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Efraín Cepeda entrega la presidencia del Senado de la República luego de una de las legislaturas más tensas entre el Congreso y el Gobierno de Gustavo Petro. El senador, en medio de su balance, habla con franqueza sobre los ataques del ejecutivo, la defensa de la separación de poderes, su papel en el hundimiento de reformas clave propuestas por el presidente y su visión sobre el futuro político de Colombia.

¿Cuál es su balance sobre su labor al frente de la presidencia del Congreso?

Yo creo que lo fundamental que hemos hecho en la presidencia del Congreso es defender la independencia de los poderes públicos. Realmente, el diseño constitucional es muy claro: son tres poderes públicos, el ejecutivo, legislativo y judicial. Y pues este ejecutivo que nos ha tocado, el presidente Petro, acostumbra a intentar dar órdenes a los otros poderes públicos. En eso no hemos cedido a pesar de los insultos, a pesar de las amenazas de sacarnos el pueblo a la calle; yo juré el día que me posesioné defender la Constitución y las leyes de Colombia y eso fue lo que defendí.

No permití esas injerencias del ejecutivo que, cuando no estaba de acuerdo con nuestras decisiones, nos atacaba, nos amenazaba con revocatorias o sacarnos del Congreso, que no otra cosa que un golpe de Estado, y en eso nosotros nos paramos absolutamente firmes. Es uno de los legados que creo que dejo.

Y el equilibrio de poderes es principio fundamental de la democracia. Una democracia con poderes públicos débiles comienza a flaquear. Nosotros tenemos una de las democracias más sólidas y antiguas de América. Solo con una ruptura en 200 años de una sola vez y eso lo hemos defendido. Como decía el profesor Gaona, el costo que se paga por la democracia es la oposición.

¿Y en materia de proyectos?

En el Partido Conservador somos un partido independiente y con nuestra independencia hemos sabido discernir qué apoyamos y qué no apoyamos.

Por ejemplo, no apoyamos las consultas populares porque eso era para el partido de gobierno iniciar una campaña política con los recursos de los colombianos, con 800.000 millones de pesos nada más y nada menos. Además, en un ambiente polarizado y un ambiente en el que realmente comenzamos a vivir la violencia política de los años 80 y de los años 90 con el atentado al precandidato y senador Miguel Uribe Turbay, pues no era sano mantener esa consulta. De manera que las negamos en el Congreso de la República y, por primera vez en la historia, al menos en los 34 años que tengo de estar en el Senado de la República, un presidente trató de usurpar los otros dos poderes públicos, o sea, abogarse como jefe de los poderes públicos en Colombia. También hundimos una reforma tributaria que estaba incluida en un presupuesto general de la nación que le metía la mano al bolsillo en 12 billones de pesos a los colombianos sin que se hubiese discutido en el Congreso; solo iba en el presupuesto. De manera que nos tocó hundir el presupuesto y la reforma tributaria. Y, por supuesto, pues el ejecutivo no respetó esas decisiones.

Hundimos también una reforma a la salud que nos devolvía al Seguro Social allá del 91. Porque este gobierno lo que quiere es un sistema de salud absolutamente burocratizado y estatizado, sin participación del sector privado, y por eso hoy no le gira a los recursos al sector salud para tratar de demostrar que no es un sector sólido. Yo tengo que decir que aprobamos 159 leyes.

También me permití sancionar cinco leyes. ¿Cómo es eso? Cuando el presidente de la República no la sanciona o la objeta, queda la instancia de que el presidente del Congreso la pueda sancionar. Y sancioné varias leyes, entre otras, una tan importante como el FONPEP. Yo he sido siempre amigo de la descentralización en Colombia.

Desde el inicio de su presidencia, el gobierno, en medio de las discusiones, pasó de las diferencias políticas a ofensas personales. ¿Le dolió?

Mire, yo me sentía satisfecho de defender la independencia de los poderes públicos y la democracia. Y eso me hacía dormir tranquilo sin importar los ataques del presidente. Cuando en Soledad me dijo ‘hp’, yo le dije que lo había entendido como honor perenne.

Esos ataques personales y esas amenazas con el pueblo jamás nos amedrentaron y sobre eso nos sentimos satisfechos. Con el respaldo de un buen número de senadores de la República, pudimos demostrar que defender los principios democráticos es defender a los colombianos y que, si nos hubiésemos dejado arrodillar, hoy estaríamos arrepentidos.

Le voy a decir en este momento, antes que se me olvide, que dejo al Congreso en las encuestas con la favorabilidad más alta de los últimos 15 años.

En su opinión, ¿cree que es el gobierno que más ha atacado a las altas cortes?

No, no, es la primera vez. Es un gobierno que no respeta esa independencia, pero igual que el Senado de la República, las altas cortes también se hicieron respetar en sus decisiones y tampoco se dejaron amedrentar.

A las cortes también les hicieron marchas, como se las hicieron al Congreso; las cortes recibieron insultos, incluso acusó a alguna de ellas que iba a generar violencia por haberle tumbado la valorización, que era una iniciativa que realmente nos golpeaba mucho y que no tenía ningún fundamento.

Y yo en eso sí quiero también ser enfático, porque miren, aquí en el departamento del Atlántico, la gente votó mayoritariamente por Petro como en muchos departamentos de la región Caribe. ¿Y cómo le pagó Petro al Atlántico? Primero, la valorización que, afortunadamente, en este momento está suspendida. Dos, nos quitó la posibilidad de la Fórmula 1 que era importante en la generación de empleo, atracción de riquezas y atracción de turismo que iba a dinamizar la economía.

Nos quitó los Juegos Panamericanos, que también eran una vitrina para Barranquilla, para el Atlántico, para otras ciudades de la costa igualmente y que atraía inversión.

Luego el Foro de Migración, que dijo que lo iba a hacer en otra ciudad del país.

El Gobierno aseguró que iba a traer la solución a las tarifas de energía en la región Caribe, pero a esta altura no ha pasado nada...

Puro humo, puro engaño a la región Caribe, puras mentiras aquí. Se nos dijo que iban a absorber la opción tarifaria y luego nos dijo que había que aprobar una reforma tributaria de 12 billones de pesos para absorber ahí seguramente un par de billones de la tributaria, un caramelo envenenado.

No, aquí no se ha hecho sino incumplirle al Atlántico, incumplirle a la región Caribe y dejarnos solos con los altos costos de la tarifa de energía, una empresa ahora intervenida que ni siquiera recibe los recursos del fondo empresarial y que hoy estamos en el filo de la navaja en los departamentos de Atlántico, Guajira y Magdalena de tener un apagón gracias a la desidia del gobierno nacional, que no ha hecho sino prometer y no ha cumplido absolutamente nada.

Uno ve las clases populares que, al final de mes tienen que decidir si pagar la energía o hacer el mercado y allí pues realmente nos hemos quedado solos en esa lucha. Pura promesa y cero soluciones.

Hay mucha crispación política en el país. De lado y lado. ¿Cuál cree que es el nivel de responsabilidad del ejecutivo?

Petro es el líder de esa división, pues con su tweet rápido, muchas veces sin pensarlo, haciendo a veces el ridículo como el puente de La Guajira, que no era ningún puente de La Guajira, sino de los Estados Unidos, como la crisis que generó con los Estados Unidos y nos tocó ayudar a salir, a conjurarla con la Comisión de Amistad del Congreso de Colombia y con el Congreso de los Estados Unidos. Es una polarización, es una lucha de clases que no puede existir en el país porque todos defendemos las clases bajas de la población.

Todos queremos sus soluciones y realmente nos ha querido poner como enemigos, lo cual no es cierto.

Hubo una reunión convocada por la iglesia católica, en la sede de la curia de la Arquidiócesis de Bogotá, con el objetivo de que los diferentes integrantes de los poderes públicos del país se comprometieran a bajarle el tono a la violencia política en el país. Sin embargo, ese encuentro parece que no salió bien. ¿Qué pasó?

Esa reunión fue un total fracaso. El presidente de la República, en su intervención, después de haber irrespetado a todos al llegar hora y media tarde, se dedicó a atacar al Partido Conservador. A mí me tocó responderle con firmeza, ¿no?

Y luego se firmó un documento que al día siguiente al presidente ya se le había olvidado que había que desescalar los ataques. A mi modo de ver fracasó en ello porque es un presidente de la República que no entiende cuál es su responsabilidad por el país. Su responsabilidad con el país es gobernar y dejar de polarizar a la gente, pero él está en campaña política y quiere ganar las elecciones del 2026, pero no se lo vamos a admitir.

En medio de esos anuncios de consultas populares, de constituyentes, de diferentes mecanismos de participación, se ha alimentado la teoría de que el presidente, de una u otra manera, a pesar de que no lo ha negado, quiere aferrarse al poder colombiano. ¿Usted lo ve así?

Sí, ese es uno de los peligros, mire, que no ha hecho sino atacar al poder electoral, la organización electoral. Incluso dijo que dudaba hasta de la transparencia del registrador. (Hernán) Penagos ha sido garantía de la democracia.

Colombia, como democracia sólida, tiene que defenderse, y personalmente como presidente del Congreso he defendido ese estado de derecho y decir que el presidente de Colombia se eligió legítimamente y se eligió hasta el 7 de agosto del 2026.

De manera que él debe gobernar hasta el 7 de agosto, ni un día antes, pero tampoco puede quedarse ni un día después. Eso lo vamos a seguir defendiendo desde el Congreso de la República de Colombia.

¿Cuál fue su estrategia para lograr mayorías en el Senado y hundir las consultas populares del Gobierno Petro?

No fue fácil porque el gobierno nacional se acercaba a los congresistas tratando con ofrecimientos. Pero hubo un grupo importante y mayoritario de senadores que decidieron que por encima de eso estaba la dignidad y la democracia colombiana. Obtuvimos esas mayorías para negar las consultas populares, para negar la reforma tributaria, para negar el presupuesto general de la nación, para negar otras normas malsanas que se venían tramitando, como el transfuguismo. Por eso negamos también una malsana reforma política que tenía, entre otras cosas, esta perla: que las campañas políticas debían ser financiadas 100% por el gobierno nacional. ¿Qué quiere decir eso? Que entonces era al dedazo, el gobierno decidía a quién había que girarle.

Por lo que me dice, una parte del Congreso tuvo una relación transaccional con el Gobierno, ¿así fue?

Pues uno si tuviera pruebas las hubiese denunciado, pero sí, pues el olfato nos dice que hubo mucho de eso en el Congreso de la República.

¿Qué siente que le faltó o le quedó debiendo al país?

Que no pudimos conseguir los votos para defender a las microempresas, para defender la economía popular en la reforma laboral, pero eso todavía lo podemos hacer con otra norma. Ahí no pudimos conseguir los votos porque el gobierno nacional, que dice defender la economía popular, lo que hizo fue que en esa reforma laboral le metió palos en la rueda.

Tengo entendido que se ha reunido con empresarios y gremios de cara al 2026, ¿tiene alguna aspiración presidencial?

Sí, he recibido muchas propuestas de presentarnos como precandidatos a la presidencia de la República.

Es un tema que tampoco uno puede despreciar, pero vamos a mirar con tranquilidad, con la experiencia que nos dan estos años de estar en el Congreso de Colombia, y agradezco a todos esos colombianos que lo vienen pidiendo y vamos a mirar qué va a pasar, pero por ahora no hay decisión de ninguna naturaleza.

Hace rato que están en marcha los planes de parte y parte para elegir el nombre de su reemplazo, ¿quién cree que sea?

Sí, hemos visto al Gobierno haciendo una puja, pero mire, nosotros somos respetuosos de los acuerdos que firmamos. Esta presidencia le corresponde al Partido Liberal. El Partido Liberal escogió a Lidio García. Y nosotros lo respaldamos.

¿Cómo ha vivido el drama de Miguel Uribe Turbay?

Nos ha causado mucho dolor ese atentado absurdo. Por eso no nos cansamos de repetir: ‘Fuerza, Miguel, la democracia colombiana te está esperando’.