Este fin de semana encontré un video de Mario Alonso Puig especialmente dirigido a las personas mayores que me pareció importante de compartir con ustedes.

En este video Mario Alonso Puig señala cinco pilares invisibles que les aportan sostén, confianza y vitalidad a las personas en la edad avanzada, más allá del apoyo familiar o externo.

1. La confianza en uno mismo: a medida que envejecemos, la autonomía y la seguridad personal se vuelven fundamentales. Puig enfatiza la importancia de mantener activos los recursos internos: la autoestima, la capacidad de tomar decisiones y la habilidad de sentirnos útiles y significativos por nosotros mismos.

2. El poder de las experiencias acumuladas: la sabiduría y el bagaje emocional que acumulamos a lo largo de los años constituyen una fuente de fortaleza inagotable. Este pilar nos recuerda que podemos confiar en nuestra experiencia como base sólida para enfrentar desafíos nuevos y responder con amplitud y ecuanimidad.

3. La gestión consciente del presente: en lugar de aferrarse al pasado o temer al futuro, Puig propone cultivar una presencia consciente. Estar plenamente en el aquí y ahora (atentos a nuestras sensaciones, pensamientos y entorno) activa recursos internos, reduce el estrés y amplía la capacidad de disfrutar cada instante con mayor plenitud. Para esto es muy útil las técnicas de Mindfulness.

4. La conexión con un propósito: tener un sentido de propósito (ya sea pequeño o grande) revitaliza la vitalidad, propicia la motivación para seguir avanzando. No se trata de grandes proyectos, sino de mantener conexiones significativas, contribuir, aprender, compartir o simplemente sentirnos parte de algo mayor que nosotros mismos.

5. La apertura al asombro: el último pilar es la capacidad de maravillarse. Puig alienta a mantener viva la curiosidad: aprender, observar, sorprendernos, hallar belleza o sacar gozo de cosas simples. Esta actitud activa emociones positivas, estimula la mente y mantiene vivo el deseo de seguir descubriendo.

Mario Alonso Puig nos invita, al envejecer, a girar la mirada hacia nuestro interior. La familia puede ser un apoyo maravilloso, pero estos cinco recursos tejen una red interna más resistente y duradera. Al cultivar autoconfianza, experiencia, (auto)presencia, propósito y asombro, se construye una base emocional y mental que no depende de factores externos.

Este enfoque humanista apuesta por una vejez con significado y dignidad, una etapa vital en la que no solo se vive, sino que se engloba con serenidad, plenitud y generosidad. La esencia del mensaje de Puig es que la vejez puede ser una etapa rica y vital si nos apoyamos en pilares que nacen de adentro: confianza en nosotros mismos, sabiduría acumulada, presencia consciente, sentido de propósito y capacidad de asombro.

@drjosegonzalez