Si bien al mencionar a Albert Einstein siempre lo asociamos con física, conocimiento, como un genio o como un académico –cosa que no resulta alejado de la realidad- detrás de todo eso también se esconde a un hombre con reflexiones profundas sobre la vida.
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Y es que parece resultar una especie de 'coach de la felicidad' –remoquete de estos días de los 'entrenadores' para ser felices en la vida- pues este alemán también dictó algunos consejos sobre cómo llevar una vida tranquila y plena.
'Si quieres una vida feliz, vincúlala a un objetivo, no a personas o a objetos', fue uno de los consejos que dio el científico que siempre profesaba que la felicidad era un camino más no un fin último.
Es decir, que eso que nos hace feliz lo encontraremos sobre la marcha, mientras se anda más no se puede interpretar como el objetivo final. En palabras más sencillas: la felicidad es como una especie de escalera en la que cada escalón es eso que nos hace feliz más no llegar hasta la cumbre para encontrarla.
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Por ello, el científico consideraba imprescindible mantener siempre una actitud curiosa con la que preguntarse el porqué de las cosas, lo cual lleva a aprender y crecer como persona.
Y es que no es simplemente es ser feliz y ya, ello debe ir acompañada de las ganas por querer descubrir cosas nuevas a través del conocimiento, de interesarse por querer aprender. Esto viene siendo como el 'abono' para la mente para 'cultivar' la inteligencia.
Einstein, además, sostenía que la creatividad era fundamental en el ejercicio de ser curioso pues esta nos puede ayudar a buscar soluciones, a ser más recursivos en momentos en los que, tal vez, no sea fácil encontrar una salida a problemas o retos que se deben enfrentar.
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Pero existe un enunciado del creador de la Teoría de la Relatividad que muchos lo catalogan como la clave para llevar una vida plena. Es llamada la 'Teoría de la Felicidad' y que aunque solo consta de 13 palabras, estas son sumamente profundas que guían pero también ayudan a entender porque unos son más felices que otros.
Esa teoría quedó grabada en dos notas que escribió en un viaje a Tokio y rezan en alemán: 'Stilles bescheidenes Leben gibt mehr Glueck als erfolgreiches Streben, verbunden mit bestaendiger Unruhe', que traduce: 'Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica'.
Esta célebre teoría vuelve a recordarnos lo dicho inicialmente: la felicidad es un camino y no un objetivo. Y aunque pareciera algo sencillo de entender muchos aún se trazan metas con la intención de buscar en ellas, ya al final, el tan anhelado estado de bienestar y no disfrutan el proceso, matriz del objetivo.
