Francisco Martínez, diseñador de modas, el maestro detrás de los vestidos del Carnaval de Barranquilla

Las lentejuelas verdes se escurrieron por debajo de la puerta del closet de Francisco Martínez, como con ganas de ser vistas. Dentro, estaba él, haciendo todo lo que su padre y madre le dijeron no hiciera y, por consiguiente, lo primero que se dispuso a hacer: alguna nueva obra de arte que quedó, como las anteriores, en la oscuridad del anonimato.

'En mi clóset tenía más retazos de telas y lentejuelas, que ropa. Todo lo hacía escondido', narró Francisco sobre su niñez, sentado en la silla blanca giratoria frente al espejo de su boutique.

A la corta edad de 33 años, el joven ‘Fran’ habla con envidiable sabiduría sobre sus años pasados. Como si en realidad ya hubiese vivido varias vidas y esta fuese solo la repetición de una exitosa historia anterior.

Apasionado por la moda, el baile y el Carnaval, ‘Francis’, como le dicen sus vecinos, es un diseñador de modas que desprende pura creatividad y talento. Nacido en barranquilla, se considera más barranquillero que el mismo Joselito y con su corta edad ha logrado un amplio recorrido en el mundo del diseño de trajes de Carnaval.

'El santo parrandero no debería llamarse Joselito Carnaval, sino Francisquito Carnaval. Porque también amo y adoro la fiesta. ¡Yo respiro, los 365 días del año, Carnaval!', bromeó entre blancas carcajadas.

La primera obra de arte que hizo Fran sin necesidad de esconderla fue un tocado mexicano que lo enamoró a primera vista. A falta de redes sociales, imprimió la imagen y le dijo a sus papás que era un trabajo para el colegio de la civilización azteca, compró los materiales y se puso manos a la obra.

Pluma por pluma, lentejuela por lentejuela. Al final, cuando ya el también llamado penacho estaba listo, Francisco escuchó las palabras que hubiese querido recibir por parte de su mamá mucho tiempo atrás.

'Pero mi hijo tiene talento…', dijo de espaldas a Francisco, analizando el tocado terminado. Fue allí cuando, comenta, sus padres se dieron cuenta que el arte y la creatividad también eran actividades que podían venir de un hombre.

Siendo el último y quinto de sus hermanos, Francis siempre ha estado vinculado al arte. A muy corta edad inició bailando en agrupaciones folclóricas como la de Mónica Lindo y con el tiempo se convirtió en un disciplinado bailarín, participando en shows de coronación de reinas del Carnaval como Kathy Flesch, en 2005; María Isabel Dávila, en 2006, y Giselle Lacouture, en 2010.

Porque eso sí, Fran está tan vinculado al Carnaval de Barranquilla, que solo es mencionarle el nombre de una reina para que él suelte con precisión el año en que debutó. Y, además, en ese proceso de inmersión cultural, de contacto con lo artístico, pudo fortalecer ese amor por las telas, el vestuario y la moda en el Carnaval.

Sin embargo, lo que hizo a Francisco decidirse sobre una disciplina u otra fue la salud. 'Desde pequeño tengo una desviación en la columna', se sinceró señalando que luego de ese diagnóstico, y por recomendación médica, tuvo que dejar de bailar y empezar a diseñar. Pero, confiesa, no falta el día en que se escapa a una clase de baile por pura necesidad de disfrutar una de sus más grandes pasiones.

Francis estuvo toda su vida rodeado de máquinas de coser debido al oficio que su mamá desempeña, por lo que empezó un día a arreglarse su propia ropa sin ningún tipo de enseñanza previa.

'Yo veía la posibilidad coser y dije ‘voy a ver qué sale’ y así fui vistiendo muñequitas que me tocaba tener escondidas porque a ver… ¡un niño con muñecas!', cuenta visibilizando la sombra de una sociedad machista.

Años más tarde, Francis pudo encontrar, de acuerdo a sus aficiones manuales, la oportunidad de estudiar Diseño de Modas en la Universidad Autónoma del Caribe, en convenio con el Sena, y desde entonces no ha parado.

En 2009 inició el sueño de su marca Francisco Martínez y, con disciplina y talento, 15 años después, hoy es un diseñador reconocido que combina su amor por el Carnaval y la enseñanza en un solo espacio.

'Yo decidí poner en práctica todo lo que había aprendido con Randi Severiche, Diana Rolando y Alfredo Barraza, y gracias a ellos aprendí muchísimo más de lo que aprendí con lápiz y cuaderno en la universidad', comenta Francis orgulloso sobre la paciencia y destreza que ha adquirido en la materia.

Fran cumple todo lo que se propone. Una muestra de ello es que luego de egresar de la Escuela Distrital de Arte, ingresó como docente y hoy día divide su tiempo entre ser diseñador y maestro de patronaje y confección.

'Un día en mi salón de clases comienza con un chiste para romper el hielo', cuenta con soltura y asegura que ama poder compartir todo su conocimiento con los estudiantes.

Lo cierto es que más allá de sus habilidades para la confección de lujosos vestidos y la enseñanza de su arte, Francis tiene un gran talento para afrontar la vida con autenticidad, humildad y profesionalismo. 'Si tú eres capaz de perdonar a los otros, créeme que puedes conseguir absolutamente todo en la vida', finalizó.