Amasar, aplastar, freír, rellenar y sellar son los pasos que las adiestradas manos de las luruaqueras repiten incesantemente en el Festival de la Arepa de Huevo.
Estas mujeres, todas pertenecientes a la Asociación de Productoras de Arepa con Huevo de Luruaco (Asopral) llevan tres décadas resaltando la sazón especial que tienen las arepas de Luruaco y que no logra compararse con ningún otro producto similar.
'Es todo un proceso. Hay que saber hacerla porque se puede salir el huevo y no queda la arepa como debe ser. Si está muy aguada, por ejemplo, no aguantará el peso del relleno y se empezará a abrir, por eso no todo el mundo sabe hacerlas como aquí', explicó Luz Mery Rodríguez, una experimentada mujer que lleva 28 años dedicándose a la labor con este suculento alimento.
Mientras conversa, su cuerpo, casi de forma inconsciente, realiza el proceso de creación una y otra vez para complacer las demandas de las decenas de personas que se acercan a su carpa blanca a solicitar una prueba de la famosa arepa. La organización del Festival dispuso un total del 68 carpas para que los comensales que disfrutan del festival puedan recorrer los puestos y elegir en cual desean consumir.
Lo cierto es que durante los días de fiesta lo usual es que el municipio tenga una gran afluencia de personas, la cual, según los lugareños, no da señales de disminuir y es que muchos se dejan encantar por las referencias que escuchan de los sabores que en Luruaco pueden disfrutar, y que, además, acomodan su agenda para poder hacer un espacio al festival.
Tal es el caso del barranquillero José del Villar que asistió con un grupo de ocho familiares, todos uniformados y con el 'estómago preparado' para probar las arepas de diferentes rellenos (pollo, carne, queso, entre otras) todas con huevo, por su puesto.
Sofía, hija de José, de 8 años, recibió una de estas en sus manos y cada mordisco reflejaba en sus ojos lo que sentía en su lengua. 'Está deliciosa, hay que volver el otro año', dijo la pequeña con una alegre expresión.
Como ellos, el barranquillero Santiago López llegó con su esposa y sus dos hijos y se dejaron ver comiendo las arepas y manifestando entre mordisco y mordisco que lo que habían escuchado 'era cierto'. Por primera vez lo habían visitado.
La innovación. Como todos los años, el Festival de la Arepa de Huevo además de la muestra gastronómica realiza concursos para que comensales y preparadores puedan demostrar sus habilidades, como el concurso de ‘El Comelón’ y la arepa de mejor sabor, que se realizarán está tarde en la clausura.
Uno de los concursos más destacados es el de la arepa de innovación, en la que las luruaqueras se ingenian diversas formas que hagan destacar sus arepas entre las demás.
Entre las mesas y vitrinas este año se dejaron apreciar tres arepas que lujosas se mostraban distintas a sus compañeras. Una de ellas era una arriesgada paloma que llevaba en su pico una arepa con la inscripción XXX en referencia a la edición del Festival. Está arepa la hizo Luz Mery Rodríguez quién retrató en la arepa el apodo por el que todos la conocen en el pueblo: ‘Paloma’.
Otra arepa que resaltaba era una guitarra realizada por Mónica Coronel, que lleva cuatro años participando del festival. Tal como explicó, la arepa fue de creación rápida, unos tres minutos aproximadamente, pero para las cuerdas y apliques tuvo que hacer acopio de la imaginación, hilos y palillos.
La tercera destacada es creación de Ludys Manotas, una ganadora del año pasado que espera repetir hazaña en esta edición. Su creación consiste en un acordeón que se adorna con el tricolor nacional y que en pequeños trozos de arepa deja leer la inscripción XXX Festival de la Arepa de Huevo, acompañada de versiones en miniatura de las homenajeadas arepas.
'En mi casa hay un cuadro que tiene un acordeón. Un día estaba pensado qué podía hacer para el festival y lo vi. En ese momento pensé ¿qué puede ser más tradicional que un acordeón? Y me arriesgué', manifestó la concursante qué heredó el negocio de su madre luego de su fallecimiento.
Hasta el cierre de esta edición, los jurados no habían determinado quien sería la ganadora de este año para la arepa más innovadora, sin embargo ya estaba claro que en Luruaco lo que hay es creatividad y lo que rellena sus tradicionales arepas es la historia y la pasión.





















