Atlántico continúa demostrando ser una tierra fértil para el Bambuco. Desde pequeñas, jóvenes y adultas se han destacado en uno de los eventos culturales más importantes del país. Ahora es Isabella Carrillo Castilla, quien logró traerse la corona a Barranquilla al ser escogida como Reina Nacional Infantil del Sanjuanero Huilense.
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La pequeña de 10 años es estudiante de cuarto grado del colegio Real Royal School y se preparó durante seis arduos meses para darle una nueva alegría a la ciudad, siendo el primer título para Barranquilla.
El Atlántico tiene dos coronas: Isabella Henríquez 2014-2015 y Valentina Gutiérrez Rodríguez 2022-2023, esta última fue la encargada de hacerle entrega de la banda a su coterránea.
'Esto es muy significativo para mí porque es un sueño que tenía desde el año pasado poder tener el título de la Reina Infantil del Sanjuanero y ahora me gustaría llevarlo por todo el mundo, quiero internacionalizarlo', dijo la soberana en diálogo con EL HERALDO.
El Sanjuanero Huilense es una expresión artística que involucra música, coreografía y vestimenta tradicional. Los movimientos y los trajes coloridos transmiten energía, alegría y creatividad.
La danza se ha convertido en una forma de expresión artística y emocional para aquellos que la ejecutan y la disfrutan y así lo vivió la barranquillera, quien tuvo su preparación de muestra folclórica de mano de la maestra Marly Hernández.
'Ese es como un segundo hogar para mí. Me la paso sinceramente todo el día metida ahí dando clases de danza'.
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Para la preparación de baile fue aprendiz de la coach Eileen Paola Rico Zapata, enseñanzas que pudo reflejar en la recta final, logrando cautivar a los jurados. Así como el desfile en carroza que fue una de las actividades más disfrutadas por la niña.
'Fue emocionante. Me disfruté cada momento, me sentía como una reina y en Huila son igual de amables como en Barranquilla'.
Ahora, uno de sus sueños es conquistar la corona del Carnaval de la Barranquilla, pero antes, desea que en este evento se le pueda hacer homenaje al sanjunaero huilense, de la mano de todas aquellas mujeres que desde el Atlántico han enaltecido este baile como si fuese propio.
'Quiero que el sanjuanero se baile en el Carnaval. Esto demuestra que las barranquilleras bailamos de todo. Les agradezco mucho a toda la gente que me ha apoyado en este camino que es muy importante para mí'.
10 niñas de otras regiones del país compitieron con 'Bella', como le dicen de cariño sus allegados en este edición 31 del certamen. Sin embargo, la pequeña logró conquistar a los jueces con su carisma sobrepasado los obstáculos mencionados por su madre, Heidy Catilla.
'Satisfecha por toda la labor cumplida porque Isabela de verdad es una niña que mostró mucha disciplina, disciplina, o sea, ella con los pies apoyados, te vamos a dar fotos de cómo tenía los pies con gripa sin gripa, o sea, ella no dejaba de ensayar sus muestras, o sea, ella salió tres meses de vacaciones del colegio y nunca tuvo sino dedicadas exclusivamente a sus ensayos, Fue una niña que mostró mucha disciplina'.
En el Sanjuanero, las parejas participantes, compuestas por un hombre y una mujer, ejecutan movimientos coordinados y elegantes que incluyen giros, pasos y desplazamientos por el espacio. Estos movimientos pueden involucrar interacciones cercanas y gestos que, en ocasiones, podrían interpretarse como coqueteo.
Los pasos y movimientos en pareja a menudo reflejan una dinámica de cortejo, donde los bailarines se miran a los ojos, realizan movimientos que implican acercamiento y distancia controlada, e incluso pueden hacer gestos que sugieren una especie de juego de seducción.
'Ese es un baile que tiene una cuenta, una historia de coqueteo y de amor y ella logró interpretarlo de tal forma que le llevó la corona y aparte también ella se aprendió cada figura que tine ocho'.
La niña también logró destacarse con la historia de la cultura del departamento. Y es que la danza del Sanjuanero reflejan la idiosincrasia, el modo de vida y las costumbres del Huila. Esto ayuda a fortalecer el sentido de identidad regional y a fomentar el orgullo por las raíces culturales propias.
