
Los expendedores de carne del mercado público ubicados en la carrera 43 con calle 9, adelantaron ayer un cese de actividades que inició en la madrugada y solo terminó hacia el mediodía.
Lo que en un día laboral común y corriente era un ajetreo de personal que entraba y salía desde la una de la madrugada hasta las 11 del medio día, ayer fue un total desierto.
Cesaron los filos de los cuchillos rebanando los cortes habituales de carne, el movimiento y la algarabía tradicional para darle paso a las voces de protesta de los expendedores que inconformes con los constantes aumentos en el precio del producto decidieron convocar a un cese temporal de actividades. “Lo que buscamos es que el precio no lo suban más, que al contrario, lo rebajen, porque con esos precios ninguno de nosotros está viendo ganancias, por el contrario estamos teniendo pérdidas”, aseguró Luis García, presidente del Sindicato de Expendedores de Carne.
Explicó que los intermediarios están aumentando de manera acelerada el precio del kilo de carne en canal. Y prueba de ello es que en diciembre lo vendían a 4.800 pesos, a finales del mes a $5000, luego a $5.200, ahora a $5400 y tienen entendido que la idea es seguir aumentándolo.
El vocero observa con preocupación estos aumentos porque los más afectados van a ser los consumidores. “Si eso no se detiene tendríamos que vender la carne al consumidor a más de 5.500 pesos la libra y la gente no la va a comprar”.
Al paro se sumaron los expendedores de El Playón, El Boliche, la 29, la 43, Carnecol y una parte de los expendedores del municipio de Soledad.
Luis García, considera que si se mantienen estos precios los expendedores siguen trabajando, pero si sucede lo contrario y los precios continúan en alza se irían a un paro indefinido.
Los expendedores dijeron que buscan una reunión con los intermediarios o firmadores para intentar llegar a un acuerdo.
“Hoy (ayer) esperábamos que vinieran a reunirse para llegar a un acuerdo pero no se ha presentado nadie”, apuntó Luis García. César Camargo, otro de los expendedores que participó del cese de actividades, aseguró de manera jocosa que, “la gente tendrá que comer huevito con lenteja, porque si esto no se arregla mi hermano...”. Los expendedores son conscientes que los más afectados son los consumidores teniendo en cuenta que la carne es el producto esencial de la canasta familiar.
Para Gabriel Díaz, un firmador con 32 años de trabajar en el mercado aseguró que no le encuentra sentido a este cese de actividades ya que desde que él recuerda, el precio del ganado sube en esta temporada de verano, a lo que se suman ahora las exportaciones del ganado y los despachos internacionales.
“Aquí los que terminan beneficiándose son todos lo expendios que están por fuera del mercado y los perjudicados son los que están en el mercado”.
Díaz hizo énfasis en que el paro no es culpa de los firmadores. “Son cuestiones que se nos salen de las manos porque estos aumentos no se hacen por capricho”, aseguró Gabriel Díaz. Mientras, los expendedores cerraban filas ayer para hacer valer su posición.
Por Carlos Polo