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Tras dramáticas apelaciones y testimonios en el Congreso, el exabogado de Donald Trump Michael Cohen ingresó a la cárcel ayer para cumplir una sentencia que considera injusta porque asegura que se limitó a obedecer las órdenes de su jefe.

'Todavía queda mucho por decir. Y espero con ansias el día en que pueda compartir la verdad', dijo a la prensa Cohen, de 52 años, al salir de su residencia en Manhattan para dirigirse a la prisión federal de Otisville, Nueva York, a donde ingresó poco antes del mediodía .

Cohen fue condenado a tres años de prisión en diciembre, después de admitir que había pagado dinero en secreto durante las elecciones de 2016 a dos mujeres que dijeron haber mantenido relaciones sexuales con Trump, además de haber cometido fraude fiscal y haber mentido al Congreso.

El abogado había esperado hasta último momento que su sentencia se redujera, ofreciendo información a los investigadores que podría comprometer a Trump y su familia, incluso sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones de 2016.

Pero aún si el fiscal especial Robert Mueller hizo referencia a Cohen en más de cien oportunidades en su informe sobre el 'caso ruso', los fiscales no han cambiado su fallo sobre el exabogado del presidente.