Que se copien ellos
No se sabe si fue que se latinizaron con tanta inmigración, o si se desordenaron por las redes sociales.
Colombia es pro Yankee, están muy cerca, atrae su confort, todo es ordenado, es preferido destino de la gente, así que sentíamos que debíamos copiarnos de ellos en todo. Pero no. Estamos viendo que no en todo.
Nuestro Consejo Nacional Electoral envidiaba cuando allá informaban casi enseguida los resultados de las elecciones, y todos aquí pedíamos un cambio para poder votar un día hábil cualquiera sin congestionadas filas. Como los gringos. Aquél rollo que se presentó en Florida cuando la elección de Bush, lo mostraron como una insólita excepción que confirmaba la regla. Cuán lejos de la realidad. No se sabe si fue que se latinizaron con tanta inmigración, o si se desordenaron por las redes sociales, o si siempre fueron así, y lo disimulaban. El caso es que si por aquí llueve, el aguacero allá es el propio diluvio: Con su enrevesado sistema electoral habrá que esperar hasta el seis de diciembre para tener información oficial del resultado presidencial.
Creíamos también que los medios allá eran serios y equilibrados. Cuando a algún periodista local lo contrataba un medio gringo, se consideraba un éxito. Nos lamentábamos que aquí los medios tomaban partido y, aunque con alguna vestimenta de imparcialidad, se ensañaban con quien les chocara. A Uribe le dan palo y el uribismo se queja, pero nunca lo ignoran, ni le ocultan las buenas cosas que pudiera hacer o decir. Dejan entrever, claro, su sesgo, y a veces hasta exageran. Pero nunca presentan noticias falsas, se cuidan utilizando términos como “presunto”, “supuesto”, no afirman sino lo confirmado por fallos judiciales, se miden. Es decir, entre nuestros medios y los gringos hay una distancia cósmica de seriedad y mesura. Nuestros medios son respetuosos, incapaces de juzgar a priori, y menos de aplicarle censura al propio presidente de la República. Los medios gringos son tramoyeros, desenfrenados, sienten que pueden hacer lo que sea y como sea, creen que pueden hasta posesionar al presidente antes de ser ungido.
Nos quejamos de la arbitrariedad de nuestros jueces, de los eventuales devaneos de las Cortes en su afán de legislar, y que además acribillan a quien se atraviese, querían a Santos de presidente y se la montaron a “Uribito” , a Ramos, y hasta a Zuluaga para despejarle el camino. Pero allá la cosa es más terrible, cada estado tiene sus leyes, sus jueces, y su propio manejo frente a la legislación federal, un arroz con mango que enreda más la pita.
Creíamos que actúan bajo el principio de la buena fe. Pero tampoco. Demasiadas intervenciones externas equívocas, y demasiados cuestionamientos de fraude señalan lo contrario. O sea, nos desencantan como modelo de democracia. Así que la cosa es al revés: ellos deben copiarse de nosotros.
Coletilla cultural: Ovación para Flavia Santoro, presidente de Procolombia, y para María Teresa Fernández, Secretaria Distrital de Patrimonio, Cultura, y Turismo, que lograron para Barranquilla en los World Travel Awards reconocimiento como destino cultural líder en Suramérica. Bien por ellas.
rzabarainm@hotmail.com
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