Enamorado. Así salió el hincha de Junior. Así se apellida la figura del equipo. Con la magia deslumbrante e incontrolable del extremo atlanticense, Junior dio espectáculo, derrotó 2-0 al Deportivo Pasto y recuperó el liderato solitario de la Liga II, con un total de 25 puntos, anoche en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez.
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Javier Báez, que prolongó la mala racha de penaltis al mandar a las nubes uno que le cometieron a Jhomier Guerrero, se reivindicó y anotó el primer tanto cuando agonizaba el periodo inicial. Enamorado, que se jugó un partidazo de principio a fin, marcó el segundo con una exquisita definición por encima del guardameta.
La etapa inicial fue una herradura. Junior se tomó en serio el juego, sin mirar por encima del hombro a su rival, sin querer ganar de camiseta y ni ningún atisbo de sobradez, más allá de todas las circunstancias adversas con las que llegaba el último de la tabla.
Y en ese monólogo que resultó el primer tiempo, con un Deportivo Pasto que era incapaz de superar la mitad de la cancha siquiera, fueron cruciales José Enamorado, con su endiablada gambeta; Jhomier Guerrero, con su constancia por derecha; y Guillermo Celis, con una admirable combatividad. Luchaba cada pelota como si fuera la última y no le daba chance al rival de que armara contraataques.
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Los rojiblancos encerraron a su oponente, lo pusieron contra las cuerdas y al borde del nocaut. Presionaban y recuperaban el balón rapidísimo tras cada pérdida. El Pasto no atinaba a dar más de cinco pases seguidos. Los ‘Tiburones’ no daban respiro, eran voraces en su búsqueda del balón. A esa agresividad, dinámica e intensidad, en la que Rivas, Chará y Didier eran de los que más acosaban arriba, solo les faltaba el gol-pe.
Enamorado, que no se incomodó en la banda izquierda, donde jugó en el primer tiempo, ni en la derecha, donde casi siempre se ubica y a donde pasó en el segundo periodo, era una pesadilla sin fin para Santiago Jiménez, el lateral derecho, y todos los que tuvieron el infortunio de marcarlo.
Estaba imparable y repleto de confianza, amagues, regates, túneles, fugas… un show que entusiasmó a la afición. El repertorio del extremo era amplio y difícil de descifrar. Era cuestión de armonizar su desequilibrio con un desmarque, un movimiento sorpresivo o una aparición oportuna de sus compañeros de ataque, para reflejar en la red el concierto de fútbol que ofrecía el jugador atlanticense. Paiva no estuvo en su noche.
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Yeison Suárez le funcionó como socio a Enamorado para arrastrar marcas y apoyarse con él. Pero Junior también atacaba por derecha, donde Jhomier Guerrero era punzante y tormentoso para la zaga pastosa.
En una de sus incursiones sorpresivas, el lateral se robó un balón en el área y fue derribado. Claro penal que, increíblemente, en primera instancia, omitió el árbitro Carlos Betancur. Tuvo que convencerse con el llamado y la revisión del VAR.
Lamentablemente se sigue careciendo de cabeza fría y precisión en las ejecuciones y Báez se pasó de potencia. Por fortuna, el defensa central paraguayo no se amilanó, casi anota con un remate de larga distancia y consiguió desquitarse y estremecer la red con un certero cabezazo.
Con la confianza y tranquilidad del marcador a favor, Junior encaró el segundo tiempo. El Pasto hizo tres cambios que poco y nada le contribuyeron a modificar el decorado del partido.
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Junior siguió llegando a su antojo con Enamorado, que no se amedrentó con la pierna fuerte, y con Castrillón, que ingresó por Chará. Eran unas flechas por los costados, pero el principal defecto de la noche salió a relucir, la falta de definición.
En medio de esa carencia de contundencia (hubo opciones para que el marcador pudiera haber terminado al menos 5-0), el partido se estaba cerrando con alguito de angustia, más que todo por la estrechez del resultado y la posibilidad de que en cualquier jugada aislada el visitante pudiera empatar, no porque Junior estuviera dominado y sometido.
Sin embargo, el golazo de Enamorado, una definición con la exactitud y exquisitez que se extrañó en las jugadas anteriores, sentenció el triunfo y las posibilidades de drama. Ese maravilloso tanto, tras una precisa asistencia de Teófilo Gutiérrez, confirmó que Junior nuevamente está en el liderato, y jugando bien.