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Desde su oficina, José Kaoru Doku Bermejo señala el equipo Santa Fe, el cual integró con brillante desempeño. Josefina Villarreal
Deportes

“Santa Fe ha sido ingrato conmigo”: José Kaoru Doku Bermejo

A sus 93 años, el colombo-japonés recordó su época como jugador del cuadro cardenal, con el que se consagró campeón en 1948 en el primer torneo profesional de la historia del fútbol colombiano. Participó en la guerra de Corea en 1952. Nació en Usiacurí el 16 de mayo de 1924.

A sus 93 años, José Kaoru Doku Bermejo (Usiacurí, 16 de mayo de 1924) mantiene la lucidez intacta. Su memoria es prodigiosa y eso se nota cuando habla de cada una de las fotografías, medallas y placas que adornan su oficina. Este atlanticense ha sido un guerrero y eso lo demostró desde los 18 años cuando tomó la decisión de irse a la Armada Nacional, pero esta no era la única pasión del hijo del japonés Toshio Doku, su pasión también estaba ligada a un balón de fútbol, con el que se consagró y se convirtió en uno de los primeros jugadores atlanticenses en levantar un título en el fútbol profesional colombiano, lo hizo con Santa Fe en 1948, en el primer torneo nacional de la historia, en el cual Junior resultó subcampeón.

José Kaoru Doku (a quien la gente se acostumbró a llamar como Kaor Dokú, sin la ‘u’ de su segundo nombre completo y con acento en la última sílaba de su apellido), participó en la guerra de Corea en 1952, pero esto no impidió que siguiera vinculado al fútbol. 

Después del trajín de los viajes y colgar lo guayos, Doku fue entrenador de la Selección Atlántico. Actualmente representa a los veteranos de la guerra de Corea. 

 

P.

¿Quién es José Kaoru Doku?

R.

José Kaoru Doku es un hijo de un japonés con una barranquillera, nacido en Usiacurí. Como me encantaba el fútbol, llegué a representar al Santa Fe en el primer campeonato profesional de Colombia en 1948. Eso me sirvió para que me nombraran capitán por mucho tiempo. En 1952 solicité que me embarcaran a la guerra de Corea.

P.

¿Por qué decide irse a la guerra de Corea?

R.

Fui a la guerra porque tenía la facilidad de estar en el Japón y poder conocer a mi familia. Mi papá me decía que ojalá pudiera conocer a sus padres y eso me llenó de mucho coraje para solicitar que me embarcaran en un buque que estaba en Corea. Todo el año de 1952 estuve en combate y después llegué al pueblo de Takehara, donde nació mi papá, en Hiroshima, donde lanzaron la bomba atómica.

P.

¿Cómo empezó el amor por el fútbol?

R.

Yo jugaba en el Barrio Abajo, de Barranquilla, a donde llegué como a los 10 años. Mi papá tenía una tienda y una peluquería. Ahí se organizaron varios equipos de tercera categoría, jugaban en la Federación de Fútbol del Atlántico y en esa época se jugaba en el estadio Municipal. Mi hermano mayor también jugaba fútbol y estaba en mejores posiciones que yo. Yo me defendía como medio izquierdo y derecho. Me mantuve ahí hasta que estuve en el equipo Nariño. Mi primer partido con Nariño fue ante el Junior en el estadio Moderno, en 1942. Nariño fue el que hizo el negocio con Santa Fe. En esa época la cuota que pagaron por mí fue de 900 pesos (risas).

P.

¿Cuál fue su primer equipo?

R.

Un equipo que se llamaba Platense, tenía 14 años. Ese era un equipo del barrio.

P.

¿Cómo llega usted a la Armada?

R.

Un amigo me llevó a Cartagena porque él quería ingresar a la Armada. Yo no fui aprobado físicamente porque tenía un problema en la nariz. Allá estaban reclutando grumetes, a mi amigo sí lo aceptaron. Ingresó a la Armada y lo mandaron para San Andrés y a mí me devolvieron. Me vine para Barranquilla y cuando hacían reclutamientos en la Vía 40 me acerqué y me aceptaron. Yo comencé como grumete aprendiz, después fui grumete distinguido, después me ascendieron a marinero primero. Tuve varios reconocimientos.

P.

¿Cómo fue esa relación entre la Armada y el fútbol?

R.

Yo me fui como grumete en la Escuela de Cartagena, éramos 18 de aquí de Barranquilla. Cuando llegamos allá un capitán nos preguntó que de dónde veníamos, un amigo respondió que de Barranquilla y enseguida nos dijo: son futbolistas. Todos éramos futbolistas. Después preguntaron que quién era el mejor y todos dijeron que yo, y así era porque yo era de primera categoría. Yo ya jugaba en Nariño. Estando en la Armada se organizó un equipo para que actuara en un campeonato de Bolívar. Nuestro equipo salió campeón, después yo estuve de vacaciones y volví a jugar con el Nariño en el estadio Municipal.

 

P.

¿Cómo se dio su llegada a Santa Fe?

R.

Preparaban un buque que tenían que mandarlo de Cartagena a Leticia, pero ese día el buque tenía que ir primero a los Estados Unidos a recibir un material para el aeropuerto de Leticia. Yo era el primero en conseguir esos viajes y me fui en un buque viejo. Se hizo el cargamento de todo y de Cartagena salimos para Leticia, allá el buque fue declarado incapaz de regresar a Cartagena. A mí me trasladaron a Buenaventura y de ahí me llevaron para Bogotá.

 

P.

¿Después de eso que pasó?

R.

Me encontré con Roberto ‘el Perro’ Gámez, gran jugador, y él me preguntó que si yo estaba jugando. Le dije que sí, yo venía jugando contra los peruanos y los brasileños, que está cerca de Leticia. Me probaron en Fontibón y así me gané un puesto en Santa Fe. Yo jugaba como centro medio. Era un jugador barato y Santa Fe aprovechó eso.

 

P.

¿Cómo fue el debut?

R.

Tenía 24 años. El primer juego fue en Medellín y perdimos ese partido. Después los demás partidos los jugué como titular. Tenía una propiedad que era sacar goles, a mí me decían el hombre sin gol. Yo saqué como 21 goles. En Santa Fe estaba Antonio Julio De la Hoz, un barranquillero que se había consolidado en su puesto (y también salió campeón en 1948). No era un hombre que metía tantos goles, pero sí los sacaba. Yo me colocaba en la portería y era preciso, ahí llegaba la bola y sacaba los goles. Yo le saqué goles a muchas estrellas, a Pedernera, entre otros.

 

P.

¿Cómo fue esa época en la que usted jugó?

R.

Había jugadores de River Plate, estaba Pedernera y otros jugadores estrellas. También trajeron jugadores de San Lorenzo. Recuerdo mucho los viajes que hicimos a Ecuador y Bolivia. Yo jugué en 1957 en Millonarios, allá me llevó Gabriel Ochoa Uribe. Allá también jugué varios partidos.

 

P.

¿Qué le decían sus compañeros por ser de familia japonesa?

R.

Nada. Yo era más costeño que japonés. Me decían ‘Casimoto’. Además yo jugaba con una balaca.

 

P.

¿Cómo fue esa época en la que estuvo en la guerra de Corea?

R.

Fueron cuatro o cinco años. Yo estaba en la Armada, no en el Ejército, que entró de frente a pelear en la guerra. Los que se daban de valientes o guapos morían porque tenían que pelear con los rusos, chinos y contra los coreanos. Yo estuve en un buque que iba mucho al frente de guerra, estábamos peleando en el meridiano 38, la mitad de Corea del Sur y del Norte.

 

P.

¿Cómo fueron esos momentos?

R.

Bombardeo y bombardeo. Tumbaban muchos aviones. Yo no era el fijo para estar en la artillería, siempre estaba en cuestiones administrativas. Allá, en los momentos de descanso, que los hacíamos en una base que se llamaba Sasebo, llegaban los buques rusos o ingleses y nosotros jugábamos. Yo representaba a Colombia y en la época de la guerra, los japoneses me decían que jugaba muy bonito. En puertos de descanso hacíamos los partidos. Jugábamos ante los coreanos y nosotros siempre les ganábamos.

 

P.

¿Qué fue lo más bonito que el fútbol le dejó?

R.

Me dejó algo muy bueno que fue el prestigio. Me dio popularidad.

 

P.

¿Alguna vez tuvo una posibilidad de jugar en el Junior?

R.

En vez del Junior me hicieron fue ofertas del Sporting, pero yo no podía porque tenía que retirarme de la Armada. Yo estaba en Bogotá y no podía retirarme porque perdía el tiempo de servicio. Al Sporting yo recomendé un defensa ecuatoriano, que era suplente en Santa Fe y fue muy valioso, en este momento no me acuerdo de su nombre.

P.

¿Qué significa ser uno de los primeros atlanticenses en ser campeón en Colombia?

R.

Un gran honor. El regalo por ser campeones fue un premio de 500 pesos. En esa época yo me ganaba 300 pesos. Tenía mi sueldo de la Armada.

 

P.

¿Qué vino después del fútbol y la Armada?

R.

Yo siempre estoy en actividad total. Yo estaba muy ligado al almirante Piedrahíta. Cuando yo me retiré de la Armada solicité embarcame en la Flota Mercante Grancolombiana, que fue una liga de tres naciones, Ecuador, Venezuela y Colombia. Cuando me retiré lo que quería era viajar y le pedí al almirante Piedrahíta que me ayudara. Después de viajar por todas partes del mundo, me aburrí. No llegábamos a Barranquilla y me contrataron como entrenador de la Selección del Atlántico y con ese equipo fui campeón invicto.

P.

¿Actualmente a qué se dedica?

R.

Estoy representando a los veteranos de la guerra de Corea y representando a la Asociación colombo-japonesa.

P.

¿Qué piensa del fútbol de hoy?

R.

Es un fútbol difícil porque echan el balón para atrás y atrás.

P.

¿De qué equipo es hincha?

R.

 Lógicamente de Santa Fe y del Junior también.

P.

¿Cómo se ha portado Santa Fe con usted?

R.

Santa Fe ha sido ingrato conmigo porque yo soy el único que está vivo del año 1948 y eso para ellos debe ser grande. Soy su único hijo. Ha sido un trato malo. Un solo directivo era el que estaba pendiente. Él se murió, ya los demás no se acuerdan de mí.

P.

¿Cómo es el trato de la Dimayor y la Federación Colombiana de Fútbol?

R.

Tampoco. Sacaron a unos campeones, pero a mí no me llevaron. Llevaron al ‘Caimán’, pero a mí no.

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