé a mis 70’s, pero me siento feliz porque el arte me hace sentir libre”.
Impulsó grandes proyectos
En su vida siempre tuvo claro sus objetivos, es por ello, que apuntó a las grandes ligas desde sus primeros escalones.
“Inicié en esta bonita profesión siendo directora de comunicaciones del Banco de Bogotá a nivel nacional, luego regresé a Barranquilla y fui subdirectora de Relaciones Públicas de Comfamiliar durante 15 años”.
Posteriormente, María Elvira, estuvo detrás de la consolidación del canal regional Telecaribe. Además, montó Teleheraldo, noticiero de esta casa editorial que dirigió y también presentó.
María Elvira estuvo en Televista como directora y finalmente fue gerente y directora del proyecto Celumovil, cuando apenas comenzaron a ponerse de moda los celulares.


