Un anuncio de bienvenidos recibe a las delegaciones en la Villa Centroamericana. Un esquema de seguridad compuesto por torniquetes y bandas revisan los equipajes para el que será el hogar de los deportistas y equipo técnico hasta el próximo 4 de agosto.
A las afueras decenas de camionetas y buses adecuados sirven de medio de transporte para comunicar a los nuevos huéspedes con la ciudad y conocer de ella horas antes de la inauguración.
Banderas de diferentes naciones ondea en las ventanas de los diferentes bloques con puestos por apartamentos. República Dominicana es la primera en mostrarse con un cartel que dice ‘Team Dom’ acompañado de Baqui, la mascota de las justas.
Shorts, bermudas, tenis o chanclas son el look escogido por la mayoría de deportistas que ingresan y salen de la Villa, entre ellos la delegación mexicana de gimnasia.
Isaac Núñez y Miguel Romero llegaron ayer a La Arenosa. De lo poco que han conocido describen como 'muy bonita' a la ciudad. Además cuentan que 'la Villa es súper bonita'.
Conocer la Villa es adentrarse en el espacio de reposo y preparación de las delegaciones, ver maletas de un lado a otro y uno que otro motocarro que sirve de medio de transporte para los deportistas ahí dentro.
En medio de los bloques hay una carpa grande de cinco mil metros cuadrados, es la cocina y el comedor. Es el lugar de encuentro de todas las delegaciones. Son 2.500 las sillas dispuestas para que ellos coman.
Andrés Felipe Martínez y Didier Lugo, deportistas colombianos de gimnasia artística llegaron la noche del lunes a la Villa.
'Me gusta el ambiente, uno comparte con todos los deportistas. Además, las instalaciones están muy bonitas', aseguró Andrés.
La expectativa de ellos es estar entre los tres primeros, 'el rival más fuerte es Cuba. Si hacemos un buen trabajo podemos llevarnos el oro'.
El hecho de que este evento se desarrolle en Barranquilla para ellos 'es algo emocionante. Estamos en casa, qué lindo competir con nuestra familia al lado representando a nuestra tricolor'.
A lo largo de las torres se observan diferentes banderas, Cuba y Puerto Rico adornaron ventanas y senderos peatonales para anunciar que ahí estaban. Se escuchan además diferentes acentos y las selfies están a la orden del día. La Villa se convierte en el espacio de comunión de las 37 delegaciones, una muestra de eso es la plaza de banderas, donde cada país eleva a lo más alto sus colores como parte de una tradición de estas justas.
En equipo
Rafael Dudamel, director técnico de la Selección de fútbol de Venezuela, compartió el almuerzo con sus dirigidos. Se identificaban por sus uniformes negros, todos andaban juntos y ocuparon dos mesas del comedor. Ellos ya completan dos días en la ciudad.
'Se nota que han hecho un gran esfuerzo y una gran inversión. He tenido la oportunidad de estar en varios eventos de ciclo olímpico y me siento muy complacido que en Barranquilla y Colombia estén desarrollándolos a este nivel', afirmó el técnico.
Dentro de lo que cabe de estas competiciones, indicó, la Villa se nota muy organizada, 'además la disposición y amabilidad de la gente nos hace sentir muy bien'.
En cuanto a los escenarios dispuestos para las competencias la delegación los ha visto en fotos, y para el estratega de la vinotinto 'se nota que están muy lindos'. Pronto harán el reconocimiento y, dice, 'estamos seguros que lo vamos a disfrutar'.
El plan de su equipo es descansar, ganarle tiempo al entrenamiento y estar enfocados en la competencia. 'Tenemos mucha ilusión de estar en el podio', confesó Dudamel.
Vienen dispuestos a jugar cinco partidos, regresar a casa con la satisfacción de que el esfuerzo ha valido la pena. 'Esperamos llegar a la final', puntualizó.
Promesa e ilusión
Otro de los que ya se hospeda en la Villa es Jossimar Calvo, gimnasta colombiano triple medallista de oro de los Panamericanos y ganador de cinco preseas de oro y una de plata en los recientes Bolivarianos. Dos motivos más allá del deporte lo tienen en la capital del Atlántico: la promesa que le hizo a su mamá, Nohora Moreno, fallecida hace solo cinco días, y el amor a su esposa e hija.
'Mi objetivo es hacer una buena competencia, un trabajo completo es lo más importante. Tener una competencia muy limpia, representar a mi país, a mi deporte. Vengo aquí a cumplir una promesa a mi mamá, que en paz descanse. Esperemos que en estos juegos tengamos un buen resultado a nivel general en todos los deportes, que Colombia quede muy bien posicionada', señaló.
Por el deporte y en representación a su mamá aterrizó en Barranquilla. 'Una de las cosas que me dijo antes de fallecer era que ella quería que yo viniera aquí a competir y tuviera la posibilidad de ganar, por eso estamos aquí esperando que ella y Dios me permitan tener una buena competencia'.
Su soporte va más allá de la gimnasia, lo son su esposa, Gina Zambrano, y su hija recién nacida, Valeria. Ellas también están cerca de él por estos días.
'Hicimos todo lo posible para que mi hija y mi esposa estén aquí ya que en este momento son mi soporte, mi apoyo. Me siento muy contento de que ellas también estén aquí en Barranquilla apoyándome y es una motivación más a sentirme mejor y pasar este proceso que no es tan bueno', dijo.
El consejo de su mamá para cada competencia está enmarcado en su mente. 'Ella siempre me decía que me encomendara a Dios, que le pidiera que me protegiera de cualquier lesión o caída, que lo más importante era terminar muy bien una competencia, sano y sin alguna mala caída. Además que creyera en mis capacidades'.
Del evento que se desarrolla en Barranquilla desde mañana y hasta el 4 de agosto afirma sentirse emocionado por lo que abarcan estas justas.
'Me ha parecido maravilloso. Que se lograran estos juegos en Colombia, tener esta Villa, este espacio, es muy importante para nuestro país. Nos ayuda a crecer cada vez más, obtener grandes cosas. Me siento muy contento y muy cómodo de estar en Barranquilla, es mi primera vez y venimos a tener una maravillosa experiencia, a disfrutar de todo, de las competencias, del ambiente en la villa', agregó.
La Villa está 24 horas activa. Siempre hay alguien sentado en el comedor, alguno entrenando y otros caminando entre los bloques. Ahí la actividad nunca cesa, pero en la noche se transforma. El deporte pasa a ser música y baile, los ritmos del Caribe y las muestras folclóricas le dan cierre a un día más de preparación y uno menos para que la llama Centroamericana brille en la Puerta de Oro.
























