La resistencia de las librerías alternativas de Barranquilla

Barranquilla ha desarrollado distintas dinámicas relacionadas con la comercialización de libros desde hace muchos años. Entre ellas, la más populares son las librerías itinerantes, que sin importar el lugar o las condiciones, su propósito mantener conectados a los lectores con los libros.

Más allá de las librerías comerciales, existen espacios en la ciudad en los que se pueden encontrar libros -nuevo o de segunda mano- para distintos tipos de públicos.

EL HERALDO realizó un recorrido por distintos puntos en la ciudad que han conservado desde hace mucho tiempo un concepto alternativo en el que lectores e interesados en cualquier tema, pueden encontrar lo que buscan.

Ubicada a la derecha del antiguo Banco Comercial se encuentra la Casa Vargas, una edificación de varias plantas que para la década de los años 40 y 50 fue considerada la sastrería más importante de la ciudad.

El lugar contaba con muy buena reputación y era frecuentado por políticos, comerciantes, ganaderos y empresarios locales y foráneos de la época en busca de trajes elegantes y a la medida perfecta.

La reconocida sastrería tuvo declive para la década de los años 60 por distintas circunstancias, entre ellas, la aparición de nuevos empresarios de esa línea.

Actualmente, la Casa Vargas es la Casa Cultural del Libro, un espacio en el que docenas de libreros barranquilleros fueron reubicados con el objetivo de formalizar su trabajo.

Durante más de treinta años, Luis Felipe Iglesias se ha dedicado a la venta de libros en el Centro Histórico de la Ciudad. Primero lo hizo en la Plaza San Nicolás y actualmente se encuentra en uno de los locales de la Casa Vargas.

'Mi tío dejó de vender libros, pero lo recuerdan mucho. Ahora mismo somos siete familiares los que estamos dedicados a este trabajo'.

El comerciante sostuvo que por esta época, los lectores buscan principalmente 'literatura de crecimiento personal, de superación, de motivación y de temas afines a estos'.

'Sé que libros tengo, muchos me preguntan cómo hago para aprenderme la ubicación exacta de cada libro, pero eso es algo que lo da la experiencia'.

Entrar en este espacio es desconectarse del afán en el que transcurre la vida misma. Amantes de libros y curiosos llegan a esta mágica casa cuya esencia transporta al visitante a múltiples universos literarios y lo seduce a continuar consolidando el hábito de la lectura.

Este oasis de palabras nació en el 2018 y desde entonces ha venido desarrollando una variada agenda cultural, de la mano de los libros, autores, editoriales y colaboradores con el objetivo de generar espacios diferentes en la ciudad.

La gestora cultural Alexandra Vives, propietaria del lugar ubicado en la calle 86 con carrera 64D, afirmó que comprar un libro puede ser una experiencia muy completa.

'Para las personas que nos gusta comprar libros, esa experiencia va acompañada de otras cosas como la estética del lugar y la puesta en escena'.

Vives agregó: 'Aquí no solo se venden libros, sino que se interactúa con ellos y la experiencia puede ser muy nutrida porque puedes venir a tomar un café, hay un librero que te orienta sobre lo que quieres y otros detalles que van sumando de manera positiva'.

En la esquina de la calle 93 con carrera 47 se encuentra ubicada una librería estacionaria que ha estado presente en dicho lugar desde hace más de veinte años, convirtiéndose actualmente en un punto de referencia y la única en este tipo de la zona norte de la ciudad.

Poco a poco ha tenido que ir preparándose y aprendiendo de autores, temas y editoriales con el fin de orientar o sacar de dudas a cualquier lector confuso que se acerque al puesto.

'Ahora mismo contamos con libros, cuentos, novelas de todo tipo, nuevos y de segunda mano, pero últimamente han venido muchas personas preguntando por libros de superación personal, para conocerse a sí mismo, así que estos temas son los que más se están leyendo en estos momentos', sostuvo.

Manuel confesó que el sentimiento de orgullo y admiración entre su padre y él siempre fue mutuo y lo seguirá siendo por el resto de su vida.

'Con este trabajo mi papá nos sacó adelante, somos tres hijos, y él logró pagarme la mitad de mi carrera universitaria, él estaba muy orgulloso de todo esto. Mi papá falleció hace poco y yo estoy orgulloso de él y todo lo que hizo, ser un librero no es fácil'.