Por lo visto, con el único que no quiere pelear Gustavo Petro antes de terminar su mandato es con Nicolás Maduro. De resto, parece dispuesto a enfrentarse con medio mundo. Los más recientes contendores que subió al ring, con el propósito de intercambiar golpes, fueron los diputados del Parlamento Europeo, quienes en una resolución del pasado 9 de septiembre criticaron con dureza “las declaraciones incendiarias de la Presidencia de la República y de otros actores políticos”, al tiempo que hicieron un llamado de atención al jefe del Estado para que morigerara el tono de sus declaraciones. La resolución fue firmada por 355 eurodiputados de centro, centro derecha y extrema derecha, al tiempo que 173 diputados de izquierda se negaron a firmarla.
Lea más: “Si no recuperamos el territorio, es una olla a presión que va a estallar”: Juan Guillermo Zuluaga
Los eurodiputados firmantes de la resolución se refirieron a la muerte del precandidato a la presidencia y senador de la República, Miguel Uribe Turbay, quien falleciera meses después de haber sido víctima de un atentado criminal en Bogotá.
Hasta la fecha se desconoce la identidad de los autores intelectuales del magnicidio, aunque han sido detenidas varias personas relacionadas con el hecho. Pese a ello, las investigaciones no avanzan con la celeridad que el magnicidio requiere.
Llama la atención la forma como el propio Petro contribuye a generar mayor confusión sobre los autores intelectuales del crimen de Miguel Uribe. Sus ligeras y constantes declaraciones, en las que señala distintos autores intelectuales del magnicidio sin aportar una sola prueba, solo sirven para generar más incertidumbre y mayor confusión a las investigaciones.
¿Cuál es el interés de Petro por señalar distintos y variados autores intelectuales del crimen de Miguel Uribe? ¿Por qué no aporta pruebas contundentes y por qué la Fiscalía General no avanza en las investigaciones? En algunas oportunidades, Petro señala las llamadas “disidencias de las Farc” como autoras intelectuales del magnicidio, en otras, dice que fue el ELN, aunque después lo niega; cuando ese grupo guerrillero lo desmiente. En otras señala a la misteriosa “junta del narcotráfico” de ser la responsable del asesinato. ¿Quiénes son los capos de esa “junta”? ¿Cómo actúan? ¿Dónde operan? Solo Petro sabe.
Pese a las constantes hipótesis elaboradas por Petro sobre el asesinato de Miguel Uribe, ninguna de ellas ha sido corroborada o desmentida por la Fiscalía General, entidad encargada de la investigación.
Ante la lentitud de las investigaciones, los parlamentarios europeos piden que se actúe con mayor celeridad para esclarecer lo sucedido, puesto que –según ellos– “el crimen no se trató de un hecho aislado”, sino que hace parte de un “patrón de intimidación que pone en riesgo tanto la estabilidad democrática del país, como las propias elecciones del 2026”.
Lea también: Moción de censura de ministro Pedro Sánchez ya tiene fecha en la Cámara
Como era de esperarse, las observaciones de los eurodiputados fueron respondidas de forma destemplada y grosera por parte de Petro, quien no ahorró epítetos contra los parlamentarios europeos. “No es por el discurso de Petro que mataron al senador –dijo Petro en el Cauca–. Eso, señores parlamentarios de derechas europeos, es una sinrazón. No es cierto. O los engañaron o no saben leer”.
“Según los indicios hasta ahora conseguidos –continuó Petro– lo mató la mafia y la mafia vive en Europa, no aquí en Colombia. Uno está viviendo en Madrid, otro en Dubái. No nos insulten”.
“Yo no soy un juguete de parlamentarios ignorantes, que no estudian la historia de Colombia, ni el presente de Colombia”, remató Petro, descompuesto y salido de la ropa.
Pero más allá de los discursos incendiarios y encendidos de Petro, lo cierto es que el Parlamento Europeo tiene razón cuando pide celeridad en la investigación sobre el crimen de Miguel Uribe y cuestiona al gobierno sobre la falta de garantías para quienes están en la oposición y son protagonistas de las elecciones del próximo año. Veamos:
Petro desoyó el clamor para que cesara sus ataques a Miguel Uribe
La responsabilidad política por el asesinato de Miguel Uribe Turbay recae directamente en Gustavo Petro. Punto. No solo por su condición de jefe del Estado -que debe garantizar la integridad y la vida de todos los colombianos-, sino porque -pese a los constantes llamados de atención y advertencias- jamás cesó sus ataques contra quien se había convertido en su mayor contradictor político. Petro desoyó a quienes le pedían bajarle el tono a sus trinos contra sus opositores, en especial Miguel Uribe. Cada mensaje contra el precandidato presidencial del Centro Democrático era peor que el anterior. De forma irresponsable y peligrosa lo señaló de “torturador”, como hizo con su abuelo, el expresidente Julio César Turbay Ayala. Ahí está el trino que Petro escribió horas antes de que Miguel Uribe fuera víctima del atentado que le costó la vida. De manera que, en lugar de desgañitarse tratando de negar lo evidente –su responsabilidad política en el asesinato de Miguel Uribe– Petro debería escuchar a quienes le suplican hoy que no siga utilizando un lenguaje incendiario contra sus opositores, porque en Colombia –por desgracia– detrás de las palabras vienen las balas.
Le sugerimos: Comisión de Acusación abre proceso penal contra Petro tras denuncia de Enrique Vargas Lleras
Sobre el asesinato de Miguel Uribe, ¿qué sabe Petro que las autoridades ignoran?
Al responderle al Parlamento Europeo –con el que ha tenido en el pasado reciente relaciones cordiales– Petro sostiene que “no es por el discurso de Petro que mataron al senador”. Ante esa afirmación tan contundente y categórica, uno supone que Petro sabe ¿por qué asesinaron a Miguel Uribe? ¿Qué sabe que las autoridades ignoran? ¿Por qué no entrega esa valiosa información a la fiscal general Luz Adriana Camargo, con quien tiene muy buenas relaciones, a diferencia de lo que sucedía con Francisco Barbosa? Los parlamentarios europeos se refieren al daño que causan los “discursos instigadores” en tiempos electorales. Y tienen razón. En el caso de Petro, asombra la manera como descalifica sistemáticamente a sus opositores. La agresión verbal de Petro –así como sus trinos carentes de rigor y violentos– contra todos aquellos que piensen distinto, crean un clima de intolerancia que podría tener desenlaces fatales. Es apenas natural que una persona como Petro, que ocupa la Presidencia de la República y que tiene más de 8.300.000 seguidores en X, no pueda comportarse como un ciudadano más. Su responsabilidad es muchísimo mayor, algo que a Petro y a los petristas les ha costado entender.
¡Mucho cuidado con la radicalización del discurso!
Aquellos asesores extranjeros que aconsejan a Petro radicalizar sus posturas y su discurso –por razones electoreras– están jugando con candela. Mucho cuidado con lo que hacen. Petro puede defender su gobierno sin necesidad de injuriar y calumniar a sus contradictores. Y mucho menos sin tener que atizar el resentimiento social y la agresión a quienes piensan distinto. Su obligación es garantizar la integridad y la vida de todos los colombianos, en especial de quienes ejercen la oposición política. La poderosa “red de bodegueros” a su servicio –pagados todos con nuestros impuestos– actúa como una horda de salvajes dispuestos a aniquilar a quienes osen criticar al gobierno. Sus ministros –en lugar de mostrar resultados en sus carteras– dedican varias horas del día a insultar, injuriar y ofender a todo aquel que cuestione a Petro. Su intimidación y su intención de silenciar a los contradictores es tan evidente como preocupante. A eso -precisamente- es a lo que se refiere la resolución del Parlamento Europeo. Una cosa es el derecho legítimo a defender un gobierno y otra muy distinta es utilizar el poder que se tiene desde un ministerio para tratar de intimidar y amedrentar adversarios políticos.
¿Qué hace Petro defendiendo a Maduro mientras espera la certificación de EE. UU.?
La intervención de Petro en el Cauca –donde se despachó contra el Parlamento Europeo– evidenció su hipersensibilidad con el asunto venezolano. Los eurodiputados firmantes de la resolución se refieren a Maduro como integrante del llamado Cartel de los Soles. Y no son los únicos: Estados Unidos lo señala –al parecer con pruebas– de ser el capo de esa organización criminal. ¿Qué hace Petro –a nombre de Colombia y de los colombianos– defendiendo a semejante hampón? ¿Cuál es su interés por ponerse al lado de quienes son señalados de pertenecer a una organización narcoterrorista? ¿Por qué asume la defensa del sátrapa de Maduro y sus compinches en momentos en que Colombia está a la espera de la certificación por parte de Estados Unidos? ¿Así es como Petro lucha contra los narcotraficantes? Petro no ha querido entender que Maduro –su amigo– carece de legitimidad como gobernante. Para Estados Unidos es un narcoterrorista y como tal lo tratan. De manera que mostrar como trofeo las toneladas de cocaína incautadas, como hace Petro, cuando la producción es veinte o cincuenta veces mayor, es una burla. Ese cuento –con razón– Estados Unidos no se lo come.