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El presidente de Promigas, Juan Manuel Rojas, durante la presentación del XXVI informe del sector de gas natural 2025 la mañana de este jueves 18 de septiembre, aseguró que en los últimos años el sistema energético ha estado bajo presión desde la soberanía, seguridad y justicia social.

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En ese sentido, sostuvo que el año pasado “se recordará como el primer año en que tuvimos que importar gas natural para usos distintos al térmico en épocas de sequía. La planta de gasificación de Promigas Spec en Barú estuvo operativa durante 359 de los 365 días del año, lo que significa que importamos gas natural de manera permanente”.

Para el sector gasífero, esto resultó en la pérdida de nuestra soberanía energética, ya que se tuvo que recurrir a importaciones para atender la demanda esencial.

En cuanto a los temas de seguridad, confiabilidad y eficiencia, explicó que el sector entró en un periodo de déficit porque se abandonó la exploración de gas y no se sustituyó con la rapidez necesaria.

Como consecuencia, señaló Rojas, las industrias, comercios y usuarios empezarán a cuestionarse si seguirán teniendo acceso a un suministro confiable y seguro.

Advirtió, como se hizo el año anterior en este mismo evento, que, si no se flexibiliza la regulación de la comercialización de gas para acceder a contratos de largo plazo, depender del mercado spot podía encarecer el gas entre un 32 % y un 40 %. “Eso fue exactamente lo que pasó: varias distribuidoras tuvieron que aumentar tarifas hasta en 35 % para cubrir la demanda esencial”, afirmó Rojas.

El presidente de Promigas también afirmó que esta situación no solo ha traído consecuencias económicas, sino también ambientales; lo anterior, porque ante la falta de gas confiable, algunas industrias están considerando regresar al carbón, especialmente en el interior del país. “Más que descarbonizar la economía, estamos en riesgo de recarbonizarla”.

Señaló que sí, en los próximos cinco años, con un 100 % de probabilidad, Colombia tendrá que seguir importando gas natural para usos distintos al térmico.

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Incluso con la entrada en operación de proyectos como Sirius, prevista para 2029 o 2030, la importación seguirá siendo necesaria. Sostuvo que, a menos que “desarrollemos nuestras propias cuencas —como el Valle Inferior del Magdalena, la Cuenca Sinú-San Jacinto o el Piedemonte Llanero—, seguiremos siendo importadores estructurales”, recalcó el directivo.

Para el sector, los años críticos serán el 2029 y 2030: “La importación mínima será de 270 millones de pies cúbicos por día, pudiendo llegar hasta 400 millones, lo que equivale a 40 % de la demanda nacional”, puntualizó.