Cine. Cuatro letras que conllevan una gran cantidad de historias contadas desde el audiovisual. Desde 1895 cuando los Hermanos Lumière presentaron al mundo el cinematógrafo todo cambió.
{"titulo":"Ballet Internacional abre las alas del ‘Lago de los Cines’ en Barranquilla","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/ballet-internacional-abre-las-alas-del-lago-de-los-cines-en-barranquilla-993045"}
De a poco, la propagación de esta invención dominó el mundo, siendo hoy una de las industrias más importantes. Miles de millones de espectadores anuales, millones de creativos haciendo cine y otros tantos más escribiendo sobre ese arte.
Barranquilla no ha estado exenta de ser una ciudad en la que las cámaras, actores y directores adornaran sus calles. Además, en su época dorada los teatros hicieron parte del paisaje barranquillero, dotando a los ciudadanos de una oferta sin igual.
Sin embargo, con el pasar del tiempo y los cambios de época, ‘la Arenosa’ fue quedando relegada en comparación con otras ciudades del país, en cuanto a la producción de cine, dejando así una necesidad de que la ciudad fuera contada a través del audiovisual.
{"titulo":"Super Mario llega saltando al cine","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/super-mario-llega-saltando-al-cine-991219"}
Ciudad pionera
Fue el 28 de diciembre de 1895 cuando decenas de curiosos se acercaron hasta el ‘Salon indien du Grand Café’ ubicado en el 14 del Bulevar de las Capuchinas, en el IX Distrito de París, Francia, para ver la que sería la primera exhibición comercial del cinematógrafo.
Pues bien, no muy lejos en el tiempo, teniendo en cuenta las dificultades logísticas propias de la época, Colombia y Barranquilla gozaron con la llegada de este invento que revolucionó, como ningún otro, las artes visuales.
Fue en 1897 cuando en el Salón Fraternidad, construido por la sociedad Fortuna, recibió el primer cinematógrafo, que cautivó a toda la ciudadanía barranquillera, acostumbrada a deleitarse con los nuevos inventos provenientes de la aduana de Sabanilla y del muelle de Puerto Colombia.
Un samario, Ernesto Vico Morote, se convirtió –sin saberlo– en el pionero de la introducción del cine en Barranquilla, como lo cuenta José Nieto Ibañez, experto en la historia del séptimo arte en la ciudad.
Asimismo según recopila la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano en su libro Largometrajes colombianos en cine y video 1915 – 2006, la primera noticia que se tiene acerca de una película de gran metraje filmada en Colombia se refiere al registro documental De Barranquilla a Cartagena, realizado en 1913 por el italiano Floro Manco y del cual se hizo la proyección en 1916.
'En Barranquilla el tema del audiovisual ha tenido una vida muy particular. Fuimos pioneros, como en tantas cosas, desde Floro Manco, pero nunca ha habido el volumen suficiente para hablar de un movimiento y tampoco ha existido una sostenibilidad para acercarnos medianamente a una industria, ni siquiera una artesanía audiovisual, lo que ha habido son esfuerzos individuales esporádicos de mucha gente talentosa', señaló el cineasta barranquillero Roberto Flores Prieto.
{"titulo":"En cuatro meses culminan trabajos metálicos y de concreto en el Mamb ","enlace":"https://www.elheraldo.co/barranquilla/en-cuatro-meses-culminan-trabajos-metalicos-y-de-concreto-en-el-mamb-993305"}
El cine en la ciudad
Luego de aquella película del italiano Floro Manco, el cine en la ciudad da un brinco hasta casi 40 años después, con una de las primeras películas surrealistas de Colombia: La langosta azul, una creación del Grupo de Barranquilla, específicamente de Álvaro Cepeda Samudio, Luis Vicens, Enrique Grau Araújo y Gabriel García Márquez.
La película, que, está consignada en la Fundación Patrimonio Fílmico como rodada en el corregimiento La Playa de Barranquilla, para Juan Manuel Buelvas, director y productor, fue hecha en Ciénaga, Magdalena, por lo que 'no puede considerarse como una aproximación importante desde Barranquilla' en el cine.
Para el cineasta barranquillero Roberto Flores 'es una pieza muy interesante y con muchos valores para la cinematografía nacional', aunque si se mira el contexto internacional en cuanto a movimientos cinematográficos 'es anticuada'.
Por otro lado, entre los nombres propios en el cine barranquillero Buelvas explicó que Luis Ernesto Arocha, ‘Pacho’ Bottía y Heriberto Fiorillo fueron unas primeras referencias desde el cine, que trabajaron en 18 milímetros.
Luego, nuevamente, hay un salto en el tiempo en el que aparecen nombres como los mencionados Juan Manuel Buelvas, Roberto Flores o Iván Wild, entre otros, ya más cercanos a estas décadas.
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Hacer cine en Barranquilla
Hacer una película ya conlleva una labor de amor, pasión y entrega. En muchos casos, más en Colombia, realizar un largometraje es una tarea de años. Por ende, hacer cine en Barranquilla, para quienes le han apostado a ese arte, se ha vuelto algo 'titánico'.
Roberto Flores Prieto, quien en la edición 55 del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias se alzó con el premio a mejor director, competencia oficial cine colombiano, con su película Ruido Rosa, detalló que 'cuando tú decides el proyecto de un largometraje, estás decidiendo por bajito cinco años de tu vida'.
Asimismo, comentó que 'esto no es una actividad para corredores de cien metros planos, es para maratonistas. Y eso es un problema cuando vivimos en una era de la inmediatez, de la poca paciencia, del resultado rápido'.
Por su parte, Juan Manuel Buelvas, que se encuentra en la producción de su largometraje Objects in mirror, explicó que se necesita más personas haciendo proyectos. 'Hay que ayudarle a la gente a construir buenos proyectos. Necesitamos crear el ecosistema ideal para que los productores traigan y creen proyectos'.
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Una ciudad de teatros
ABC, Metro, Rex, Cinemas, Murillo y muchos más son nombres que a los barranquilleros y a todo aquel que visitara la ciudad en su boom de teatros les traen recuerdos maravillosos.
La Arenosa, por varios años gozó de una oferta de lugares para ver cine que era envidiable para cualquier metrópoli.
En su época dorada, ‘La puerta de oro’ llegó a tener hasta alrededor de 66 cines o teatros en los que los barranquilleros podían ver toda la oferta hollywoodense y nacional. 'Barranquilla era la ciudad de la Costa que más teatros tenía seguramente. Los cines en Barranquilla empezaron siendo cines de barrio', aseguró María Fernanda Morales, directora de la Cinemateca del Caribe.
En ese sentido, la cultura cinematográfica de la ciudad se fue fortaleciendo en cuanto a la exhibición. Sin embargo, así como las películas terminan, la época dorada terminó siendo corroída por el óxido y poco a poco fueron desapareciendo, uno a uno, frame a frame, los teatros.
'La tecnología cambió, pasamos del celuloide al DVD, luego al Blu Ray y ahora al digital. Además los grandes multiplex tienen una infraestructura más atractiva, que ofrece otro tipo de experiencias, con mucho más músculo financiero, que se fue tragando a los cines de barrio', agregó Morales.
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