Un caso de violencia intrafamiliar ha conmocionado a la localidad italiana de Gemona, donde Lorena Venier, una jefa de enfermería de 62 años, confesó ante las autoridades haber asesinado y descuartizado a su propio hijo Alessandro, de 35 años, en complicidad con la pareja colombiana de este.
“Fui yo, y sé que lo que hice fue monstruoso”, declaró Venier ante el fiscal adjunto durante su interrogatorio, según confirmó su abogado defensor Giovanni De Nardo a la agencia Ansa. El letrado agregó que su clienta se encontraba “visiblemente conmocionada por la crueldad de su acción y por cómo violaba cualquier ley natural”.
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El macabro descubrimiento tuvo lugar cuando las autoridades encontraron el cadáver de Alessandro Venier en un bidón con cal viva ubicado en el sótano de la vivienda familiar. Los investigadores determinaron que el homicidio había ocurrido varios días antes del hallazgo del cuerpo.
La fiscal adjunta de la provincia de Udine, Claudia Danelon, describió el caso como complejo, señalando que “el panorama del caso familiar es bastante complejo”. Las pesquisas revelaron que el crimen se desencadenó tras una intensa discusión entre los tres adultos involucrados.
Según las investigaciones, el conflicto se originó cuando Alessandro se negó rotundamente a colaborar con las tareas domésticas, específicamente a “poner la mesa”. El medio Corriere della Sera informó que “el hombre presuntamente agredió a las dos mujeres que le pedían ayuda con las tareas del hogar. Su madre y su pareja consideraron injustificable su total reticencia a ayudar, a pesar de su larga ausencia laboral”.
Lorena Venier había construido una sólida reputación profesional en Gemona, donde era conocida como una mujer “amable” tras mudarse desde Padua para comenzar una nueva vida. La enfermera había criado sola a Alessandro después de que su padre, de origen egipcio, no lo reconociera legalmente.
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La cómplice en el crimen es Marylin Castro Monsalvo, ciudadana colombiana y pareja sentimental de la víctima, quien había experimentado varios episodios de depresión posparto y recibía tratamiento en el centro de salud mental local.
Los investigadores mantienen la hipótesis de que Alessandro Venier pudo haber sido envenenado, apuñalado con un objeto punzante, o víctima de ambos métodos durante el ataque. Las autoridades también confirmaron que el hombre tenía antecedentes penales menores.
El caso continúa bajo investigación mientras las autoridades italianas profundizan en los detalles de este crimen que ha impactado a la comunidad local.
