El presidente Gustavo Petro defendió que se le concediera el asilo político al expresidente Panamá Ricardo Martinelli (2009-2014), quien fue condenado en su país por el delito de lavado de activos.
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Desde China, el mandatario expresó que Colombia “ha sido tierra de asilo, no importa que sean de derecha, de izquierda, poetas o políticos. Le dimos asilo político, incluso doble nacionalidad a perseguidos en Nicaragua por Ortega, incluso a la oposición venezolana. Se le dio a los chilenos en el pasado, a paraguayos”.
“Colombia es respetuosa del derecho de asilo. Colombia debe ser, como lo fue Panamá, un sitio de refugio, de libertad de expresión”, agregó.
La decisión del Gobierno nacional ha generado una seria de críticas por parte los diferentes sectores políticos a nivel nacional e internacional.
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La ONG Transparencia Internacional (TI) señaló este lunes que el reciente asilo político otorgado por Colombia al expresidente Ricardo Martinelli “cierra con un lamentable sello de impunidad, el largo y arduo camino” de la Justicia, que lo declaró culpable por corrupción.
Además, consideran que también “constituye una grave acusación directa al sistema judicial panameño” por lo que “es absolutamente inaceptable que un país hermano desacredite así nuestras instituciones, ignorando que se trata de un condenado por corrupción”.
La situación alrededor del exgobernante “afecta de forma importante la credibilidad de Panamá y sus instituciones, erosiona nuestra gobernabilidad democrática y mina los esfuerzos para enfrentar la corrupción, incluyendo el emblemático caso Odebrecht, que aún espera la realización del juicio”.
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“Ricardo Martinelli se ha burlado de todos, con la complicidad del Gobierno Nacional, y quienes trabajamos para hacer de Panamá un lugar donde impere la justicia, lo lamentamos profundamente”, concluye el comunicado.
Asimismo, el excandidato presidencial Sergio Fajardo manifestó: “El señor Martinelli y su familia fueron condenados por ser grandes corruptos. Nadie lo está persiguiendo por razones políticas. El gobierno del presidente Petro, quien lidera las relaciones internacionales, le abrió las puertas de Colombia. ¿Dónde quedaron la decencia y la dignidad de la que tanto hablan? Gran vergüenza, qué desfachatez: prisioneros de la corrupción y lo que falta”.
Llegada de Martinelli
Martinelli llegó a última hora del sábado a Bogotá tras abandonar de manera sorpresiva la embajada de Nicaragua en Panamá, donde se encontraba refugiado desde febrero de 2024 tras ser condenado por corrupción.
En otro mensaje en la misma red social, Martinelli dio las gracias “al hermano pueblo nicaragüense y muy en especial al presidente Daniel Ortega y la copresidente Rosario Murillo” por haberlo acogido en la embajada de ese país en Panamá.
“Estuve 16 meses asilado en su embajada donde gracias a ellos, pude salvar mi vida. Les estaré eternamente agradecido”, dijo en X.
La salida de Martinelli, de 73 años y con una extensa trayectoria empresarial, puso fin a un prolongado episodio diplomático entre Panamá y Nicaragua, que se inició en febrero de 2024 tras confirmarse su condena a más de 10 años de prisión y una multa millonaria por el caso ‘New Business’, vinculado a la compra de un conglomerado de medios de comunicación con fondos públicos.
El Gobierno de Laurentino Cortizo (2019-2024) negó entonces la solicitud del salvoconducto y llamó la atención al Gobierno de Daniel Ortega por la forma en la que Martinelli buscaba incidir en la política desde la sede diplomática nicaragüense.
No fue hasta marzo pasado cuando el Gobierno de José Raúl Mulino aprobó un primer salvoconducto para que el expresidente viajara a Nicaragua. Sin embargo, la salida hacia ese país centroamericano nunca se concretó.
Además del caso ‘New Business’, Martinelli enfrenta otras acusaciones en Panamá relacionadas con el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht y en España por supuestos sobornos y por un caso de interceptación de comunicaciones en la isla de Mallorca.