En el marco de las carnestolendas, el Río Magdalena sirvió como telón de fondo de un evento cultural que homenajea los inicios de la Gran Puerta de Oro de Colombia, con una propuesta narrativa y artística novedosa.
Hoy, desde la 1 de la tarde, el Gran Malecón del Río se convirtió en el escenario donde las danzas patrimoniales de los pueblos campesinos de la Ribera del Magdalena, consideradas verdaderas joyas de la corona de nuestra tradición, continúan la celebración de los 20 años del Carnaval de Barranquilla como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
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Entre comparsas, ritmos del tambor y la flauta, las expresiones únicas del Carnaval se desplegaron a lo largo del escenario para compartir sus historias, versos y legados con propios y turistas por igual. Desde los gigantescos Coyongos hasta los alegres Diablos Arlequines, pasando por el colorido Imperio de las Aves y las enérgicas Farotas de Talaigua, que entre cada paso y ritmo se narra siglos de historia y tradición.
Por su parte, los Indios Caribanos, los Indios Farotos, los Indios de trenza Chimilas, junto con los Micos y Micas, se unen al Paloteo Mixto del Atlántico y al Paloteo Bolivariano conmerando las raíces indígenas y africanas, que usaban como herramienta cotidiana una rama o 'un palo'. Así mismo, las vestimentas cuentan la historia de un pueblo que celebra sus raíces con orgullo.
Este encuentro cultural se llevará a cabo en el sector gastronómico del Gran Malecón, dentro de la exposición Río de Tradiciones, donde se promueven las danzas tradicionales del Carnaval de Barranquilla. Son estas expresiones ancestrales y milenarias las que sustentaron la candidatura del Carnaval ante la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial, convirtiendo a Barranquilla en un tesoro mundial de la diversidad cultural.
