Hoy es ocho de diciembre. La gente asocia esta fecha con la tempranera prendida de velitas. Otros la ubican como parranda, que la fiesta del siete se volvió como la del año nuevo. Para otros, chévere el ocho porque no hay camello, aunque mañana toque ir a trabajar en medio del guayabo terciario. Muchos no saben bien por qué la fecha es tan importante que no admite traslado en el calendario. Es que desde el Siglo V se prendieron velitas esperando afuera que el Concilio de ÉFESO dictara el Primer Dogma sobre la Sagrada Maternidad, y que un día como hoy, el ocho de diciembre del año 1.854, el Papa Pío IX en la Bula Pontificia Ineffabilis Deus, declaró como Dogma de Fe la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
No es, entonces, fecha para traer a colación los premeditados y calculados desvaríos de Petro, quien a diario inventa una nueva manera de destruir al país, ya liberó a “alias Violeta” y se propone liberar a más de 200 de los vándalos que se encuentran condenados, presos, o en vías de serlo, entre ellos el amenazante “alias 19”, ¡qué susto! que Dios quiera no se les dé por venirse para acá como están haciendo muchos de los malandros del narcotráfico. No. Ni pensar en tal desdicha. Sólo pidámosle, para que la Virgen interceda.
Hoy es fecha de alegría, es onomástico de la declaratoria de la Inmaculada Concepción de María, madre de Jesucristo, madre de Dios. La cosa es clara: Jesucristo existió, hay muchas pruebas y testimonios; se impuso como profeta, por algo estamos en el año 2.022. María fue su madre, también está comprobado.
Por supuesto que María, por el solo hecho de ser la madre de Jesucristo, se merece toda la alabanza y veneración, y para ello no requiere haber nacido libre del pecado original, ni haber concebido a Jesús por obra y gracia del Espíritu Santo, ni haber sido elevada a los cielos en cuerpo y alma. Simplemente es la madre de Dios, y punto. Suficiente mérito. La madre es la figura adorada de toda familia, y todos estarán siempre prestos a complacerla en lo que pida. Cuando se busque el favor de alguien, es más efectivo solicitárselo a la mamá. Si es así a nivel terrenal, imagínense lo que podremos lograr con su intercesión, y lo que en materia de distinciones Dios Padre querría para María, madre de Jesús: Concebida sin pecado original, virginidad perpetua, maternidad divina, y Asunción. Tarea fácil para Dios. Encomendémonos a Ella.
Coletilla: Quedará en la Secretaría de Desarrollo Económico Distrital un vacío difícil de llenar tras la renuncia de su titular Ricardo Plata Sarabia, ingeniero industrial andino con maestría en desarrollo económico. Plata Sarabia adelantó una ingente labor al frente de tan importante Secretaría promoviendo y posicionando a la ciudad, convocando cooperación internacional y vinculando empresas locales para la generación y recuperación del empleo en pandemia y en pos pandemia, e impulsando la creatividad con el Centro de Oportunidades, entre otras muchas y variadas ejecutorias. Que la Virgen lo acompañe en sus nuevas actividades.
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