El luto se apodera del séptimo arte. La legendaria actriz norteamericana, Diane Keaton, célebre por protagonizar filmes como ‘Annie Hall’ o ‘El Padrino’, murió a la edad de 79 años.
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La revista People fue la encargada de revelar el fallecimiento de la intérprete ganadora del Óscar sin contar más detalles, de acuerdo con el deseo expreso de la familia.
Nacida en Los Ángeles en 1946, Diane Hall —su apellido original antes de adoptar el nombre artístico Keaton, tomado de su madre— nunca encajó en los estándares de Hollywood, y eso fue precisamente lo que la convirtió en única.
Tras estudiar arte dramático en la escuela de teatro de Sanford Meisner, debutó en Broadway en Hair (1968), aunque pronto abandonó los escenarios para perseguir el cine. La suerte, y su talento, la cruzaron con un joven Woody Allen, con quien construiría una de las colaboraciones más memorables del séptimo arte.
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En Annie Hall (1977), Keaton encarnó a una mujer que parecía estar hecha a su medida. Con sus chalecos, corbatas y un humor nervioso que se transformaba en encanto, Diane redefinió el concepto de protagonista femenina: no era la musa, ni la femme fatale, ni la heroína trágica. Era simplemente ella misma, y eso bastó para que la Academia le otorgara el Óscar a Mejor Actriz.
Aunque su relación con Allen dejó una huella profunda (Sleeper, Manhattan, Love and Death), Keaton demostró que su talento trascendía cualquier alianza creativa. En los años siguientes, pasó de ser Kay Adams, la esposa del poder en El Padrino y El Padrino II (1972, 1974), a una mujer desgarrada en Reds (1981), de Warren Beatty, donde ofreció una actuación que la llevó nuevamente a una nominación al Óscar.
En los 90, Keaton consolidó su madurez artística. Su interpretación en Marvin’s Room (1996), junto a Meryl Streep y Leonardo DiCaprio, fue una muestra de su vulnerabilidad contenida; una vez más, la Academia la nominó al Óscar.
Además “La idea fue tomar lo que estaba y llevarlo a la excelencia”
Y cuando muchos actores de su generación se desvanecían en papeles secundarios, Keaton renació con la comedia romántica Something’s Gotta Give (2003), donde compartió pantalla con Jack Nicholson.
Su papel como una dramaturga de sesenta años que redescubre el amor, le valió otra nominación al Óscar y confirmó que la edad, para ella, no era un obstáculo sino un nuevo registro interpretativo.
Múltiples facetas
Es directora, productora, fotógrafa y una de las coleccionistas de arte y arquitectura más respetadas de Hollywood. Su debut como directora, Heaven (1987), fue un documental experimental sobre el concepto del paraíso. Luego dirigió Unstrung Heroes (1995), una mirada sensible a la familia y la pérdida, que demostró su talento detrás de la cámara.
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Su amor por la fotografía se refleja en libros como Clown Paintings y House, donde captura con ironía y afecto los espacios y obsesiones de la vida cotidiana. Su ojo artístico siempre ha estado presente: desde su estilo inconfundible —los guantes, los sombreros, la ropa andrógina— hasta su capacidad para convertir cualquier excentricidad en un gesto de libertad.