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Política

La pelea por los votos para las elecciones presidenciales

Expertos en ciencias políticas analizan en EL HERALDO las perspectivas de los distintos candidatos y partidos una vez pasadas las legislativas y las consultas, y entrados en la carrera por la Casa de Nariño.  

 Atrás las elecciones legislativas, los partidos han enfilado baterías de cara a las elecciones presidenciales del 27 de mayo: los llamados a alianzas están al orden del día, los piropos y elogios mutuos entre candidatos afines y las calculadoras están humeantes con las cuentas de los votos que reportarían irse por uno u otro camino.

A pesar de que los sufragios de los comicios del Congreso y de las tarjetas -hasta fotocopiadas- de las consultas dejan un panorama de cómo estarían las fuerzas en el Capitolio, los analistas confluyen al advertir que esas votaciones no se deberían reflejar de buenas a primeras en las perspectivas de las presidenciales, pues las escogencias de los votantes al Congreso y la Presidencia son distintas.

Los votos de las consultas

En las elecciones legislativas de la semana pasada votaron 17,8 millones de colombianos y en las consultas del uribismo y el petrismo votaron 9,6 millones. Lo que supondría que más o menos para los otros partidos fuertes según las encuestas en la disputa de las presidenciales (Cambio Radical, Liberal y Verdes), quedarían unos 8,2 millones de votos.

Aunque en las consultas deberían restarse, por supuesto, las personas que no habrían podido votar por los problemas con los tarjetones (número que aún no se ha establecido y de hacerse no se sabría qué tan confiable sea); los votos en contra, es decir, los que votaron por Carlos Caicedo en contra de Gustavo Petro y los que votaron por Marta Lucía Ramírez en contra de Iván Duque (y en contra de su padrino, Álvaro Uribe). Así mismo, puede que haya un número de votantes de paso que, aunque el candidato de sus preferencias es otro, pudieron simplemente sufragar en las interpartidistas a manera de quien expresa una opinión.

Además, en los comicios del Congreso hubo cerca de 2 millones de votos no marcados o nulos y más de 800 mil votos en blanco. Y, de igual modo, en las consultas hubo más de 150 mil votos no marcados o nulos. Los votos nulos (porque los en blanco manifiestan una posición clara de inconformidad con las opciones), está de más decirlo, bien podrían cambiar el panorama político del país o, simplemente, ratificarlo. Y la Organización Electoral debería establecer si los tarjetones siguen siendo un jeroglífico para los ciudadanos o si quizás estos mismos no se interesen demasiado en el deber democrático de elegir.

Los votos del Congreso

En el Congreso, los partidos que obtuvieron curules tanto en Senado como en Cámara, en el promedio de votaciones en ambas cámaras, quedaron así: el Centro Democrático sacó 2,4 millones; Cambio Radical obtuvo 2,1 millones y el Partido Liberal (que sacó unos 569 mil votos más en la Cámara, lo que podría sugerir que tiene más poder regional tradicional que nacional) 2,1 millones.

Siguen el Partido Conservador, 1,8 millones de votos en promedio entre Senado y Cámara; el Partido de La U, 1,8 millones; los Verdes, 1 millón (con 433 mil votos más en el Senado, lo cual se explicaría porque sus grandes electores están en la cámara alta); el Polo Democrático, 590 mil (con 291 mil votos más en Senado, igualmente por sus poderosos electores en la circunscripción nacional); los Decentes 392 mil y el Mira, 542 mil votos.

Sin embargo, aunque estos números ofrecen una idea de cómo están una parte de las fuerzas políticas en el país, el historiador, ex miembro de la ONU y ex decano y catedrático de la Universidad Nacional, Álvaro Tirado, en diálogo con EL HERALDO advierte que “los votos que se dan para el Parlamento muchas veces no coinciden con las presidenciales: en primer lugar, tendríamos que hablar de un resultado parcial, porque evidentemente se contabilizó a los grupos y candidatos que fueron a la consulta, y quedaron por fuera varios, de suerte que el universo es más amplio”.

Y explica en este sentido que el parlamentario que tiene interés en ir al Congreso pone toda su maquinaria para quedar, “pero una vez que ya está listo o que perdió, en muchos casos los esfuerzos a las presidenciales no son los mismos: eso funcionaba cuando los partidos tenían una dinámica ideológica, pero ahora hay una visión más pragmática de la política”.

Coincide Yann Basset, doctor en ciencia política por la Universidad de París y profesor de gobierno y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario: “Hay que ser muy prudentes al trasladar los votos de las legislativas y las consultas a la presidencia, porque son elecciones y lógicas distintas, y con electorados distintos”.

Las tendencias de los votos

Aunque queda claro que las elecciones presidenciales puede que no reflejen, en términos de votos, lo que pasó en las legislativas, sí indican ciertas tendencias en los electores.

Para Tirado “el panorama está girando a la derecha, y veo tres candidatos: Iván Duque, Gustavo Petro y eventualmente Germán Vargas Lleras, quien aún es una incógnita en términos de votos. Por otro lado, en el Partido Liberal son tales las divisiones y el canibalismo que una figura tan importante como Humberto De la Calle paga los platos rotos”.

A su vez, Basset señala que “hay algunas tendencias que confirman lo que las encuestas dejaban ver en las últimas semanas: que Duque y Petro se confirman en el papel de los dos que jalonan esta carrera presidencial, y el hecho de haber hecho consultas les confirma como favoritos”.

Y sobre los de centro que no fueron a consulta, señala: “Tanto Fajardo como Vargas tienen posibilidad de estar satisfechos porque les fue bien a sus partidos, pero es difícil trasladar esos votos a la presidencia”.

Votos conservadores y de La U

Frente a la situación de elasticidad de algunas colectividades que hasta hace poco estuvieron enfrentadas, como La U, los conservadores, Cambio Radical y el Centro Democrático, y que ahora no descartan la unión entre unos y otros, el ex decano de la Universidad Nacional atribuye todo a “la crisis de los partidos en Colombia: en otra época había fervor por los partidos, se era liberal o se era conservador y otro pequeño grupo era de la izquierda, pero ahora lo que domina es el pragmatismo y por eso uno mira el espectáculo de esta semana para ver cómo los conservadores y La U se le pegan al mejor postor o a ver cuál es el plato de lentejas que se les va a dar por una adhesión”.

El profesor de ciencias políticas del Rosario lo explica de este modo: “Los partidos como La U y los conservadores se pueden aliar casi que con cualquiera de los candidatos y tienen el margen también para no aliarse con nadie y esperar quién gana. Son partidos flexibles y divididos internamente, y no esperaría que se movieran en bloque para las presidenciales”.

Los votos del uribismo

Tras los impresionantes más de 6 millones de votos de los sectores uribistas en la consulta, esta colectividad podría vaticina con cierta holgura si no su triunfo ‘fast track’ a la Casa de Nariño sí su paso a la segunda vuelta, sin embargo, para Álvaro Tirado, “en política no hay nadie invencible, porque puede haber siempre resultados que no están previstos. Germán Vargas tuvo la opción del centro pero optó por la derecha, y él en su dinámica verbal es más duro que ciertos sectores del uribismo, entonces ellos van a competir el mismo mercado electoral y yo veo que por eso no es tan claro lo del uribismo”.

También para Yann Basset “sería apresurado decir que el uribismo va a ganar las presidenciales: creo que Duque se ha confirmado un poco y por el apoyo de Marta Lucía Ramírez toma una seria opción sobre la segunda vuelta, pero nada está dicho, depende  de muchísimos factores todavía”.

Los votos de la izquierda
 

Sobre una eventual unión de sectores del centro y la izquierda como el Partido Liberal, la Alianza Verde, el Polo Democrático, los Decentes y Colombia Humana, para ambos analistas consultados por este diario, no hay buen viento.

“Lo veo sumamente difícil, en primer lugar porque el concepto de izquierda es difuso y en el caso de Petro no es izquierda sino populismo, y por eso ciertos sectores, aunque puedan tener propósitos semejantes, se distancian de ese fenómeno. Y desafortunadamente en la izquierda siguen primando divisiones y temas personales, como en el caso de Fajardo y De la Calle, que cada uno tiene su carrera política y es muy difícil ver que puedan ceder el uno al otro la preponderancia para ser presidente”, considera el catedrático de la Universidad Nacional.

“Lo veo muy difícil. Sobre el papel eso sumaria suficientes votos para hacer contrapeso a una segunda vuelta eventualmente a Duque. Sería deseable para este sector, pero veo divisiones, peleas internas y me parece muy difícil que se acerquen y que en segunda vuelta se reporten uno sobre los otros porque esta pelea está creando resentimientos y está alejándolos más que acercándolos”, opina el profesor del Rosario.

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