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¿Quién es el mejor jugador de Junior desde su reaparición? Me pregunta, sin siquiera saludarme previamente, un amigo con el que coincido en un evento sobre la historia de Junior al que me invitaron como panelista. Le contesto que Junior es rico en nombres ilustres, grandes futbolistas que emocionaron a los hinchas, que dejaron una huella indeleble, que entregaron su talento y su compromiso para enriquecer la historia del equipo de Barranquilla.

Le menciono varios que podrían ser dueños de ese trono. Empiezo por mi ídolo de infancia, Víctor Ephanor, y le hablo de sus gambetas, sus goles, su espectacular estilo que nos hacía colmar las tribunas del Romelio. Sigo con extraordinarios jugadores como ‘el Pibe’, Verón, Dida, Pacheco, Arango, Valenciano, Teófilo, Babintong, Giovanni, pero cuando trato de ir describiendo a cada uno de ellos, me interrumpe y me reta a definirme por uno solo: “me estás gambeteando la pregunta”, me dice casi como un reclamo. Acepto la difícil elección y le digo Víctor Ephanor, de lo cual no tengo dudas, porque en él coincidieron la estética y la eficacia. Pero, le recuerdo que los que vieron jugar a Dida aseguran que este es el mejor jugador en la historia de Junior.

Como el amigo interrogador es más joven se muestra interesado en saber de Dida. Le cuento brevemente que jugó con Pelé y Garrincha en la selección brasileña. Que junto a Zico es gran ídolo del Flamengo. Que ayudó a acercar el fútbol a un mayor grado de esteticidad. Que gambeteaba, daba pases gol, anotaba goles y, no obstante, su pequeña estatura convirtió los goles de chilena más recordados por los hinchas rojiblancos. Todos preguntaban ¿Cómo explicar que un jugador de esa estatura alcanzara esas alturas y en el aire dibujara esas asombrosas cabriolas, esos retos insolentes a las leyes de la física? No se me ocurre otra respuesta que talento superior. Ese que le permitía un perfecto diálogo entre su cerebro y sus músculos.

Terminamos la conversación porque avisaron que iniciaba el evento y acordamos que la historia de Junior continúa, y que los gustos por unos y otros mantendrán esta inacabable discusión futbolera.