A medida que se extiende el conflicto en Ucrania con los ataques de Rusia, se espera que en Colombia se comiencen a experimentar los efectos de la crisis especialmente en los precios de los alimentos.
Un estudio elaborado por la Dirección de Investigaciones Económicas de Bancolombia, indica que los canales directos de transmisión de esta crisis no son relevantes para el país, pero los indirectos sí son importantes.
Entre estos canales están los precios del petróleo, las cotizaciones de algunos productos e insumos agrícolas y el incremento en la aversión al riesgo en los mercados financieros.
'Con respecto al petróleo, una de las principales conclusiones de nuestro análisis es que un incremento de los precios internacionales como el que se está observando no genera en Colombia los efectos positivos que pudo haber propiciado en años anteriores', detalla el informe.
Esto se explica porque los volúmenes de exportación de crudo han bajado en los últimos años y el consumo interno se ha incrementado, mientras que el déficit del FEPC (Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles) se ha ampliado.
Es por esto que el impacto tanto en la tasa de cambio como en las cuentas fiscales ante los incrementos del crudo es actualmente bajo, según los analistas.
De otro lado, destacan que la reducción en la oferta de ciertos segmentos del sector agropecuario puede aumentar las presiones inflacionarias en el rubro de los alimentos, teniendo en cuenta que los factores externos han sido determinantes para que la inflación de alimentos en el país esté en niveles cercanos al 20 % anual.
'Si a la compleja combinación de fuerzas alcistas que está operando hoy en día se le agrega una afectación prolongada en la disponibilidad de productos como maíz, trigo, cebada, aceite de girasol o fertilizantes, se aleja la posibilidad de una pronta corrección de la inflación de alimentos', señala el análisis.
Otro factor a considerar, es la importancia que tiene Rusia en la producción de algunos elementos esenciales para la producción de automotores, por lo que se podrían generar presiones adicionales en los costos de fabricación que serían transferidos en buena parte al consumidor final.
Otros efectos están relacionados con la aversión al riesgo en los mercados financieros que para Colombia esto podría incentivar presiones al alza en la tasa de cambio, la prima de riesgo soberana y la pendiente de la curva de deuda pública, que se añadirían al riesgo idiosincrático de la incertidumbre electoral.
Impacto global
A nivel global, los analistas señalan que la crisis llega en momentos en que la economía apenas se está reponiendo del impacto negativo de la pandemia, la logística continúa sometida a un intenso estrés y las presiones inflacionarias están a la orden del día.
En ese sentido, el temido escenario de un ataque directo de Rusia a Ucrania, que se materializó desde la noche del pasado miércoles, ha generado incrementos marcados en las cotizaciones de los bienes energéticos y los alimentos, ha generado un ambiente de aversión al riesgo en distintas clases de activos y ha acrecentado las expectativas inflacionarias en diferentes países.
'Pese a que los países involucrados en este conflicto no tienen un peso significativo en el PIB global, la situación resulta preocupante porque Rusia, además de ser una potencia nuclear transcontinental, es un proveedor clave de varios bienes básicos para el resto del planeta, en particular de petróleo', indica el documento.
Es por ello que se considera que la imposición de sanciones cada vez más severas, el daño a infraestructura física o la decisión de Rusia de recortar sus ventas a los países occidentales puede llegar a restringir la oferta de estos productos en el mundo.
Hacia una estanflación
Para los analistas, el conflicto en Ucrania intensifica las fuerzas de estanflación que han hecho su aparición en la economía mundial desde el año pasado.
Esto representaría un riesgo en materia de crecimiento, puesto que puede afectar la demanda externa por productos colombianos. Además, la combinación de un crecimiento más lento con una mayor inflación hará mucho más retadora la actuación futura de las autoridades económicas, especialmente en el frente de la política monetaria.
'Por ejemplo, en los últimos días en EE. UU. los operadores de mercado han reducido su expectativa de incrementos en la tasa de los fondos federales, al tiempo que han incrementado sus expectativas de inflación de mediano plazo', plantea el informe.
En este escenario, contener una espiral inflacionaria y tratar de evitar afectaciones sobre los hogares y las empresas, en un ambiente geopolítico que es el más enrarecido en décadas, es más complejo avanzar en la normalización de la política monetaria no solo en los países desarrollados, sino también en los emergentes.


