Compartir:

El Barcelona se llevó un derbi y un título de Liga al derrotar (0-2) al Espanyol en el RCDE Stadium gracias a un gol de Lamine Yamal en el 53, un disparo impecable a la escuadra que rompió la apatía inicial azulgrana y frenó el hambre local, y a la sentencia de Fermín en el descuento.

Leer también: Atropellamiento masivo en Barcelona deja varias personas levemente heridas

El duelo, enrarecido por el atropello masivo ocurrido en los aledaños del estadio minutos antes de arrancar, vivió un antes y un después con la diana de la joven sensación del Barça. El cuadro periquito, con diez desde la expulsión de Cabrera en el 80, deberá pelear en las dos últimas jornadas para sellar la permanencia.

Los blanquiazules llegaban al pulso tras perder contra Villarreal (1-0), Betis (1-2) y Leganés (3-2) y el Barcelona pisaba el RCDE Stadium tras tumbar al Real Madrid (4-3). Un choque de dinámicas que se diluyó el entrar en el verde: era un derbi y fue el Espanyol el que enseñó más los dientes desde el inicio.

Urko tuvo la primera ocasión del partido a los cuatro minutos. Tras un pase filtrado de Roberto, el vasco estuvo cerca de sorprender a Szczesny y su disparo se fue desviado. Los blanquiazules insistían con contras rápidas, buscando el gol con hambre y electricidad.

Leer también: Rayo Vallecano 2, Real Betis 2: ‘el Cucho’ vuelve a marcar en España

Lewandowski dejó clara la jerarquía del rival, inquietando a Joan García en el 13. El punta estuvo cerca de abrir el marcador tras un rechace. El Espanyol no se dejó intimidar y mantenía su fútbol vertical: Puado obligó a lucirse a Szczesny, que se estiró para salvar con la izquierda un tiro raso desde la frontal.

El Barcelona no estaba cómodo en el RCDE Stadium. La pizarra de Flick no contenía el desparpajo inicial de los periquitos y la nueva pareja de centrales, Christensen y Araujo, no frenaba la ofensiva local. El engranaje azulgrana, en cualquier caso, empezó a engrasarse tímidamente en el ecuador de la primera mitad.

Enric Fontcuberta/EFELos jugadores del FC Barcelona celebran la victoria al finalizar el encuentro correspondiente a la jornada 36 de la Liga.

Aparecieron los destellos de Pedri, uno de los nombres destacados e incisivos de estos 45 minutos, asomó el criterio de Olmo y levantó la mano Lamine Yamal, sin puntería. Los culés no encontraban referencias arriba entre la telaraña de ayudas del Espanyol. No era, ni mucho menos, la versión más afilada del Barça.

Leer también: Brasil confirma que solo habló con Carlo Ancelotti cuando el Real Madrid lo autorizó

En la reanudación, los azulgrana insistieron con centros al área de Joan García. El Espanyol había perdido chispa y no mordía como antes, aunque mantenía el control. Hasta que Lamine Yamal lo rompió todo en el 53. Necesitó un instante de lucidez para asestar un latigazo teledirigido a la escuadra que subió al marcador.

Los futbolistas del entrenador Manolo González tardaron en reaccionar tras el gol. El técnico movió en banquillo, buscando más revoluciones arriba. El derbi, de todos modos, ya era otro. El Barcelona se gustaba, respiraba y tenía más espacios. Además, los de Flick acariciaban el título de Liga.

Posesiones largas y algún acercamiento sin peligro eran las líneas maestras del juego azulgrana. El anfitrión, por su parte, disfrutaba de algún acercamiento sin pólvora. Apareció Pere Milla, con un mal control en los metros finales, y Roberto, en fuera de juego. Mandaba el Barça.

Un impacto de Cabrera a Lamine provocó la expulsión del uruguayo después de que el árbitro consultara con el VAR. La roja, en el 80, desestabilizó el pulso. El Espanyol, lanzado, no desconectó y el Barcelona no durmió el choque en los siete minutos de añadido. El pulso seguía muy vivo.

De todos modos, fueron los azulgrana los que se aprovecharon de la agitación final. Fermín, en el descuento, disipaba cualquier posibilidad de reacción con el segundo tanto de la noche. Un 0-2 que amarraba el 28º título de Liga para el equipo azulgrana. Flick instó a sus futbolistas a celebrarlo en el vestuario y no en el césped.