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Fue trabado. Fue desafiante. A veces, con tintes no de boxeo sino de un enfrentamiento de ajedrez, pero el pleito más importante en el siglo XXI de los pesos pesados acabó con victoria por decisión dividida para Oleksandr Usyk, quien superó a Tyson Fury tras tarjetas 115-113, 114-113 y 113-114. De este modo, el ucraniano se convierte en el primer campeón lineal de su país desde que lo hiciera Wladimir Klitschko, quien comandó la categoría por diez años.

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La pelea estelar de la velada organizada por el jeque árabe Turki Al-Sheikh en el Kingdom Arena de Riyadh, Arabia, no desencantó. Al contrario. Fue un pleito tal como lo esperado, con golpes de potencia de ida y vuelta, pero sobretodo, de profunda estrategia entre dos de los mejores púgiles de la categoría en el último tiempo.

En juego estuvieron todos los cinturones del peso pesado. El del CMB puesto en juego por Tyson Fury, británico de 35 años; y las coronas del IBF, IBO, AMB y OMB puestas en combate por el ucraniano Oleksandr Usyk, quien se las arrebató a Anthony Joshua en 2021 y lo revalidó en 2022.

ALI HAIDER/EFEFotos archivo EL HERALDO

Antes de esta pelea Usyk, quien ya había sido campeón indiscutido (dueño de todos los cinturones de una categoría) en el peso crucero, había defendido con éxito contra Daniel Dubois. Entonces la pelea contra Tyson Fury parecía obligatoria, pero no había un acuerdo hasta la vista, hasta que apareció el jeque árabe, quien puso el dinero y el escenario sobre la mesa para llevar a cabo una pelea que todo el mundo del deporte quería ver: los dos campeones en un pleito por todas las coronas.

El ganador se lo lleva todo. Eso lo entendió correctamente Usyk, quien comenzó la pelea llevando la iniciativa, siempre estratégico y al frente con variedad de golpes que su rival supo asimilar paulatinamente. Entrando en calor, como quien dice.

ALI HAIDER/EFEFotos archivo EL HERALDO

Sin embargo, a partir del tercero, el ucraniano comenzó a ver cómo su diferencia de altura comenzaba a venirse en su contra. Con más alcance en los brazos, Fury empezó a dar rienda suelta a golpes de poder en diferentes zonas de la humanidad de su rival. No dejó, al mismo tiempo, de bromear: siempre hubo un espacio para incitar al público imitando el baile de Muhammad Ali en las esquinas o de amenazar con manos rápidas para proponer otra clase de contragolpeo a su rival.

Los momentos más claros del dominio de Fury en la pelea se evidenciaron entre el quinto y el séptimo asalto, donde el británico no solo impactó con más efectividad, sino también disparó el mayor volumen de puños contra un Usyk que solo titubeó en una ocasión cuando, en el sexo episodio, una serie de golpes al cuerpo le redujeron fuerza y velocidad.

ALI HAIDER/EFEFotos archivo EL HERALDO

Sin embargo, el ucraniano sacó la casta de campeón y supo esperar su momento. Y este llegó en el octavo episodio, cuando una seguidilla de golpes desató la sangre en el púgil británico.

Todo lo mejor de Usyk se vio sobre el noveno asalto, cuando tambaleó y, aunque no hizo caer, fue necesaria la cuenta para un Fury que sucumbió ante una seguidilla de letales puños propinados con gran eficacia por Usyk. Derecha, izquierda, izquierda, derecha, todas cargadas de veneno y que impactaron sobre la zona superior a un campeón británico salvado por un referee que debió cantar KO Técnico y que, en cambio, envió la cuenta hasta 10 y culminó el round una vez sonó la campana, cuando Fury estuvo listo para volver a pelear.

ALI HAIDER/EFEFotos archivo EL HERALDO

En el décimo episodio, Usyk salió a ser dominante con la esperanza de culminar el trabajo que había comenzado tres minutos antes. Sin embargo, la pausa concedida por el juez y el minuto entre un round y otro le permitió al Rey Gitano respirar y volver a ponerse a punto, resistiendo la contraofensiva del ucraniano.

Para el onceavo asalto, Fury estuvo más activo y el ucraniano, con manos voladas cuan Superman al ataque, logró impactar con potencia en la humanidad de su rival, haciendo especial daño sobre el cierre del round con un par de zurdas que impactaron de lleno en la barbilla de Fury, pero este resistió con envergadura.

En el último episodio, como si de un cierre de película se tratara, ambos púgiles se dieron toda la metralla.

La tarjeta extraoficial de EL HERALDO fue de 115-112 en favor de Oleksandr Usyk.