El primer ministro de Sudán, Kamel Idris, compartió en redes sociales un mensaje en español dirigido a la nación colombiana, a modo de petición del cese de envío de mercenarios hacia su territorio:
“Hago un llamado al pueblo colombiano y a todas las comunidades de habla hispana a que se mantengan firmes con nosotros para lograr el fin del asedio a Al Fasher, y detener el reclutamiento y envío de mercenarios a nuestra tierra”, sentenció.
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Apoyo del gobierno
En respuesta al llamado de Kamel Idris, el presidente Gustavo Petro respaldó la petición del ministro y ratificó su postura en contra del mercenarismo.
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“El primer ministro de Sudán, Kamel Idris, se dirige a la nación colombiana. Detener el mercenarismo en Colombia. Jóvenes exsoldados y exoficiales no se vendan. Luchar por la patria, no morir en guerras ajenas”, sentenció en su cuenta de X.
Los mercenarios colombianos son exmiembros del Ejército que, muchas veces con falsas promesas laborales, viajan hasta Emiratos Árabes y de ahí parten hacia Sudán para participar en la guerra civil en el frente de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Por su parte Idris insistió en que Colombia contribuya al “fin del asedio (por las FAR) de la ciudad de Al Fasher”, capital de Darfur Norte y único bastión del Ejército sudanés en el oeste del país, “poniendo fin al reclutamiento de mercenarios colombianos”.
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Antecedentes del conflicto
Hace 10 días el Ejército sudanés anunció la muerte de decenas de mercenarios colombianos al ser derribado un avión emiratí en una zona controlada por las FAR, en el oeste de Sudán.
El pasado mes de julio del presente año Rusia denunció el alto número de mercenarios colombianos en filas de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Como medida, el Gobierno colombiano radicó en agosto del año 2024 un proyecto de ley para evitar el reclutamiento de mercenarios por parte de organizaciones extranjeras. Dichas organizaciones militares se valen de engaños para hacer participes a los mercenarios en guerras que no les corresponden, como es el caso actual de las guerras de Sudán y Ucrania.
La iniciativa busca aprobar la Convención Internacional Contra el Reclutamiento, la Utilización, la Financiación y el Entrenamiento de Mercenarios, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 4 de diciembre de 1989.