El pasado domingo 9 de noviembre tomó por sorpresa, incluso a las autoridades locales, un partido de fútbol que se jugó en una cancha del barrio Barlovento, en la localidad Norte-Centro Histórico de Barranquilla, entre presuntos integrantes de ‘los Pepes’ y ‘los Costeños’.
Es importante reseñar que ese territorio ha estado asociado desde hace algunos años a ‘los Pepes’, pues allí se crió Digno Palomino con su familia.
En esa línea, los integrantes del bando que ‘jugaba de local’ usaron un uniforme con los colores del Inter de Milán y en sus espaldas tenían el apellido del cabecilla. Mientras que los deportistas que supuestamente integraban las filas de ‘los Costeños’ usaron un uniforme del Real Madrid con un león estampado en sus espaldas, símbolo usado por la estructura comandada por Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor.
El evento, aparentemente organizado por una fundación como muestra de buena voluntad entre las dos estructuras y que no tuvo ganadores ni perdedores, incluyó además una integración comunitaria y una entrega de almuerzos. El partido duró aproximadamente 30 minutos y se desarrolló sin novedades de orden público.
Si bien la idea de ese “primer partido por la paz” era mostrar que se estarían cambiando “las balas por los goles” ocurría solo cinco días después del homicidio del abogado Jhon Osvaldo Iriarte López, víctima de un atentado sicarial registrado entre los sectores de El Por Fin y El Edén, en el suroccidente de Barranquilla.

En su momento, las autoridades conocieron por medio de entrevistas que Jhon Osvaldo Iriarte ejercía como abogado penalista y llevaba diferentes procesos, pero algunos de estos a presuntos integrantes de la estructura criminal ‘los Pepes’. Y por registros de investigadores de la Policía se determinó que el hecho sucedió en una zona donde históricamente ha operado la estructura criminal ‘los Costeños’.
Aunque la Policía no indicó si el hecho de sangre guardaba relación con las disputas entre las dos estructuras sí comunicó que había entrado a ser investigado con un enfoque asociado al crimen organizado, al parecer, por los procesos judiciales que el jurista manejaba desde hacía cierto tiempo.
El crimen de ‘Tres Pelos’
En la mañana del pasado miércoles 12 de noviembre, solo tres días después del juego en Barlovento, la Policía del Atlántico confirmó dos casos más de homicidio, pero registrados en la población de Palmar de Varela, en la zona oriental del departamento.
Las víctimas de estos hechos fueron identificadas como Andrés Felipe Castro Campo, de 22 años y conocido con el apodo de El Mello, y Geovanny José Flórez Camargo, alias ‘Tres Pelos’, un viejo conocido de las autoridades por su pasado judicial y vinculación con desaparecidas estructuras criminales de Barranquilla.

Pero también alias ‘Tres Pelos’ fue señalado en su momento como uno de los jefes de la banda delincuencial ‘Los Cabezones’, con operación en zona del barrio Las Flores, en la localidad Riomar de Barranquilla. Presuntamente ahora tendría nexos con el Clan del Golfo y, al parecer, con ‘los Pepes’.
En ese sentido, las autoridades entraron a investigar como hipótesis un atentado basado en la disputa entre ‘los Pepes’ y ‘los Costeños’, pues, presuntamente, quien participó como autor de este hecho fue un sujeto integrante del grupo comandando por ‘Castor’ conocido con el alias de ‘Balín’.
Supuestamente, el joven Castro Campo, alias ‘Tres Pelos’ y un hijo de este último conocido como ‘Brayan Tres Pelos’, habrían sido sacados del barrio Las Flores el mismo martes 11 de noviembre, engañados por alias Balín. Todos fueron trasladados a la zona oriental del Atlántico con la idea de que iban a planear un ‘negocio’ y allí fueron ejecutados.
Hoy todavía las autoridades buscan en toda la zona de Palmar y municipios vecinos a ‘Brayan Tres Pelos’, como una tercera víctima de ese atentado.

¿Un mensaje en canchas?
La noche del miércoles 12 de noviembre tuvo dos episodios de violencia en distintas zonas de Barranquilla, con saldos trágicos y nuevamente con hechos asociados a ‘los Pepes’ y ‘los Costeños’.
Primero fue un atentado criminal registrado en el barrio La Magdalena que tuvo como escenario la cancha de fútbol llamada La Inmaculada.
Allí, en ese punto localizado en la carrera 5 con calle 35, fue asesinado hacia las 9:30 de la noche Deivis Junior Rincón Molina, estudiante de Química y Farmacia, de tan solo 21 años de edad.
El joven recibió tres mortales disparos y quedó sin vida en el mismo escenario deportivo. Un menor edad que lo acompañaba resultó herido.
Aunque las autoridades señalaron de manera preliminar que el hecho de sangre se produjo al parecer por conflictos entre pandillas, la estructura criminal ‘los Costeños’ fue asociada al mismo.
Media hora después, coincidencialmente en otra cancha de fútbol, se desató una balacera que dejó como víctimas fatales a tres personas y dejó a otras dos heridas.
La masacre se cometió en Villas de la Cordialidad y los muertos fueron identificados como Deivi Rafael Cantillo Pastor, de 25 años; Roxana Huerta Ríos, de 27 años y nacionalidad venezolana, y Heider Manuel Padilla Guerra, de 37 años de edad.

En medio del ataque también resultaron heridas dos personas identificadas como Oleidys Rodríguez Rodríguez, de 31 años, y Yusmari Núñez De la Peña, de 26.
“Los hechos se presentaron cuando las víctimas se encontraban jugando un partido en el centro deportivo de Villas Cordialidad y al lugar arribaron cuatro personas en dos motocicletas. Los parrilleros esgrimieron armas de fuego, realizando repetidas detonaciones en contra de las víctimas”, indicó un reporte de las autoridades, en relación al ataque sicarial.
El teniente coronel Belkin Villareal, subcomandante encargado de la Policía Metropolitana de Barranquilla, detalló que en el lugar fallecieron dos de las personas tiroteadas y una más fue trasladada de manera inmediata a un centro asistencial, donde posteriormente falleció.
El oficial agregó además que dos de las víctimas fatales, en este caso Cantillo Pastor y Padilla Guerra, integraban la estructura criminal ‘los Costeños’ y presentaban anotaciones judiciales por los delitos de homicidio, porte ilegal de arma de fuego, hurto y tráfico de estupefacientes.
Y frente a los móviles, el subcomandante sí reveló que los hechos se habrían presentado por disputas de rentas criminales entre los grupos delincuenciales ‘los Pepes’ y ‘los Costeños’.

Teniendo en cuenta este panorama podría decirse que el ataque habría sido planeado por un jefe de zona de ‘los Pepes’, con el objetivo de eliminar a los supuestos expendedores y apropiarse del sitio para establecerse como principal punto de venta.
Con el paso de las horas, investigadores asociaron un nombre como el presunto determinador de la masacre. Se trataría de alias Gabo, quien estaría al mando de la facción ‘los Pepes de la Ocho’.
No obstante, el hecho también podría evidenciar una retaliación por distanciamientos o fracturas internas entre alias Castor y mandos medios de la estructura, dedicados al tráfico de droga.
Luego de esa masacre de Villas de la Cordialidad se registraron casos de homicidio en Siete de Abril, en Mundo Feliz, Villa del Carmen y Me Quejo. Todos los hechos fueron asociados a las disputas entre las dos estructuras criminales para ejercer el control territorial sobre rentas ilícitas.
¿Fin a la tregua?
El pasado 5 de noviembre desde Barranquilla, la Defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, expresó que la Defensoría hacía un seguimiento al tema de los diálogos de paz o tregua en Barranquilla y su área metropolitana entre las estructuras criminales ‘los Costeños’ y ‘los Pepes’, que tuvo su primer mes el 2 de noviembre, luego de firmado el pacto entre Digno Palomino y Jorge Eliécer Díaz Collazos, en La Picota de Bogotá.
“Nosotros tenemos una información sobre la tregua que se hizo a principios de octubre y pues se ha visto una reducción de hechos de violencia letal en la ciudad. Esto es positivo. Sin embargo, también hemos pedido al Gobierno algunas claridades respecto de cuál es el ámbito de estas conversaciones, para evitar que estos diálogos sean sencillamente como unos acuerdos provisionales de distribución de las economías ilícitas, sin que conduzcan realmente a un desescalamiento de las violencias más estructurales”, expresó.
En concordancia con lo expuesto por la funcionaria, el docente e investigador académico Luis Fernando Trejos señaló que esta tregua iba a producir una disminución de la violencia homicida, pero no su finalización y la de otros delitos.
Lo mismo opinó el profesor e investigador Alejandro Blanco en una publicación de La Silla Vacía. “La tregua entre ‘Los Costeños’ y ‘Los Pepes’ en Barranquilla redujo abruptamente los homicidios, pero es un respiro frágil que plantea riesgos de desplazamiento del crimen, fortalecimiento de bandas y control social ilegal”.
Y advirtió en su escrito que la tregua interna abre la puerta a rivales como el Clan del Golfo (AGC) o las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (Acsn), que podrían intentar ocupar el territorio aprovechando la reducción de la violencia visible. “Barranquilla, como plaza portuaria estratégica en el Caribe, siempre será atractiva para el crimen organizado”.

En todo este proceso aún hacen falta las opiniones de las autoridades civiles y policiales, para determinar cuál sería el panorama para Barranquilla y su área metropolitana en materia de seguridad en lo que resta del año.
Hay que señalar que recientemente se conoció de la salida de su cargo del comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, general Edwin Urrego, quien continuaba asestando golpes contras las dos estructuras criminales, pese a los anuncios de paz divulgados.
El comandante que llegue deberá empezar de cero.




















