El robo en el Museo del Louvre no solo ha conmocionado a Francia sino que también ha abierto un debate en torno a las medidas de seguridad del museo más visitado del mundo que hoy cuenta con una exposición de joyas incompleta sin ocho de sus más preciados ornamentos.
Lea también: ¿Estaban imitando las peleas por streaming? Lo que se sabe de muerte de estudiante de Derecho en Barranquilla
El museo ha estimado en 88 millones de euros el valor de las ocho joyas de la corona francesa robadas el domingo pasado en la Galería de Apolo, según informó este martes la fiscal de París, Laure Beccuau. Pero lo que pocos saben, más allá del costo aproximado del robo, es que uno de los collares tenía el sello colombiano.
Se trata de un collar de la emperatriz María Luisa junto con un par de pendientes, una tiara y una peineta que fue ofrecido por Napoleón con motivo de su matrimonio, fue entregado a finales de marzo de 1810, según describe Louvre en su página web.
Las piezas del parure (conjunto de joyas a juego) de la emperatriz francesa “estaban originalmente montadas con esmeraldas colombianas”, dice la Federación Nacional de Esmeraldas de Colombia (Fedesmeraldas) al tiempo que indica que los indicios históricos son “confiables”.
Lea también: “Apelaremos al recurso de la casación”: Iván Cepeda tras revocatoria de condena a Álvaro Uribe
“Instituciones como el Smithsonian y varias reseñas históricas detallan que la parure incluía 79 esmeraldas «de Colombia» (minas de Muzo) en sus piezas originales”, explicaron haciendo referencia al municipio boyacense considerado como la “capital mundial de la esmeralda”, remoquete que se ha ganado por sus yacimientos esmeralderos.
El collar, que aún no se ha localizado así como las otras siete joyas, está compuesto por 32 esmeraldas, 10 de ellas en forma de pera, 1.138 diamantes, 874 brillantes y 264 rosas. La pieza de “valor incalculable” fue elaborada por la casa Nitot, encargo del mismo Napoleón que se lo regalaría para la entonces archiduquesa austriaca el 2 de abril de 1810 y que luego se convertiría en emperatriz de Francia.
“Diez grandes esmeraldas, alternando entre ovaladas y romboidales, rodeadas de diamantes, están unidas por palmetas que engarzan una pequeña esmeralda redonda; de cada una de las grandes esmeraldas cuelga una esmeralda en forma de pera rodeada de diamantes. La esmeralda central (13,75 quilates), de forma ovalada, está tallada con ocho lados”, se lee en la reseña del Louvre.
Lea también: Esto encontraron en el cuerpo de la influencer ‘Baby Demoni’: “Vamos a ver quién lo hizo”
Aunque el peine fue transformado y las esmeraldas de la tiara fue vendida una a una, el collar y los pendientes se han conservado en su estado original y se unieron a las colecciones del Museo del Louvre en 2004 gracias al Fondo del Patrimonio y la Sociedad de Amigos del Louvre.
Para Fedesmeraldas el robo de este collar y los pendientes que tienen la imprenta colombiana así como las otras piezas representan “una pérdida inmensa para la historia del arte y la cultura”.
El robo del pasado domingo, considerado como el del “siglo” por los medios franceses, ha creado una polémica en Francia y una lluvia de críticas hacia la dirección del museo y el Ministerio de Cultura, al que critican por no haber protegido suficientemente una de las instituciones más emblemáticas del mundo.